Enlace a la copla.
El video mató a la
estrella de la radio.
Y tu “paguita”, tio, acabó
con mi salario.
Leo hoy al Millás en
su homilía, hablando del movimiento obrero y de la lucha sindical, y creo estar
escuchando el parte oficial de aquella radio que se quedó sin estrellas. O este
no es mi mundo, o si semejantes antiguallas siguen vigentes debo pasar del
lambrusco a otras bebidas más fuertes.
Porque si algo tengo
claro, clarísimo, es que conservar en estos tiempos la cabeza tranquila cuando
todo a tu lado es cabeza perdida no es únicamente el salvoconducto para
alcanzar la madurez, que nos ofertaba Kipling, es además la única manera de
conservarla.
De verdad que me
preocupa escuchar comentarios sobre los derechos laborales y el gran sacrificio
que hubo que hacer para lograrlos. Al menos las historias de ficción no hacen
semejante daño en la mente del consumidor. Cuando estos comienzan a creer
aquello que han escuchado tantas veces, por la única razón del número de veces, malo.
Mal camino.
Tarara de las cinco
reglas.- (sumar, restar, multiplicar, dividir, pensar).-
Cuando la pobreza
entra por la puerta el amor sale por la ventana.
Y cuando los deberes
se ausentan, los derechos desaparecen.
Somos deudores,
menesterosos. Debemos un billón, 1.000.000.000 de euros, (sin contar la deuda
oculta de ayuntamientos, autonomías, diputaciones...) a repartir entre los
cuarenta y siete millones de afiliados a la madre patria. (Y es que no se como
llamarnos, ciudadanos no, súbditos Psé. Creyentes (1) la mayoría). 21.000 euros
de deuda pública por persona, es decir por habitante, por feligrés o por
seguidor del real Madrid, igual da.
Y nos están tratando
como lo que somos, morosos sin capacidad de devolver el préstamo, 21.000 por
cabeza (sin contar la deuda oculta de ayuntamientos, autonomías,
diputaciones...) o al menos de hacerlo en un plazo razonable. De ahí que,
conseguir cualquier préstamo adicional (para evitar los inevitables ajustes de
caja entre entradas y salidas, a los que los creyentes califican con el termino
negativo de recortes) resulte costoso y difícil (no se fían y exigen un
porcentaje adicional para asumir el riesgo), e incluso imposible, abocándonos a
la expulsión de la comunidad internacional (vulgo paraíso) por insolventes.
Estamos en ello.
La causa es mas que
meridiana, la incapacidad de gobernantes y gobernados para funcionar como un
equipo eficiente.
Los culpables no hay
que buscarlos muy lejos, están en muchos hogares, aquellos en los que el amor y
los derechos han salido por la ventana, en ellos podemos encontrarlos, unos culpables
directos, por acción, a la hora de no cumplir con sus deberes, y probablemente,
la mayoría por omisión, por no exigir el cumplimiento por parte de los demás.
Los expertos en economía,
sociología, geofísica y otras malas artes, insisten en el peso de la desregulación
en el asunto, del dejar las manos sueltas a los bancos y a los promotores
inmobiliarios como causa principal de la desgracia. Y lo es, pero aun siendo
necesario, este peso no es suficiente. Hay que considerar que esa desregulación
vertical ha llegado hasta el último negocio, pipas incluidas, y hasta el último
perceptor ilegal de ayudas públicas, que han sido y desgraciadamente somos,
innumerables.
Esta jerga solo
intenta ocultar el nombre verdadero del pecado, que es el de fraude o
corrupción, como más os guste llamarlo. Insisto en que resulta pueril buscar
pecadores fuera, o buscarlos lejos, de nuestro entorno más cercano. Una vez
establecido el fraude como modo operativo económico y social del país, los
resultados no pueden ser otros que los que son.
Pensar que se
resuelve culpabilizando a los políticos (estos) o cambiándolos periódicamente
es otra forma de perder el tiempo.
El problema global,
cuya complejidad se incrementa cada dia que dejamos pasar, si seguimos haciendo
caso de los capotes que mueven delante de nuestros ojos, (necios y cornudos, a
fin de cuentas), es bastante mas sencillo. Como lo es su solución.
El cambio, necesario,
se adivina tan sencillo como drástico. Y necesariamente tiene que afectar a
todo el sistema, político, económico y social, y ese último es el mas difícil,
a mi entender.
El aceptar que somos
pobres, rayando en la miseria. El entender que no hay derechos, ninguno que no
dependa de los deberes propios y ajenos, de todos, y que la corrupción
generalizada es un mal de muy difícil solución, quizás el mas complicado de
resolver.
Antes teníamos los
predicadores que nos amenazaban con el infierno el primer dia de las misiones
(ejercicios), hoy esto resulta impensable, ya que la religión oficial, no pasa
a ser mas que otra parte del problema, como lo es el tipo de estado con el que
nos seguimos engañando, o la tergiversación de la memoria de un país durante
siglos, hasta hacernos creer que uno puede amanecer republicano o demócrata
–cincuenta años después - por el simple hecho de pasar de la noche al dia. Y me
temo que hace falta algo más. Algo que supone un afán colectivo de poseerlo ¿Lo
tenemos? Y en enorme esfuerzo para ponerlo en marcha entre todos, ¿Estamos
dispuestos?
Las respuestas que me
hago no son las que supongo en la mayoría de los creyentes, pero seguramente es
por tener un día malo, de esos en que la misantropía se descuelga por la
chimenea después de haber intentado, infructuosamente, colarse por la gatera.
La única idea
positiva, sucedáneo achicórico del optimismo, que encuentro entre los recovecos
donde alguna vez anidó la esperanza, es que si aceptamos que vamos a partir
desde cero, ese puede ser el comienzo de una gran amistad, como diría Rick.
Claro que es otro jodido silogismo, apalancado en el si aceptamos, pero de algo
viven los sueños.
(1).- Creyentes según
expliqué días atrás son aquellos convencidos de que hay culpables de todo y
siempre son ajenos a ellos, a los creyentes. Los otros, los que aparentan un
grado superior de conocimiento, no sabré nunca si creen o dejan de hacerlo. Y
las apariencias están como para fiarse de ellas.
(2).- “Paguita" es un
sinónimo de algo metálico, vitalicio, dinerario e inmerecido. Puede, y debe,
hacerse extensivo a los infinitos e ineficientes empleos creados por los
partidos en el poder para mantener a su clientela política, a sus cuñados y a sus
kukis. Obviamente son la causa primordial de la ruina del país.
La gestión exclusivamente dirigida a mantener a los gestores en el poder, y al reparto del botín entre sus allegados y votantes. Un fraude piramidal asentado en una base silenciosa e innumerable, la de los millones de trabajadores que han perdido su salario, los que están en trance de perderlo y los van a permanecer mucho tiempo sin haberlo conocido.
La gestión exclusivamente dirigida a mantener a los gestores en el poder, y al reparto del botín entre sus allegados y votantes. Un fraude piramidal asentado en una base silenciosa e innumerable, la de los millones de trabajadores que han perdido su salario, los que están en trance de perderlo y los van a permanecer mucho tiempo sin haberlo conocido.
Brutti sporchi e
cattivi
Sucios, feos y malos.
Ettore Scola 1976
En lo de feos, no
estoy de acuerdo. En el resto, cada dia que pasa…
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