sábado, 22 de diciembre de 2007

Música para el fin de los tiempos






Una vez al año, por Pascua, reparto una selección musical a mis amigos de infancia, al objeto de disfrutar con uno de esos placeres prohibidos-casi todos lo son- como es la nostalgia. Escuchas la canción que escuchabas entonces, junto a quellos de entonces, y llegas a creerte que él ahora es el entonces, y te sientes bien, si logras por un momento,que el corazón tome el mando,te sientes impregnado por ese dolor(olor)tan dulce que es el volver a nacer, reborn, sensacion que es tan vieja como la humanidad. Y tan humana que, sin que el abuso la convierta en vicio, resulta ser , una droga blanda, beneficiosa para la salud del alma. Afirmo, sin metaanalisis a mano para corroborarlo.
Hasta ahora he estado condicionado por el afan de gustar a todo el mundo y de no disgustar a nadie. Algo relativamente facil, como todo el mundo sabe. Sobre todo desde que te dejas llevar por la pretensión estupida de pensar, de saber, lo que gusta y disgusta a los demás. Ideas propias de un iluso, que ademas condicionan, cual la peor de las censuras, -la que sale de uno-, el resultado final, restringido a aquellos temas en español- español de España dicen en la web,para distinguirlo de los otros- o instrumentales, temas cortos, minimalistas, y fechados en esos años indefinidos de la adolescencia que, como ella, no tienen propiamente un calendario definido. Así empezamos con unos musicos, Santana o Adamo, que todavia andaban haciendo bolos ,y fuimos avanzando hacia atrás, en la dirección correcta, hasta llegar a Jorge Sepulveda o las Hermanas Benitez, hasta que alguien me dijo -!Basta ya, que no habias nacido,colega!
y de esa forma me impidieron volver al vientre materno que es, el sueño del hombre,desde el principio de los tiempos.
Y ahora que nos acercamos hacia el fin de ellos, segun el Apocalipsis prometido por los profetas, de manera tan reiterada que da un cierto yuyu, la verdad. Y ante tal eventualidad, uno decide desprenderse de ciertos complejos , castradores, que impedian mostrar la musica que realmente le proporciona placer, es decir, mas placer. Recogiendo esos titulos-libros,peliculas, o coplas- que se llevaria a una isla desierta. Para que la soledad se torne en compañia que, al fin y al cabo, es tan necesaria como el buen vino.
Llega el agorero de turno, o bién a uno comienzan a aparecerle goteras, y a la vez que acude al terapeuta, al albañil, o al hiper, se pone el CD en cuestión, y las penas se van al carajo. No solo eso, se produce una disociación temporal, que ubica al oyente en ese lugar y en ese tiempo de que hablaba antes. Esa es la idea. Si bien no es necesario que llegue el fin del mundo para buscarle una utilidad. Hoy mismo me ha transportado un ratito a Trafalmador, y he olvidado totalmente que no me ha tocado la loteria. Que iba aterminar en cero, decia el profeta de tres al cuarto (de los c. iba a escribir, pero el subconsciente me traiciona, el orden interno, que no servirá de nada cuando llegue el Armagedon, pero mientras, no hace mas que darme la vara) Seamos pacientes

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