jueves, 24 de febrero de 2011

BLADE RUNNER Y LAS CORBATAS


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De la serie:
Notas que suelo escribir para aclarar las ideas de los que no se quieren enterar y que por respeto a sus deseos, destruyo después. Pero algunas veces olvido hacerlo.



Dice Montaigne que hay dos clases de sujetos, unos que hablan rápido y tienen reflejos para reconducir hábilmente cualquier incidente del dialogo al terreno para ellos mas conveniente. Y otros que son de natural callados, pensadores y cautos, y solo abren la boca para expresar certeramente un pensamiento irrebatible.
Asocia los primeros con la abogacía y a los segundos con la clerecía. Eran otros tiempos, siglos incluso, pero el juicio sigue vigente.

Juzgad vosotros si la hoja de hoy pertenece más bien a unos o a otros, o más bien al gancho que se ubica en el cuarto de baño, al lado del trono. (Virtual, por supuesto, que tampoco eso, ahora, es lo mismo).

Blade Runner, el personaje conductor de historia, detectaba a los replicantes, -que éticamente son malos, muy malos- mirando el iris de sus ojos y su reacción frente a preguntas provocadoras.
Lo hacía, y los liquidaba. Lo hizo hasta el momento en que el contenido estético, la belleza de los ojos de una replicanta en particular, le planteo la duda eterna:

-¿Puede lo bello ser malo? -¿Puede lo bueno ser feo?

El viejo truco de apreciar la bondad, o la honradez, del que tienes enfrente fijándote en la “nobleza” de su mirada, es un comodín literario y tradicional en el que sin duda, se inspiraron los guionistas de la película.
Solo que el mundo de actores, como el que nos ha tocado, acostumbrados y entrenados para interpretar personajes honestos, ha desvirtuado totalmente el valor de la mirada del que nos ofrece la transparencia de sus ideas, falsas o no, a través de sus ojos.

Salvo para el amor, droga del alma en la que la ética tiene nula influencia, o para unos ojos excepcionales, donde la estética es dueña y señora.

Para los demás compañeros de viaje, no nos sirve. Debemos buscar otros signos externos que nos manifiesten certeramente el grado de bondad o maldad que encierran sus intenciones.
De hecho, llevo tiempo sospechando, buscando en la imagen, en la postura, y sobre todo en la indumentaria, aquellos signos del mal gusto que, indudablemente retratan el alma, la catadura moral de sus propietarios.

Aunque los teóricos de la comunicación, y los dermatólogos, insisten en la importancia de ir al grano desde el principio, me voy a permitir citar a algunos grandes de la cosa para que veáis que no deliro, todavía.

Wittgenstein aduce que “ética y estética son lo mismo”, o literalmente “son Uno” (sind Eins). La ética se manifiesta a través de la estética.

Kierkegaard planteaba que se puede vivir la vida de dos maneras: estética o ética. Consideraba estas dos maneras, también, como dos etapas. Lo estético termina llevando a lo ético. Interpretación basada en una idea del desarrollo moral donde la etapa estética lo llevaba a la ética.

Jünger en Los titanes venideros: Lo que es verdaderamente bello no puede no ser ético, y lo que es realmente ético no puede no ser bello.

José María Valverde No hay estética sin ética, “Nulla estética sine ética”

Enmanuel Kant. Observaciones sobre el sentimiento de “Lo bello y lo sublime”

Para terminar, Sarita (Montiel), diciendo aquello de: “Soy mas bella que la Loren, pero menos que la Taylor” (corolario implacable, para sus predecesores).

Todos ellos, me han invitado a meditar seriamente sobre el asunto y llegar a una conclusión, que comparto con vosotros.

Una vez aceptada la inutilidad de mirarlos a la cara, a ellos, -y nada digo de escuchar sus falsas palabras-, he llegado a la conclusión de que me basta con mirar sus corbatas.

Si os fijáis con un poco de detenimiento, veréis que su color cambia – en las tornasoladas cambia de modo natural, no confundirse - según el escenario y la ocasión. Al igual que la indumentaria, según el gusto – malo por lo general- de la audiencia del lugar.

Ello no es fortuito en modo alguno. O bien son unos falsos, que se ponen la corbata que les selecciona el asesor de imagen, sin importarles el adefesio que llevan, y dando por tanto a entender que, en las otras áreas de la gestión de la cosa pública van a actuar con la misma displicencia. Malo.
O bien, la han elegido ellos mismos, y nos están mostrando de manera prístina, sus aviesas intenciones que, a tenor del fósforo que suele desprender el color cegador de dicho adminículo, nos está reflejando la condición diabólica del portador. Peor.

“Nulla ética sine estética”, dijo el otro. Y yo de los hombres de letras me fío más que de los que salen de medio cuerpo, gritándonos y escupiéndonos, mientras se supone que insultan a un tercero.

Ojo a la corbata. No hace falta que los escuchéis, ni que los miréis a la cara. Solo el color, Fijaos bien que, si es liso malo, si lleva rayas peor, si lleva figuritas caprichosas es que la cosa está realmente chunga, y si es tornasolado o fosforescente ya no voy a insistir en aquello que sus almas esconden.

Estad atentos, porque la época está muy cercana. Las fábricas están a tope, y los diseñadores prometen verdaderas y arriesgadas sorpresas en este terreno.
Ya os digo, gafas de sol, aunque estéis en casa. Desviad la mirada si consideráis en peligro vuestra virtud, y no os dejéis engañar por el maligno, que suele ocultarse tras las imágenes, las poses, y las prendas más inocentes.

Vuestro amigo.



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sábado, 19 de febrero de 2011

HOY MARCIAL, MARCO VALERIO. Y SUS EPIGRAMAS.



"Te compadeces del cartaginés
y tratas a patadas a los tuyos."



Marcial. Cerca del año 80 d.C.


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miércoles, 16 de febrero de 2011

DE LA SERIE..

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De la serie:
Notas que suelo escribir para aclarar las ideas de los que no se quieren enterar y que por respeto a sus deseos, destruyo después. Pero algunas veces olvido hacerlo.


GAME OVER




Hubo un tiempo.. long time ago.

Pasamos buenos ratos frente a las maquinitas.
Cutres, con la austeridad propia de los pioneros, de los fundadores que toda historia de ciencia ficción coloca en el óleo que corona el lado noble del salón del trono. La verdad es que los cuentos han cambiado poco desde los primeros que escuchamos.

La maquinas, tragaperras sin posibilidad de premio alguno, que no fuese otra partida, gratis, sucedieron a las sinfonolas, jukebox, vitrolas para otros, y durante un tiempo convivieron con ellas.

Las primeras en blanco y negro, con juegos de pocos, poquísimos bits, como el ping-pong o los marcianitos que había que destruir antes de que ellos lo hicieran contigo. Destacaba el Pinball con sus bumpers y sus bolas aceradas y relucientes. Horas, años y siglos de educación sentimental encerrados en cuatro patas y un par de teclas, dos botones laterales que mediaban entre tus reflejos y tu maestría estratégica en la actividad que se enfrentaba al mas poderoso de los peligros para un adolescente, el aburrimiento.

Todas ellas, las maquinitas y los juegos que encerraban, tenían algo en común, que pasó a ser una valiosa enseñanza. Las dos palabras fatídicas, las primeras con que nos iniciamos en el inglés, y las que nos insistieron, otra vez, (pesada que es la vida del artista), en la diferencia que existe entre el antes, cuando el juego sigue, y el después, cuando el game over, cuando la única manera de seguir jugando era introduciendo una moneda, otra, en la ranura al efecto.

Y es que tengo la impresión, de que la inconsciencia colectiva lleva tiempo soslayando que está jugando con la última vida que le queda a la maquinita que tenemos entre las manos del presente, en nuestra andadura como colectivo. De que la bola que el bumper acaba de lanzar hacia arriba, es la que precede, tras desaparecer por el cruel y previsible orificio, al mensaje que aprendimos hace tanto tiempo. Game over.

Y que lo aprendido era algo más que eso. Aunque algunas de esas enseñanzas puedan parecer perogrulladas.

Primero es que la cosa no funcionaba sin monedas en la ranura. Había que gastar la paga del domingo si queríamos disfrutar del pequeño placer. Nunca, jamás, era gratis.

Y ese es el primer error, u olvido, presente en el ambiente donde nos movemos. Piensa el personal que lo gratis existe, y que por tanto no hay que preocuparse por su futuro, al fin y al cabo “siempre” lo ha sido.

La segunda falacia es que si la cosa deja de funcionar, cuando aparece el letrerito en la maquina, basta con dirigirse airadamente al encargado del local para que vuelva a iniciar la partida, sin coste alguno. Eso, entonces, no funcionaba. Es mas, ni se nos pasaba por la cabeza semejante planteamiento. La puerta de la calle era la única opción que quedaba para el bolsillo vació. Aquí, y ahora, veo al personal mirando alrededor en busca de la próxima vaca a esquilmar, Alemania, “Europa” en su inexplicable e ilimitada bondad de madre consentidora, o quizás los financieros, la banca internacional, heredera de aquellos que, por no pagarles las deudas contraídas fueron expulsados de sus casas e incluso quemados en la hoguera inquisitorial. ¿Que me voy muy atrás? Bueno, un poco mas lejos que las maquinitas del game over.

Pero es que flipo (Flipper era el nombre de otra maquinita) al ver la cantidad de agujeros que tiene la lata del aceite, al ver como ya solo mana babeando por los mas cercanos al suelo, y como los mas listos siguen arrimando la tostada (sin tostar, el pan crudo retiene mas aceite, y lo saben) en primera línea, dejando para la mayoría la esperanza en el maná, en los brotes que arrancaremos esta primavera al almendro, sin dejar que se conviertan en su fruto natural, cosa que solo el trabajo y el tiempo , unidos al agua pura y a los planetas…(Miguel Hernández, ya sabéis) pueden conseguir.

Y es que leo las penúltimas declaraciones de la ministra: Gracias al Consejo Interterritorial, la crisis económica no ha afectado a la calidad asistencial del SNS.

Y no puedo menos que pensar en el game over.

Los trabajadores publicos, denostados funcionarios (marditos roedores), todos, y entre ellos los peor remunerados entre todas las CC.AA. del país que tiene los salarios mas bajos de la Europa que conocemos, han sido empobrecidos en un 20% adicional, es decir empobrecidos un poco, o un bastante mas, y todo ello sin afectar a la calidad asistencial del SNS. Gracias al Consejo Interterritorial que, aunque no sepamos en que consiste, en una sanidad atomizada en diecisiete y con presupuestos estancos, al menos es útil para sacarlo a relucir en los momentos en que la luz de la maquina comienza a debilitarse amenazando con entrar en breve en reposo, en hibernación, para no malgastar la batería, a punto de agotarse.

Por hablar de salud, de la de todos, sin olvidar la enseñanza, la justicia…. Las prestaciones básicas e imprescindibles para cualquier estado que se precie de serlo.

Por insistir ante los infinitamente crédulos, ante los envidiables creyentes en que eso es posible. Que se mantengan servicios básicos, y sarcásticamente, “de calidad”, cuando el que los recibe, los ciudadanos, deja de pagar (a través de sus encargados para tal menester) y el que los oferta, el trabajador público, deja de cobrar. Me temo que como en la maquina de marras, ello no es posible. Entelequia, lo llama la lengua española, antes de acudir a otras palabras mas fuertes.

Me gustaría estar escribiendo historias de ciencia ficción, en las que todo, incluso eso, puede suceder; o jugando con maquinitas en las que el game over se resetea al acabar la partida y uno sigue feliz e inconsciente en una edad en la que jugar era una de las cosas mas importantes, quizás la que más.

Pero, aparte de que ahora no estamos jugando, ni podemos ni debemos pensar en hacerlo, la presencia de la última bola en el juego nos apremia a ser realistas e ir pensando en lo que viene.

Tenerlo todo no es posible. Ya lo hemos visto. Y si nos conformamos con menos, solo con un algo diminuto, tambien sabemos que nunca es gratis.

Ahora viene la hora de contar las monedas pequeñas, el níquel de la serie negra, aluminio para nosotros, y plantearnos como las vamos a administrar.

La fantasía, mejor dejarla para los niños.


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domingo, 13 de febrero de 2011

DE COMO EL HUMOR NOS HACE HUMANOS, DICEN. (Y EL VAMPIRO ES SOLO UNA IMAGEN DE OTRA COSA)

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LA LIBERTAD TIENE SUS VENTAJAS (TODAS)

Safo y Alceo, de Alma-Tadema

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"Si vas a decir lo que quieres, también vas a oír lo que no quieres"


Alceo de Mitilene


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viernes, 11 de febrero de 2011

BOARDWALK EMPIRE (O LO QUE LLEGA A HACER UNO PARA CONSEGUIR LECTORES)

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1 x 01.- Episodio piloto. "
Monumento al filántropo".-


Por lo general aparece una cara beatifica sobre el pedestal que además del adjetivo incluye el nombre y los apellidos del pardillo (aka benefactor).

La primera vez que lo vi, a una edad menos coriácea (lo de tierna vamos a dejarlo para creyentes) que la presente, era ciertamente de cuerpo entero, en Cangas de Morrazo. Correspondía a un indiano sin descendencia, según supe después, y a una época llena de perfidia en la que era posible semejante disparate, donar toda la fortuna al pueblo, en lugar de hacerlo correctamente a la corona o a la iglesia como manda la tradición.

El caso es que me dio risa, nos dio risa, la palabra. Comprobar que a alguien pudiésele llamar filántropo fuera de las tiras cómicas, no dejaba de ser un descubrimiento hilarante.

Luego llegaron otras igualmente divertidas, y la de misántropo no dejaba de ser comparable tanto por su exotismo como por ser simétrica a la anterior.

Estos no suelen precisar estatuaria alguna, al parecer, y la escasa iconografía de que disponen, se limita a media docena de filósofos y algún artista de ordenes menores, pintores o escultores, que gozan una característica común, aparecen con la imagen propia de la edad provecta y cara agria, inevitablemente.

Los últimos, nunca me han dado risa alguna, si bien me han dado en que pensar. El por que esos sabios, que lo han sido, odiaban al resto de la humanidad. Ese es el significado de misántropo..

Pensar si ese desprecio, temor, o prevención transformada en repulsa hacia los demás era congénito para determinada clase de inteligencia, o bien si era producto de su maduración, del aprendizaje doloroso en su relación con los que les hacían daño, de manera progresiva e incansable.

Tengo medianamente claro que la transición entre unos y otros es improbable. El grado de debilidad mental, el inmenso caudal de generosidad que se presupone a unos, parece imposible sin una cierta condición innata y, acaso, sin una fe ilimitada en lo intangible. Y estos caracteres , todos ellos, quedan descartados en los segundos.

Por otra parte, “¿Quousque tandem, Catilina, abutere patientia nostra?” Según diría Cicerón, nos remite al limite que la resistencia humana guarda recóndito entre sus innumerables virtudes, entre las cuales, la paciencia no parece ser de las mejor dotadas.


1 x 02 - " El nudo, o mas bien, el tránsito de la cuestión".


El punto hasta donde podremos aguantar las agresiones, es ese lugar sin limites al que siglos después nos conduce Shakespeare:

“¡Ser o no ser: He aquí el problema! ¿Qué es más osado para el espíritu: sufrir los golpes y dardos de la insultante fortuna, o tomar las armas contra un piélago de calamidades y, haciéndoles frente, acabar con ellas? ¡Morir..., dormir; No más!”

Ser o no ser: esa es la cuestión: Si es más noble en la mente de sufrir. Las hondas y flechas de la insultante fortuna, o tomar las armas contra un...”

Y donde Hamlet nos sugiere el punto sin retorno del estilete a través de las costillas, el final del sufrimiento para el príncipe. En realidad nos está mostrando el cambio sustancial en la consciencia del que toma una actitud, presuntamente sabia, presuntamente defensiva, cual es la de renegar de la bondad inherente al alma y trocarla por ciertos matices mas desagradables y antipáticos con los que también está dotada ella, el alma.

Quizás las provocaciones de Catilina, quien por cierto acabó bastante mal, son identicas a las que desencadenaron los cambios en el carácter del danés, y las que llevaron a tantos pensadores a aceptar con tanta propiedad, como resignación, el termino misántropo.

Vaya por delante que existe una cantidad infinita de seres que vagan entre unos y otros. Y que entre estos son mayoría los hombres justos. Esta es la fe que ha movido el mundo, y que mueve este blog. Y si pretendo recoger la cuestión sin respuesta del to be or not be, de la conversión del perro doméstico en animal asilvestrado, mas sanguinario que los lobos según dicen; lo hago porque no me extraña que esta situación tan desagradable y molesta tenga ciertos picos históricos, sin soslayar su persistencia, y me domine la sospecha, rayana en la certeza, de que estemos cerca de uno de ellos.


1 x 03.- Atlantic City. (es un decir).


Y todo este circunloquio es para liberar en cierto modo, la sensación de angustia, el poso de malestar, la desazón que me ha producido la contemplación de la serie televisiva Broadwalk Empire, de Scorsese, en la que el retrato de una sociedad emergente, bajo el aspecto de la mas perfecta de las democracias, la que marca el canon de la excelencia, en la progresión de su esencia, concretamente el acceso al voto de la mujer, y bajo la estricta división de poderes, así como la omnipresencia del cuarto, la prensa, como catalizador del progreso y la transparencia, no hacen mas que sacar a la superficie toda la serie negra de Goya. La corrupción sistematizada, el poder real ejercido por camarillas de delincuentes comunes que en simbiosis con los titulares de la industria y los servicios, crean una imagen nueva del poder, mezclándose indisoluble y al parecer interminablemente con los representantes (en apariencia) electos, del pueblo.

Claro que está ambientada en los años de la ley seca, y unos eran gansters, otros corruptos, y los menos multimillonarios. Nada que ver con nosotros.

Incluso sus filántropos, necesarios en todo sistema corrupto, son completamente diferentes al de Cangas. Sabremos que cada billete que sueltan a los necesitados se ha multiplicado por cien antes de terminar cada capitulo.

Curiosamente, y a pesar de la verosimilitud en la generalización del fraude colectivo de una época tan negra, los guionistas han tenido un cuidado exquisito en dejar fuera de la olla del pecado a no pocas instituciones que, vistas las crónicas de la historia, no dejaron de navegar en el caldo del mal. Quizás lo hagan por no cansar al sufrido espectador, por no desmoralizar al que además piensa, o directamente porque la necesidad de seguir haciendo guiones no case con la intención de mejorar el mundo.

Lo cierto es que allí y aquí, ahora y entonces, con disfraces muy parecidos y con unos ciudadanos que consienten. En medio de la hambruna (vade retro), entre guerra y guerra (vade retro), el espejo, la pantalla de plasma, nos devuelve la misma imagen.

El único consuelo, banal, para esta pesadilla, es la amenaza, la promesa de una nueva temporada, otra docena de capítulos, en los que sin duda se aclararán los sombras de nuestro futuro mas o menos mediato, e incluso podremos disfrutar de la simultaneidad entre el continuose y el acabose de la ficción y el de la realidad, la nuestra.


1 x 04.- Epílogo inconcluso.-


Y la verdad es que los sicópatas de las pistolas, Al Capone et cols, y los del traje de seda, terminan el ultimo episodio con toda su capacidad para hacer daño inmaculada, en el tiempo este de espera hasta la próxima y cercana edición(el termino puede trocarse por otro mas adecuado e incluso por otro mas certero y no menos cruel, de hecho ya suenan los clarines de precampaña en las plazas españolas), no nos dejan demasiado optimistas que digamos.

Mi temor es que la gente se vaya volviendo misántropa, y el canto cambie de aleluyas a letanías. Que la situación empeore algo mas, y que no tengamos una guerra mundial en perspectiva para distraernos de nuestras miserias. Cosas mias.

Lo cierto es que la palabra, sobre la que hoy quería hablar, es sicofante; pero la de filántropo se coló en medio.

Aunque me temo que el resultado, la realidad observada por la mirada miope de esta mente deformada, no iba a ser muy diferente.


Misántropos de postín: Arthur Schopenhauer, José Ortega y Gasset, Pío Baroja, Friedrich Nietzsche, Stanley Kubrick, Jonathan Swift , Francisco de Quevedo, Jorge Luis Borges...

De filántropos: No deberia citar a nadie, aunque entre los mas notables están Warren Buffet, Georges Soros o Bill Gates. Y no es solo porque por sus (otras) obras los conoceréis; sino porque son de un país donde la beneficencia, vulgo filantropía, reporta beneficios fiscales inmediatos y generosos a quien la ejerce.

Igualito que en la serie.

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lunes, 7 de febrero de 2011

DE INDOCUMENTADO, NADA. (YA QUISIERAIS MUCHOS)


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Otro dia os cuento en que consistieron las pruebas de capacitación profesional.


Aunque lo mas dificil de conseguir, como podéis suponer, fue el certificado de buena conducta.



(Total, en Facebook, os acabaríais enterando).


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EL CONSUMO ME MATA.(ADICCIÓN DE LAS MALAS)

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Después del minúsculo IPOD de última generación, que cayó en Navidad, con dos salidas de audio estereo y ecualizador independiente, cuya imagen os adjunto..



No he podido resistirme a los auriculares, recibidos via Amazon, que realmente han dado una nueva dimensión a ese sentido, el auditivo, que creí perdido para siempre. Podeis verme, extasiado, en el disfrute.




Las referencias y códigos de pedido os los paso bajo demanda. Ya sabeis que no gastamos publicidad.


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LECTORES POCO RECOMENDABLES.


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Libro mas vendido en nuestro pais, en No Ficción (o sea, Ensayo):

"Si en Memorias de un preso reflexionaba con lucidez sobre sus años en prisión y los motivos que le llevaron a ella, en Los días de gloria, una obra profunda y de largo aliento, cuenta cómo cambió la vida de un joven que, con apenas 24 años, pasó de ser número 1 de su promoción como abogado del Estado a convertirse, con solo 39, en presidente de uno de los siete bancos más prestigiosos de nuestro país. "

(Del prospecto).


Estamos bastante peor de lo que los augures pronosticaban. Yo ya no se donde meterme. Y lo malo es que he perdido la oportunidad irrepetible de solicitar asilo pólitico ( y económico) a Angela.

Mal molia..
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PESSOA FILÓSOFO.


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Habiendo visto con qué lucidez y coherencia lógica ciertos locos (delirantes sistematizados)justifican, ante sí mismos y ante los demás, sus ideas delirantes, he perdido para siempre la segura certidumbre de la lucidez de mi lucidez.


Desasosiego 192

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PESSOA ENAMORADO (QUIEN LO DIRIA)


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«Te quiero sólo para un sueño», dicen a la mujer amada, en versos que no
envían, los que no se atreven a decirle nada.

Este «te quiero sólo para un sueño» es un verso de un viejo poema mío.

Registro el recuerdo con una sonrisa, y ni la sonrisa comento.

Desasosiego 241
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martes, 1 de febrero de 2011

ME QUITARON DEL TABACO

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ME QUITARON DEL TABACO
(POR MI BIEN).


Se veía venir desde el principio. Desde los anuncios con que la S.I. (Santa Inquisición para los profanos) amenazaba a los usuarios de esta yerba diabólica.
El resto ha sido cuestión de tiempo. Los chamanes de la ciencia médica confirmaron que no solo era malo para la salud del alma sino que también lo era para la del cuerpo, y lo avisaron incansablemente tanto en la tribuna del conferenciante como en la intimidad de la consulta, cuando la neoplasia pulmonar era ya una consecuencia manifiesta.
Luego los gobiernos, esquizoides entre el bien privado del que mueve el negocio y el publico de la salud colectiva, dicotomía habitual, se vieron obligados a desaconsejar esta práctica, habitual en las estrellas de la pantalla, e incluso a advertir en su continente que el veneno del contenido era veneno efectivamente.
La prohibición, de momento parcial, estaba cantada.

Lo que jamás pude imaginar era que esta me afectaría de forma tan drástica, tan traumática y que no llevase aparejada al menos un discreto preámbulo en el que se hiciera una llamada a mi voluntad de dejarlo, e incluso al esfuerzo personal que una vez satisfecho, me hiciese sentir orgulloso de mi capacidad de vencer a tan funesto hábito, amen de los evidentes beneficios para mi salud desde el momento ese que separa el antes del después.
Nada de paños calientes, sortilegios ni pamplinas. Me lo han quitado de golpe, y sospecho que para siempre.



Se acabó para mi el fumar en el trabajo o en el bar, y lo que es peor se acabó el hacerlo como yo lo hacia, gratis, sin pisar jamás un estanco para otra cosa que no fuese comprar sellos de correo, sin llevar nunca cerillas o encendedor en el bolsillo. ¿Fuego? Algo perteneciente al neolítico, sin duda. Sin preocuparme nunca por el repugnante color amarillo de las uñas, y las yemas, virginales ellas, de los dedos. Sin necesidad de permanecer fiel a una marca, a un olor determinado.
Los he fumado de todos, desde la infancia; y hasta podría reconocer por el aroma a una docena de ellos. Desde la Picadura Selecta (alias caldogallina por el escudo de la bandera que, también, orlaba el paquete) hasta el Celtas; pasando por los Peninsulares y el inefable Bisonte, descubierto en las aulas de la capital donde los profesores me iniciaron en esta loable costumbre de fumar el humo del cigarro ajeno, siempre gratis.
Luego vinieron los de importación, el tabaco americano, virginiano en su mayoría, con las marcas que anunciaban los cowboys, y señoritas de muy buen ver, y los cubanos de Vuelta Abajo decían, lo que siempre me sumía en la confusión del que no entiende que esas dos palabras, ni juntas ni separadas, puedan definir un lugar, y sin embargo le parece correcto que lo hagan los centenares de nombres tan exóticos como improbables, que identifican a nuestros pueblos de la España profunda y no tan profunda.
Hasta recuerdo el aroma del más sofisticado de todos ellos, el Craven A. que siempre asociaré a los tiempos del hipismo virtual, el único al que tuvimos alcance, y a ser precursor del último, y el más apreciado de ellos, el de la marihuana, que más que un aroma ya pertenece al género de las fragancias. Y siempre gratis, ya digo.
Y ahora, de golpe, la nada. Se acabaron los tiempos de llegar a casa con la chaqueta maloliente y obligada al destierro nocturno extramuros, por si las miasmas se marchaban con el céfiro, o con el mistral, igual daba.
Los tiempos en que las vías respiratorias altas, fuera de la temporada gripal, aquejaban cierta tosecilla injustificada y una discreta pero evidente producción de pelotillas nasales que entretenían el tedio vespertino frente a la pantalla.
No solo se me acaban tantas cosas que formaban parte inseparable de mi vida, sino que temo que se me van a acabar muchas más.



Sin ir mas lejos, este finde no me he atrevido a ir a uno de los sitios donde mas disfruto, el club de Jazz. Donde el humo no era tal, era parte de la consumición, del gintonic, complemento extra y sin cargo adicional, sin el que la música no sonará igual, seguro, si es que los músicos pueden seguir haciéndolo, tocar sin un cigarrillo en los dedos o en la comisura, y sin el filtro visual, que esos millones de partículas reverberando entre la luz de los focos, creaban entre ellos y nosotros, entre los sacerdotes y los feligreses del blues. No he querido saberlo. La cobardía no me ha dejado. Me asusta tan solo, imaginarme un local que nunca más volverá a estar tan lleno, donde no cabe nadie más, aparentemente, y en el que bajo la nube negra siempre había un huequecito insospechado con opción a cinco centímetros de barra. Solo imaginarme las manos ociosas de los aficionados y las de las chicas cuya pose, cuyo look nunca volverá ser el mismo. Pensar en el vaivén de los que entran y los que salen entre canción y canción, a fumar en la calle, a hacer el cigarrón dirán dentro de nada, los que abominaban del botellón. En el nerviosismo de los que quieren y no pueden, y en lo patético que me resulta verlos/las hacerlo con guantes en medio de la calle. Solo pensarlo me da nauseas. Quizás sea el síndrome de abstinencia y yo sin saberlo. Pero no he ido este finde. Por si las moscas.



Y hay otras consideraciones de mucho mayor calado.(chiste fácil).
Pienso en que habría sido de nosotros, los fumadores pasivos, sin el valor añadido, valor de trueque, de un paquete de cigarrillos. De lo que llegó a suponer en los campos de prisioneros, en los gulags, en los barracones donde el lote personal de la Cruz Roja, siempre incluía este producto y de cómo terminaba convirtiéndose en media docena de cuartillas, o en una pastilla de jabón. Incluso he llegado a canjearlo rutinariamente por una hogaza de pan, de centeno pero pan.
Sin contar con la época de Weimar cuando el tabaco, liado y sin liar, se convirtió en la única moneda no depreciable con la que pudimos contar en Alemania. Claro que eso fue cuando la gran depresión, y hoy las monedas son mas robustas, de momento.
Ya estoy resignado a la nueva situación. Es fácil resignarse ante los hechos consumados.
Pero me quedan otros matices que no quiero omitir.

El primero, y sin que sirva de precedente, el felicitar a las autoridades que han tenido el valor de hacer algo tan extraño en ellas como es pensar en el bien común y de actuar en consecuencia. Y no es fácil, ni frecuente. Esperemos que tampoco sea algo excepcional, y sigan la senda de los sabios que en el mundo han sido.
Y el último es, lo sorprendente que me resulta la aceptación popular de una medida como esta que, sin ser crucial para la vida o la hacienda de la mayoría, no deja de ser una tocada mas de pelotas, otra, a los ciudadanos de un país que históricamente le montaron motín a Esquilache por mucho menos, por una ordenanza sobre como llevar la ropa tras las rebajas de Zara.
Y como permanecen inanes ante esta o ante la marginación primero, y la prohibición después, de algo tan sustancial como la fiesta nacional, como las corridas de toros que, por otra parte, sin el pestilente puro en la boca de los proxenetas o de los oligarcas, nunca volverá a ser lo mismo.
Me admiro de tanta santidad colectiva, de que Job se haya reencarnado en todos y cada uno de nosotros y estemos dispuestos a cargar con estas minucias, que lo son, además de con la ruina que se nos viene encima; sin hacer otra cosa que preocuparnos, simuladamente, por la del lejano vecino de allende los mares o los desiertos.
Me admiro y me preocupo. La paz del rebaño es solo la otra cara del miedo, la de los lobos que están al acecho.
Y no estoy solo. Como dice Rábago,”El Roto”, en una de sus viñetas:

“Lo que parecía paz social era solo la manifestación del pánico colectivo”.

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