viernes, 3 de octubre de 2008

Are you ready?









No estamos preparados para el fin del mundo.-


Tantos siglos de contabilidad para nada.
La fe en el dogma financiero para nada.
La cofradía no me sirve, el club tampoco.
La comunidad de vecinos me mira mal.
¿Qué hacer?

Sacar el dinero del banco, que es lo que están haciendo muchos, de los que tienen dinero en el banco, parece lo mas saludable; aunque me temo que tampoco servirá para nada.

Pensaba exponer un montón de soluciones y dispositivos-gadgets los llaman- para guardar, esconder los fajos que día tras día papá trae a casa. Incluso pensé en lucrarme, si conseguía la patente de algún nuevo artilugio ad hoc. Piensen no mas en el prota de no es país para viejos y el truco del hueco para el aire acondicionado, piensen y aplíquenlo a cualquier parquet de los millones de viviendas con ídem que se han vendido en los años de gloria. Y si no piensan es igual, ya pienso yo. Se levantan una esquina del piso enmaderado, y por el hueco se van introduciendo fajos en sarta-los chorizos en sarta son aquellos a cuya tripa se le hacia un nudo a un intervalo determinado al objeto de convertirlos en multidosis- empujándolos con el mango-palo de la escoba hasta conseguir rellenar el subsuelo del susodicho, o bien hasta que el deprimido y deprimente cajero del banco-caja X, nos diga aquello tan oído de: “Lo ha sacado usted todo” La idea es cojonuda. Esperaba forrarme con ella, pero se la regalo a mis lectores. Al fin y al cabo es en estos tiempos cuando la solidaridad, que tanto hemos visto sembrar en los últimos decenios, ha de aflorar. Sirva el ejemplo, aunque conste que no hago mas que emular al magnate X que ha salido en ayuda del sistema bancario, y los que saldrán, comprando el banco X a punto de quiebra por la infinitesima parte de su valor. Por generosidad que no quede.
Pasa que, el sarcasmo nunca paga. Como el crimen, al final te pillan y el que paga es el cretino, el gracioso, aquel al que pillan. Por eso no veo nada risible en todo lo anterior. Mas bien pienso en la penúltima estampida humana de fanáticos religiosos-y el fanatismo no es solo exclusivo de talibanes y similares, es que hay mas- de antesdeayer cuando mas de doscientos han perecido aplastados por la turba que huía de uno que dijo “Ay” porque se le torció un pie.
Y es que, el fanatismo de las religiones-lo que entendemos como tales-no tiene parangón con el de la religión del dinero. Hay que leer a Sabato, y a los demás, para descubrir que todo el dinero del mundo está controlado por una secta que por las noches…..(no pienso contarlo, hay que leer) y leer la Historia y la Biblia para saber que en el Armagedon –nada que ver con Bruce Willis, créanme- los billetitos en general, y los de papel en particular no van a servir para nada. Aunque esta previsión ya la tengo yo asumida y en el plan, ingenioso por cierto, inicial de guardar el dinero mas abajo, algo mas abajo del calcetín, hay una alternativa aun mas ingeniosa, ya que el papel serviría para, una vez extraídos los fajos, tirando de la cuerda que los une, usarlos como combustible en la chimenea, salamandra o chubeski, según sea el hogar de cada cual. Dado que el concepto de la idolatría al papel moneda, aparte de inutil, va a estar muy mal vista en pleno invierno. Ya se, ya se que son demasiadas ideas brillantes para digerirlas de una vez. Por ello no voy a seguir con esta línea de trabajo. Punto y aparte (aparte es ¿junto o separado?).
Lo grave es que no estamos preparados para el fin del mundo. Veo que la gente echa a correr al primer aviso y se me abren las carnes de membrillo-es la época de recolección y me esperan días de mucho pelar, cortar y remover con el azúcar, ya les contaré como queda) y no veo la manera en que el ser humano sea mas previsor y piense desde antes el luego del después que es aquello de las fuentes a los ríos y estos al mar, y que somos tan pequeños e insignificantes como el pardal muerto que encontré hace un rato bajo el nogal. Por cierto que este año, las nueces tampoco. Están cayendo hueras, sin peso alguno, como si quisieran unirse a la corriente ecuménica esta del fin del mundo. Lastima que no podamos culpar al milenio, aunque ya saldrá algún listo, varios, que intentaran convencernos de que este es el ultimo año del calendario de fulano y que, precisamente, la semana que viene, es la fecha establecida en el libro sagrado de los zutanos, como aquella en que el cielo y la tierra y tal y tal…
Espero que no lo tomen, del todo, a broma. La verdad es que van a salir muchos profetas, ya verán, y lo grave es que a estos van a salirles muchos, miríadas de seguidores. Y es que volvemos al principio, donde hay que reconocer que el ser humano es creyente porque su chip está construido en ese sentido. Una fe que va indisolublemente unida al miedo, y esa es una falsa fe. No se trata de creer en que algo o alguien te va salvar de de todos los males reales o inventados, eso es imposible. Pero no deja de ser beneficioso ser un buen creyente en que la humanidad, por citar algún concepto real, ha pasado tragos peores, mucho peores que las crisis estas de los dineros que, en el peor de los casos, nos van a enseñar a no volver a caer, otra vez, en el timo del tocómocho, mocho, espero. Y la esperanza es la otra cara de la fe, hermanos.

P.D.-
Como música de fondo, aconsejo :
“Me cago en el amor” de Tonino Carotone.(1).
Aparte de disfrutar de la melancólica e iterativa salmodia del procaz juglar, comprenderán que hay desgracias mucho peores.
(1) Incluida en la proxima selección musical, dedicada al desamor –eso si que es grande- que estará a disposición de todos ustedes a la mayor brevedad, y si el tiempo - o sea la crisis de los c…..- no nos lo impide.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Opinar es una manera de ejercer la libertad.

Archivo del blog