martes, 31 de mayo de 2011

DIAS DE VINO Y ROSAS.LA RESACA.



Centro de interpretación de la naturaleza. Eso es lo que prometió algún candidato a la nada, crear en el pueblo.
Dando por certera la afirmación pedestre de que la naturaleza necesite interpretarse,
Ni tan siquiera conocen el sinónimo de interpretar, traducir, que es lo que unos mentecatos quieren vender a otros, la traducción de la naturaleza. Casi nada.
Sobre la premisa de la necesidad que tiene la realidad de ser traducida y la incapacidad que tiene el personal para entender, para comprender la realidad circundante, así como la preparación innata o adquirida que poseen los amigos de los poderosos para tal menester.
La verdad es que, si tuviese la certeza de que en alguna academia me explicasen la mitad de los misterios que desconozco, sobre las motivaciones que nos condicionan para hacer las cosas tan rematadamente mal, hace tiempo que me habría inscrito en las clases.
Pero me temo que la naturaleza tiene poco, o nada, que ver en el asunto. Nos ha puesto los mimbres al alcance, y el que los usemos para hacer un cesto, una red que nos sirva para pescar y alimentarnos, o para extenderlos en el suelo ante el paso de cualquier metáfora, ya es responsabilidad nuestra.
Ahora toca la cosa de la fe, y de apostar por el ganador, o por el profeta cuya idílica imagen del futuro perfecto más se asemeje a la de nuestros sueños que suelen ir parejos con las imágenes televisivas de la postrera emisión de ayer.
Concretamente estuve contemplando unos minutos de “Doce del patíbulo” y he estado toda la noche soñando con un rifle de precisión telescópica y con enemigos tan tontos que acudían en hilera por un desfiladero sin escapatoria y al alcance de mi visor Zeiss y del silenciador que les impedía localizar la procedencia de los disparos. Así toda la noche, sin que se me terminasen los proyectiles, hasta la práctica aniquilación de un batallón o más, considerando que, en sueños tengo la precaución de apuntar al último de la fila para que los que lo preceden no se percaten de que van disminuyendo en número, hasta que cuando quedan solo un par de ellos, me despierta un urgente necesidad mingitoria y luego retorno a la cama sin poder conciliar el sueño después de semejante carnicería. El Sargento York a mi lado es un boy scout alevín.
No creo que puedan interpretar la naturaleza de mis sueños, ni lo que sería más de agradecer, la historia de ciencia ficción en la que estamos inmersos realmente, siendo personajes de una novela que el más fantástico de los escritores jamás pudo imaginar.
Dicen que el riesgo de perder una generación completa va recorriendo, cada día que pasa la evolución desde la remota posibilidad al hecho consumado, mientras los responsables y las víctimas, que de todo somos, nos limitamos a leer el noticiario con el mismo desinterés que seguimos las cotizaciones del guano o las expectativas en la cosecha de la almorta.



Seguramente que el traductor que, el ayuntamiento electo pondrá a nuestra disposición, nos aclarará la relación entre la esfericidad de las bolas que empuja el escarabajo pelotero y el futuro de una sociedad pobre, pobrísima y endeudada, donde los escasos productores supervivientes al caos, sobrepasen los sesenta años y donde los nietos encuentren unas condiciones de desarrollo similares a los humanos en condiciones de esclavitud. Esclavos, mutantes o zombis. Cualquier tipología será optimista y generosa con la adecuada para los que vendrán detrás, luego de una década más – y ya llevamos cuatro años perdidos en el mientras- y cualquier paisaje apocalíptico va a parecer el paraíso terrenal si lo comparamos con el ternero lechal al que han sacrificado la madre, la vaca nodriza, recuerdo fugaz y nostalgia de la leche benefactora.
De momento seguimos pensando que el café es mejor solo, y preferiblemente Nespresso, que es la solución que los guionistas han encontrado para la ausencia de leche.
El escenario es, cuando menos, más propio del teatro del absurdo, de la fantasmagoría onírica, o de un argumento surrealista, que de cualquier parecido con la realidad que alguna vez tuvo su origen en la naturaleza. Esa que querían vendernos al principio.
Imaginad lo que viene, una revolución. Una guerra civil entre los que quieren trabajar y no pueden y aquellos que pueden y no quieren. Me explicaré.
División humana de los candidatos a la próxima pelea:
Todos sin empleo, pero..
a) Los que no han trabajado nunca y tienen poco interés en hacerlo, necesidad solo relativa, mientras la pensión del yayo y de la yaya den para ir tirando.
b) Los que no han trabajado nunca y tienen necesidad real de hacerlo. El tiempo los apremia.
c) Aquellos que no han trabajado nunca, pero figuran como parados-pagados por el erario público, a punto de desaparecer, aunque muchos de ellos crean que es infinito.
Estos se subdividen a su vez en dos grupos.
El c1) Figuran que no trabajan y tienen el estatus de parados- pagados , solo que nunca han dejado de trabajar, tienen un salario invisible, y por tanto exento de tributar y de poner en riesgo la paga divina.
El C2) parados-pagados, en exclusiva, es decir legales y entregados al placido devenir de sus escasas necesidades. Siempre y cuando haya partidos de futbol en emisión abierta. Condición única que exigen para el mantenimiento de la paz social.
d) Trabajadores, que lo eran hasta ayer mismo, y que no solo se enfrentan a un tiempo perdido, sin sentido, para el que quiere y puede, mejorar su vida, y la de los demás, haciendo lo único que sabe, trabajar. Estos tienen un dolor añadido, cruel e intolerable para el que no lo haya sufrido, y es el que acompaña siempre a la perdida de algo o de alguien. Solo el que presiente o sabe que la perdida puede ser irreversible, solo el que antes de perder el bien lo tuvo, sabe a qué me estoy refiriendo.
e) Y termino. Los que están llegando, y seguirán haciéndolo, con una preparación más o menos correcta, y que tras un esfuerzo personal y familiar extraordinario, se encuentran las puertas, todas, cerradas.
Unos tipos incrementan su número exponencialmente, otros disminuyen el volumen correspondiente al epígrafe, marchando a sus países de origen con un recuerdo más agrio que dulce, tras haber tocado el paraíso, el jardín de las delicias con la mano. Otros se llamaran andana y no querrán saber nada de la responsabilidad que les toca en el estado de las cosas, y el resto, los más, estarán rumiando, mano sobre mano, una solución primero pacifica, luego ni se sabe, ante la injusticia, ante la marginación y la pobreza a que les condiciona su situación de desempleo.
Los números no son creíbles en absoluto. En los años de jauja, con un desempleo técnicamente nulo, y la necesidad de importar más de tres millones de trabajadores foráneos, la cifra nunca bajó de los dos millones. Podrían ser la mayoría de los pertenecientes al grupo c. aunque no es fácil acertar en el juicio.
El cómo esta masa humana en constante incremento va a unirse para exigir una solución a su problema, y el sí lo va a hacer mediante una guerra interna entre unos y otros, o en un doble frente de los buenos, ante el vértice y ante la base de la pirámide ciudadana, escapa a mi más que limitada capacidad de imaginar el futuro inmediato. Pero aviso que en las novelas de ciencia ficción casi siempre hay una lucha inhumana, sin cuartel- suelen salir de las alcantarillas- y hasta el exterminio total de la casta, del bando rival que pelea por el mismo objetivo, la supervivencia.
Esto es en los comics, claro está, porque en la Biblia es un asunto reiterativo y apocalíptico donde al final solo nos salvamos los justos. Menos mal.
Lo cierto es que está todo inventado y por tanto hay cosas, sucesos, que se ven llegar a poco que uno levante la vista y huela la brisa de la tarde o mastique una brizna de romero recién arrancada, en noche de cuarto menguante.
La naturaleza siempre ayuda.

domingo, 22 de mayo de 2011

HOY, UNA DE INDIOS,

“Señor Apache” Los Apson

“Aquel famoso día se lanzo la caballería a una lucha cruel
pero al llegar los indios desde atrás
una voz temblorosa empezó a decir”
¡¿Que hago yo aquí?!
No señor apache, No me pegue usted
Todos en la lucha demostraban una gran fiereza y un gran valor
Todos menos uno que con voz temblorosa no dejaba de decir
¡¿Que estoy haciendo yo aquí?!
No señor apache, No vine a pelear
Oiga señor apache, vamos a pactar
si usted quiere me puedo ir,
pues tengo una cita a las seis
y no me gustaría llegar, ni muerto ni rapado
como usted me va a dejar!

Escribía ayer sobre el extraño sentido del humor que tiene la historia. Ese ente sagrado sobre el que no se puede bromear. A pesar de que algunos no piensen de la misma manera y encuentren una terapia satisfactoria en buscar el lado cómico de las desgracias, siempre que estén mas o menos apolilladas. Las recientes requieren cierto grado de silencio balsámico, por aquello de cicatrizar las heridas.

Me viene a la cabeza con cierta frecuencia , sección música pegadiza, una canción novelada y divertida, un tema rítmico del año 60 que trata en clave de humor sobre la batalla de Little Big Horn, donde los apaches colocaron su pueblo en la historia exterminando al glorioso 7º de caballería con el general Custer al frente – o a la cola, según-.”Please Mr.Custer” de Larry Verne.

http://www.youtube.com/watch?v=fe0q8Lq3L2Q

Ignoro si, a pesar de ser nº 1 en el Billboard, llegó a ser grabada por algún artista patrio, aunque supongo que hasta los importados de entonces, como Machin o Jose Luis y su Guitarra, estaban a años luz del pop emergente. Y lo mas parecido a la canción cómica en nuestros lares, había que situarlo entre los Hermanos Calatrava y Emilio el moro. O sea que no. Mas tarde, he encontrado una versión en castellano de Los Apson, mejicanos de los que guardo un excelente cancionero: “Señor Apache”, cambiando el titulo original , aunque no el sentido de la letra.

Comprimir una comedia musical en dos minutos tiene un gran merito. Y lo hace volteando la gloriosa historia del ejercito norteamericano, dando la voz protagonista al hipotético cobarde que quiere escapar de aquella hecatombe, y que además pretende hacerlo suplicando amablemente a los responsables, que lo dejen marchar a su casa. Motivo principal de la parodia, de la ironia que intenta, rompiendo la lógica de la tradición y hasta del sentido común, buscar una inexistente salida a lo inevitable. Lo que suele conducir a aquello que llamamos lado trágico/cómico de la vida. El final, presumible, queda marcado por el silbido de la flecha que antecede al silencio del protagonista.
La canción, que para muchos norteamericanos, jamás debería haberse grabado; y que para otros , nunca debió haber alcanzado el numero uno; no es mas que una anécdota en la historia menor, la de la cultura de masas. Pero nos marca un antes, los años Pre-Vietnam, cuando esas cosas podían tomarse a risa, y sobre todo cuando podían contarse, y un después. . Veinte años mas tarde , una versión especular del tema volvía a encabezar las listas mundiales – globalización mediante, la historia norteamericana se vuelve universal- llamándose “Todos fuimos heridos en Wounded Knee” interpretada por un grupo descendiente de los apaches de antes, Redbone, y con idéntica base rítmica, y análogo final, si bien las victimas son diferentes y el tono resulta absolutamente trágico, y eminentemente reivindicativo.

http://www.youtube.com/watch?v=2VB2LdOU6vo&feature=related

Comienza la mayoría de edad, la perdida de la inocencia, para la generación de los sesenta-setenta, y aparecen los primeros apóstoles occidentales de nuevas/viejas religiones como la liberación de los pueblos oprimidos, la preservación del medio ambiente, o la economía sostenible. Y hasta hoy.



Solo que las letras de las canciones se fueron degradando – es solo una opinión – junto con las ideologías hegemónicas en el siglo pasado. Evidentemente, el vacío que acompaña a la despolitización de la mitad –rica- del planeta, se refleja en la cutrez de las historias, de los argumentos que cuentan las letras de la canciones, hueras por lo general. Aunque, ese fenómeno, como la vida, se supone transitorio, a la espera de de la inminente eclosión del próximo huevo – por cierto que no es un huevo de serpiente, estas son vivíparas- y de la vuelta al renacimiento, al neoclasicismo o a la invasión de una nueva y bárbara cultura – todas las culturas que no sean la nuestra, nos parecerán bárbaras- Ya se verá .
Como todo lo anterior no es mas que un cúmulo de obviedades, vuelvo al punto inicial, el que atrajo mi atención, y que es además, el que prestó el tono humorístico a la copla.
El ruego amable, dulce y educado de la victima a la que llevan, al parecer contra su voluntad, a engrosar el montón de cadáveres, aún con la promesa de un epitafio glorioso. Consuelo, bastante inútil, que no han tenido ni tendremos jamás, la inmensa mayoría de homínido que, arrastrados regularmente, y en contra de nuestra voluntad, a situaciones ostensiblemente perjudiciales, y sobre cuyo resultado final ni cuya responsabilidad- la nuestra- no existe la menor duda.
Claro que, la protesta silenciosa y la tímida y minoritaria objeción que hasta ahora hemos opuesto durante nuestro viaje hacia el muladar; ni tan siquiera ha originado unas risas, ni al menos ha servido para que algún juglar haga una crónica festiva de semejante disparate. Pero es que los tiempos no están para risas, al menos para la gran mayoría.
Y es que nada importante es gratis (Historia dixit) y las democracias modernas han tenido un gran coste social y humano para los que las disfrutan. Nosotros, hasta ahora tan solo hemos esperado sentados a que aparezca y luego hemos creido firmemente en el “milagro español”, y la verdad es que eso se nos da bastante bien, las cosas de la fe.
Por eso vuelven los argumentos de la otra cara de la moneda - de la vida - los que usando el mismo ritmo tenebroso y sincopado de los tambores tribales, comienzan a llamar a los jóvenes guerreros a reunirse bajo la luna llena.
¿Es eso lo que está sucediendo?.

Me temo que esta, la nuestra, es una película de episodios. En la segunda parte, seguro que Kit Carson y su fiel amigo Toro –piel roja, por cierto- mejorarán o empeoran las cosas.
Pero así es el cine de la vida, y no pienso perdérmelo.

P.D.- Los que hayan disfrutado con la canción, seguro que mantendrán la sonrisa un par de minutos mas, si escuchan “Along came Jones” de The Coasters, que es cuando llega el vaquero y tal y tal. (Parodia de película interpretada por Gary Cooper).
La canción termina con una estrofa preocupante.

And then..And then..

http://www.youtube.com/watch?v=T-timQghfQI

miércoles, 18 de mayo de 2011

ESTRENANDO UN CLON

!Bienvenido! - Me dije frente al espejo esta mañana- Y esa es la palabra que escuché.-

Dicen que uno no reconoce su propia voz. Realmente no la ha escuchado nunca sin interferencias.
El hecho de la fonación y audición simultaneas, crea esta paradoja. Ni tan siquiera cuando hablo solo -tantas veces- mis palabras son escuchadas, con su timbre natural, por alguien. Otra cosa es cuando oyes la grabación de tu voz, donde aparece otro intermediario, el micrófono, que la hace diferente, otra vez, a la real, a la que escuchan los demás cuando te diriges a ellos. Más de lo mismo.

Y es que, este blog no es otra cosa que el eco vocal, y la continuación de


http://lacomunidad.elpais.com/hayquevivirla/posts

donde llevo desde hoy, intentando aclarar mis ideas respecto a tantas cosas, que he perdido la cuenta.

La primera dificultad que encuentro en el nuevo hogar es la necesidad de adscribir el blog a una sección determinada, entre dos docenas que se automarginan.
Podría haberlo hecho en Política, Religión, Medioambiente, Arte, Musica, Historia, Lengua, Cine, Viajes, etc.
Comprenderéis que no puedo excluir a ninguna, y ante la imposibilidad de hacerlo en la sección correcta e inexistente denominada: "Tambien" Lo hago en "Sanidad". Espero que seáis comprensivos.

El asunto de no reconocer tu propia voz, la de los manifestantes, los acampados, los miles de ciudadanos que exigen un estado democrático para nuestro país, asumiendo que hasta ahora solo hemos disfrutado -algunos mas que otros- de una pantomima, de una representación teatral de un genero menor, que nos obliga a plantearnos si la voz que escuchamos frente al espejo es realmente la nuestra, o bien si pretendemos seguir ignorándola y achacar a los filtros interesados -los medios de comunicación- la modulación y edición sonora que acaba haciéndonos creer que nuestra voz es idéntica, mire usted, a la de Elvis o a la de Sinatra. Es decir, a la de los presuntos interpretes orgánicos de nuestras voces, de las de todo un país, según unas normas muy antiguas, en cuya gestión no hemos participado y legadas, milagrosa y pacíficamente, por un regimen cuyos cánticos nadie quiere recordar, ni mucho menos alabar.

Aun sin conocer la mitad de las propuestas - en estado de gestación - de los manifestantes, no me queda mas remedio que reconocer mi voz en la de ellos, y la de compartir la necesidad de un cambio, preferible e improbablemente, pacífico -jamás, a lo largo de la historia, los culpables de una catástrofe han reconocido espontáneamente su delito (que lo es), han renunciado a su continuidad, y han facilitado la solución al conflicto de manera voluntaria-. Así como comparto la necesidad de pedirlo todo y pedirlo ahora.
La Utopía ya se sabe que es una señora muy esquiva, a la que nunca ha visto nadie. Pero tambien la historia nos cuenta que, detrás de esta buena mujer, han llegado, muy de tarde en tarde, cambios beneficiosos para la humanidad.
Y en ello estamos.

Resulta difícil conocer su inexistente programa, igual que resulta fácil aceptar los estúpidos calificativos que les llueven encima, interesadamente, sea el de antisistema (y no es un genérico no, es anti ESTE sistema) o el seudónimo disuasor empleado para cambiar el sentido de las palabras y de las cosas, llamándolo 15 M, como si un numero y una letra fuesen la etiqueta correcta para los trescientos, o tres mil, asesinatos de Madrid o de Nueva York. Mal vamos.

Se me ocurre escuchar, y reconocer estas voces como propias, e incluso deleitarme con ese sonido que augura una salida urgente y necesaria para el hoyo donde nos encontramos, y adonde nos ha conducido el ostracismo al que los ciudadanos llevamos sometidos en este país, desde tiempos inmemoriales. Y no es que quiera llegar hasta Viriato, aunque el mil ochocientos podría ser un buen año de referencia para estimar el tiempo perdido. Es cuestión de ponerse a buscarlo porque no debe estar perdido del todo. Igual buscando bien lo encontramos en algún rincón y recobramos algo tan necesario como la fe en nuestra propia voz.

Perdonad si, como lectores, necesitáis un corolario resumen para el examen de selectividad - default, bancarrota o rescate- que está al caer. Lo intentaré.

Básicamente necesitamos:

-
Una Constitución. (Parece ser que la que figura como tal, o bien es una impostora o es bastante inútil).

-
Un sistema político-imprescindible- participativo, donde los ciudadanos puedan elegir a sus representantes (votar no es elegir, es resignarse a lo que han elegido otros).

-
Un desmontaje organizado e incruento de toda institución improductiva-y por tanto ineficiente- para adelgazar el Estado hasta hacerlo transparente, doblemente.

-
Leer libros constructivos como "El Contrato Social" o los de cualquier otro moralista. Dejando las lecturas de "El Príncipe" o de "El libro de la Guerra" para educarnos en aquello que no se debe hacer.

- Cambiar tantas veces como lo exijan las circunstancias.

Enlace-------------------------------------------------------------------------------

sábado, 14 de mayo de 2011

LA REVOLUCIÓN PENDIENTE.-




La revolución pendiente.-



No es cosa de hacer referencia a los chistes macabros con que la historia suele obsequiarnos, querámoslo o no. Tenemos tan asumido el rol superior y excluyente del ser humano sobre todo lo que desconoce - en general casi todo- que nos permitimos ignorar que el tiempo, la distancia, y un montón de dimensiones todavía no filiadas, tambien tienen su corazoncito, por decirlo de alguna manera. Y, por supuesto, sentido del humor.



Así, llamar revolución pendiente a aquella que, a pesar de que nunca tuvo lugar, ejerció el poder en nuestro país durante mas de cuarenta años -de hecho en parte lo sigue ostentando, otros cuarenta después de aquellos cuarenta-, y que tan solo pensaba ser una revolución contrarrevolucionaria, es decir, motivada exclusivamente, al igual que la contrarreforma que hicimos en el siglo dieciséis, como respuesta a otra rival que amenazaba hacerse ecuménica y hegemónica, y lo que es peor acabar con las procesiones y con las corridas de toros; y hasta ahí podíamos llegar. Llamar por tanto, pendiente, a algo que ochenta años después no se ha realizado, no deja de ser una licencia poética.



El sentido del humor tampoco fue ajeno a la revolución original, a la rival de la pendiente de por aquí; ya que una vez conseguido el poder total y absoluto- y estas palabras resultaron ser adjetivos precisos, absolutismo y totalitarismo- su mayor esfuerzo se centró durante décadas en ir eliminando de uno en uno, o de cien mil en cien mil, a todos los revolucionarios que iban saliendo del huevo, y luego a los huevos directamente, independientemente de que llevasen dentro un revolucionario o no.



Afortunadamente todo eso terminó, en el caso de los primeros tras el fallecimiento de los abuelos que dejaron aquello más o menos pendiente, y en el de los segundos gracias a las cartas de Fátima- ayer fue su aniversario, 13 de mayo- en las que se anunciaba la profecía, harto cumplida, del fin del comunismo. Ya digo que el sentido del humor no es precisamente la carencia principal del mundo donde nos movemos.



Eppur si muove, dijo Galileo, en otro orden de cosas. La tierra se mueve frente al sol, y la sociedad se mueve cuando la necesidad aprieta. Y a esos movimientos históricamente los hemos llamado revolución.



Que va a tener lugar una, mas o menos inminente, mas o menos pendiente, mas o menos violenta – que va a haber cristales rotos es seguro, observar la cotización bursátil de las cristaleras- y que va a seguir una evolución absolutamente desconocida hasta todo lo que hemos visto hasta ahora, de ello no existe la menor duda.



No tenemos más que fijarnos en el primer “manifiesto” de la cosa. Que no es un panfleto ciclostilado, elaborado por los obreros de la industria metalúrgica, o por los mineros, y por algún estudiante erudito en las teorías del progreso. Que no.



Que se llama “Indignaos”, que está en el numero tres de los libros mas vendidos de “El Corte Inglés”, y que es un panfleto comprado por sus lectores, y no recogido del suelo , de madrugada, como sus octavillas predecesoras, antes de que las fuerzas del orden hicieran peligrosa la opción informativa. Comprado a al mismo precio que sus simpatizantes suelen pagar por el pata negra, cinco jotas, o la botella de un ribera decente 14,50 Euros, si lo compramos con su complemento “Reacciona”, y ninguno de ellos supera las cincuenta paginas en formato A6 (misalito, mas o menos), si bien “ La casa del libro” lo ofrece en un “Pack” adecuado, en formato Ebook junto a “Funda de transporte E-Reader rosa para E-touch y Pocket edition” por 35 del ala. Y no me invento nada, podeis comprobarlo, e incluso, algunos, comprarlo.



Comprenderéis que, a pesar de entender la necesidad, e incluso la premura del movimiento revolucionario, existe algo que me sume en el mayor de los desconciertos.



Podría hacer, y lo haré un dia de estos, un análisis mas extenso de las condiciones inéditas a que la historia –tan sarcástica ella que, pienso esté preparando un monólogo para un bar de copas intergaláctico- nos va a enfrentar cualquier dia de estos.



Pero es que, viendo los figuras del espectáculo, los Mayor Zaragoza, Baltasar Garzón, etc, que figuran como autores del panfleto y supongo, como apóstoles del movimiento, vuelvo a recordar las manifestaciones habituales en nuestras calles, donde la protesta contra las autoridades responsables del malestar, suelen ir encabezadas por las autoridades responsables del malestar, y al resto de manifestantes no suele “indignarles” el asunto ni “reaccionar” hasta poner las cosas, mas o menos en su sitio.



No es que considere que no haga falta un cambio, sino que las neuronas me derrapan cuando entiendo que el cambio que “inicialmente” asoma por el horizonte resulta, al menos para mi, ininteligible.



Sin duda que el tema, como el movimiento que viene, es tan profundo como inevitable, y a pesar de las cómicas incongruencias de algunos y de la exquisita moderación de los otros, mas pronto que tarde vamos a ver cristales rotos. Salvo milagros varios y gordos. Como los que hacia Pepe Isbert en “Loor a San Dimas” por ejemplo.



Y es que hay tantas cosas que cambiar, y de forma tan profunda, que voy a tener que tirar de todo el santoral, desde Bakunin en adelante, para hacer rogativas racionales.




Eso es algo que, tambien, tengo pendiente.



Lo de indignarme o lo de reaccionar, no. Eso, hace tiempo.

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miércoles, 11 de mayo de 2011

DIAS DE VINO Y ROSAS 5.-

Arquitectura sin arquitectos.




“Al enfatizar los papeles desempeñados por los arquitectos y sus modelos, el historiador ha oscurecido talentos y realizaciones de los constructores anónimos, hombres cuyos conceptos pueden rayar alguna vez en la utopía, pero cuyas estéticas se acercan a lo sublime."

Alguien capturó mi infancia y la llevó muy lejos.


Hay que buscarla en un libro agotado de un escritor fallecido, que más que escritor era fotógrafo, pero que en realidad era un arquitecto historiador. Y luego dicen del espíritu renacentista.
Estaba obsesionado con lo vernáculo. Con las raíces. Y no es tiempo de raíces. Más bien de vilanos. Pero estos deben tocar el suelo de vez en cuando, si quieren perpetuar su especie. Vilanos somos pues, y sobre el viento del crepúsculo nos encontraremos.

Bernard Rudofsky: “Arquitectura sin arquitectos. Una breve introducción a la arquitectura sin pedigrí” 1964. Exposición en el MOMA en el mismo año.
Rescatando el ideal de una relación orgánica entre paisaje y modos de vida.

Pocos podrán presumir de haber expuesto en el Museo de Arte Moderno de Nueva York, pero menos, muchos menos, de haber sido expuestos allí.

Podéis verme en la foto de allí y, de entonces y, por supuesto, de Rudofsky.



P.D.-
Que conste que, el concepto de magautoestima, lo patentó Gertrude Stein, para uso exclusivo.
Lo mio es, evidentemente, bastante mas grave.
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domingo, 8 de mayo de 2011

INTERLUDIO REFLEXIVO.-




Woher kommen wir Wer sind wir Wohin gehen wir?


(Paul Gauguin)D'où venons-nous? Que sommes-nous? Où allons-nous?


En realidad el tahitiano nativo - seguramente varios- le hizo las mismas preguntas, una y otra vez: O vai ´oe? nohea roa mai ´oe? te haere ´oe hea?, y Paul Gauguin cambió el singular por el plural, volviendo a enfrentarse al enigma que resume la génesis del pensamiento filosófico. ¿Quiénes somos? ¿De donde venimos? y ¿A dónde vamos?.

A mi me enseñaron que hay que acotar, reducir, limitar la investigación y centrarse en algo mas asequible para un espíritu liviano como el mio , y por tanto, reduzco la cuestión a una sola pregunta: ¿Dónde estamos?

Al principio lo veo como una invitación a un estudio sociológico, tanto mas interesante cuando pienso en las posibilidades que presta para este cometido nuestra historia, o lo que conocemos de ella, a través de los tergiversadores interesados en firmar libros en el Parque del Retiro o en las tajantes instrucciones recibidas de la mano que mueve la cuna. En los innumerables datos que aportan los medios de comunicación, tan escasamente fidedignos ellos, y tan contradictorios como el publico al que van dirigidos, o en los fundamentos políticos, en las instituciones sobre las que pretendemos construir una entelequia llamada sociedad, nuestra sociedad. Lo de nación, país o estado, referido a esta España mía, esta España nuestra - como cantaba Cecilia- ya queda fuera del alcance de mis modestas pretensiones y de cualquier planteamiento con atisbos de credibilidad.
Me veo apoyado en una mesa de tres patas , una de las cuales se mueve espontáneamente - la muy- y el esfuerzo de sujetarla, de intentar mantener el tablero horizontal, me cansa, agota con su inmisericorde insistencia toda la energía que en principio estaba destinada al pensamiento, a la escritura, al ensayo interminable sobre esa cuestión tan peregrina. ¿Dónde estamos?.

A poco que intente ensamblar cuatro opiniones mas o menos de fiar y media docena de datos, que a la vista están, me percato de la imagen del niño vaciando el agua del mar, toda, con su cubo de plástico, en el hoyo que acaba de hacer en la arena de la playa.
Y es que al parecer estamos en muchos lugares diferentes a la vez, y lo hacemos de diferente manera, de tal modo que la única conclusión que extraigo antes de cerrar el capitulo este del ensayo que nunca existió, es la de que sigue siendo fundamental responder a la pregunta madre de todas, y lo que termina resultando preocupante, es la evidencia de que el entorno que me rodea, la ilimitada información de que dispongo, tan solo supone una barrera infranqueable, un blindaje perfecto para evitar que mis ideas, y la de tantos otros supongo, no salgan al exterior a contaminar las placidas aguas de la primavera política y la pureza del aire, de este aire tan exquisito por el que muy pronto vamos a tener que pagar, tambien.

Y es que lo malo de hacerse preguntas, es que uno suele encontrar respuestas, algunas aunque no todas, y la buena educación, la de callar las verdades inconvenientes, me induce a seguir diciendo que realmente no se donde estamos, o mejor que no quiero saberlo, o quizás que me gustaría no saberlo.

Es lo que tiene ser testigo – de este presente evanescente, y nada mas- en el que comienza uno a leer, luego da en pensar, y termina escribiendo.
Y cerrando el circulo, una vez mas, no importa de donde vengamos , ni siquiera adonde nos dirigimos- si algo conocemos con exactitud es que el futuro, todos los futuros son el presente, este presente- y que, si continuamos sin querer conocer el lugar donde nos encontramos, todo lo demás, la nada, se nos dará por añadidura. Y ojala me equivoque.

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jueves, 5 de mayo de 2011

DIAS DE VINO Y ROSAS 4.-


EL BAJÓN.-

Outlook Express: La bandeja de entrada está vacía. No hay ningún mensaje nuevo.

Es lo mismo que cuando abres el buzón de la calle y lo único que sacas es la llave que acabas de introducir en la cerradura. Triste.

Y viene la depre, que después de ronronear un rato termina marchándose a la búsqueda de otro espíritu menos estrecho. Aunque me deja su sombra, el halo de tristeza del que quiere, como todo el mundo, ser querido, o tan solo un poco querido, o un poquito nada mas. Y me vuelve a la mente la canción:
¿Por qué no me escribes?

Why don't you write me
I'm out in the jungle
I'm hungry to hear you.
Send me a card,
I am waiting so hard
To be near you.
Why don't you write?
Something is wrong
And I know I got to be there.
Maybe I'm lost,
But I can't make the cost
Of the airfare.
Tell me why
Why
Why
Why don't you write me,
A letter would brighten
My loneliest evening.
Mail it today
If it's only to say
That you're leaving me.
Monday morning, sitting in the sun
Hoping and wishing for the mail to come.
Tuesday, never got a word,
Wednesday, Thursday, ain't no sign,
Drank a half a bottle of iodine.
Friday, woe is me
Gonna hang my body from the highest tree.
Why don't you write me?


Lo curioso de la canción es su ritmo festivo, en un tempo presto assai, o algo así, pero perfectamente bailable y disfrutable y que, en las voces amables de Simon & Garfunkel(aka Telefunken), llega a distanciarse remotamente del tremebundo y funesto final anunciado.

Vade retro sombra chinesca, y hágase la luz de la música, del antídoto mil veces eficaz ante un buzón yermo.

Y es que tengo más, muchas más, canciones, y vidas.



P.D.

La bandeja de mantecados vernaculares, aka perrunillas, que con tanto amor me acompañaron desde el pueblo, para hacerme amable el cafelito de media tarde, apareció ayer repleta de minusculas hormigas que disfrutaban orgiasticamente entrando y saliendo de los poros de las pastas, y seguramente haciendo cosas peores en las que no quiero detenerme a pensar. Lo cierto es que, ante la imposibilidad de separarlas completamente de su presa; sacudí ligeramente una de ellas y me la zampé tranquilamente. Constato que son algo crujientes, pero sin exceso, y que el ligero amargor que presta el acido fórmico de las susodichas, sustituye razonablemente el perdido sabor de la almendra amarga que, antaño, coronaba la superficie de este dulce tan modesto como exótico. A partir de ahora: "Pâtes fourmis avec le goût d'amande amère"
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lunes, 2 de mayo de 2011

DIAS DE VINO Y ROSAS 3.-


El mayor espectáculo del mundo. El cielo.

Cierto que la jornada, quinta según el calendario de primavera, sábado santo –es un decir- ya estaba cargada de experiencias extrasensoriales para las que mis embotados sentidos no tenían preparación alguna, y no por inexpertos precisamente, si no porque la naturaleza te sorprende a cada paso con imágenes inéditas que, curiosamente ha repetido una y mil veces.
Las cigüeñas secando sus alas empapadas tras cuatro días de lluvia incesante. Nunca había contemplado esos pájaros tan grandes con los cañamones colgando a los lados como si fuesen la falda camilla de una casa que apoya únicamente en sus patas, y a veces con una sola tienen suficiente. Tortugas enormes, galápagos venerables soleados en lo alto de la peña que reina en el centro de la charca y con la que comparten forma y color.
Y el paisaje tan familiar, las rocas graníticas emergiendo en un mar de arena, como picos tímidos del gigantesco iceberg que la roca madre esconde de nuestra mirada y sobre la que hemos crecido como las florecillas multicolores y efímeras de la primavera, siempre y cuando esta señora tenga a gala aparecer, como ha sido el caso esta vez.
Me sorprendo, al ver elevado el florecimiento granítico a la categoría de parque natural ” Los Barruecos”, y aunque nada humano me sorprende del todo, tengo que reconocer que la gente que pone nombre a las piedras y las eleva a los altares, tiene su mérito, y mi estupefacción.



-Tú eres Piedra y...- ya sabéis.

Y en el centro, en la mitad del camino, algo tan elemental, tan promiscuo y reconfortante como es la comida. De esas con un comienzo y un final indefinidos, sin el menor recuerdo para el Licenciado Vidriera y sus miserias, ni para los ayunos cuaresmales de nuestros ancestros, ciertamente aterrorizados por las amenazas eternas, y no tan eternas, a las que durante siglos estuvieron sometidos.
Una de esas comidas fundamentadas en productos sencillos y a la vez insuperables, en la que la ausencia de aquellos irrecuperables para el paladar , como las sardinetas del aperitivo o los nazarones del postre, quedaba gratamente compensada por su nostalgia. El arroz, fabuloso.
La barra abierta hasta el amanecer que, según vamos siendo menos jóvenes, se convierte, naturalmente y sin estridencias, en el atardecer.

Y es a esa hora, cuando el crepúsculo inicia su andadura, cuando la imagen que tienes frente a ti, te descubre el origen de la vida, el origen del universo. El cielo sobre la dehesa, el mayor espectáculo del mundo, donde la línea que separa el mar del cielo se vuelve imperceptible y donde se pueden ver, con cierta dosis de imaginación y algo de escocés, los barcos flotando.
Comprobadlo, y corregidme si me equivoco.

P.D.-
A mí vuelta al cole, he encontrado, cosa novedosa, diversos departamentos en los que queman incienso en un incensario-obvia, la palabra- para extender el espíritu penitencial mediante estímulos olfativos, varios días más, o semanas, sobre el tiempo de rigor.
Al parecer es costumbre importada de la Roma y de la Bizancio de la cosa, que actualmente adoptan los seudónimos de Málaga y Sevilla.
He propuesto al gerente cambiar los gorros y mascarillas de quirófano por una única prenda higiénica en forma de capirote, al objeto de simplificar su uso y a la vez ir preparándonos para la próxima edición.
Incluso le hablé de la posibilidad de usar distintos colores, alejados del verde del Duque de Ahumada, ya muy visto, y más acordes con las simpatías de cada nazareno.
La respuesta no es reproducible. Los de Google son capaces de cerrarme el blog.




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