jueves, 27 de noviembre de 2008

CENTRO DE INTERPRETACION DE LOS AÑOS SESENTA IX.-



¿Hasta cuándo Catilina, abusarás de nuestra paciencia?



La fotografía, copiada del blog de Pepe´s, a la vez que carátula del disco resumen del curso, es la portada del libro:
“60 Años de cine español en fotos de la agencia Efe.1915-1975”
En ella aparece el alcalde de Villa del Río, homenajeado por el profesor que mató a un ciclista y por las protagonistas de Placido y de La hermana San Sulpicio, respectivamente.
Me perdí su exhibición mural en la calle Larios, y me quedó la curiosidad, el apetito por ver las fotografías, aunque fuese en el tamaño, mucho mas modesto, casi de bolsillo, en que aparecen en el libro editado ad hoc.
Por eso cuando lo encontré en la librería fantástica, aunque precintado, pude ver en su reverso los logotipos de los patrocinadores, seis u ocho, todos públicos y, no dudé en colocarlo en el cesto.
La librería en cuestión, está ubicada en un antiguo cine-teatro, en la calle más emblemática de Sevilla, la calle Sierpes. Disimulada entre varios establecimientos comerciales, conserva la distribución y hasta el espíritu, de su anterior función. Entras dejando a un lado las taquillas, ahora expositores, y avanzas por el pasillo central, flanqueado por libros, hasta subir al escenario, donde te esperan las novedades junto a ediciones mas o menos exquisitas. Desde allí, contemplado por decenas de miles de tomos ansiosos de asirse a tu brazo, puedes sentirte parte del espectáculo. Muy elegantemente, no tienen marcados los precios, con lo cual, aparte de separar el aspecto inmaterial del libro de la aridez del vil metal, te encuentras desinhibido a la hora de ir organizando el hatillo. Hasta ahí, bien.
Pero cuando llego a la caja, cuando me presentan el ticket, noto con asombro que no corresponde con la cantidad más o menos estimada. Se dispara hacia arriba con una diferencia equivalente a un libro mas sobre los seleccionados. Reviso y…es él. Vuelvo a cogerlo, miro detenidamente la contraportada, por si me he equivocado en la apreciación, y una vez descifrados los sofisticados jeroglíficos, diseñados sin duda por las primeras figuras de la cosa, compruebo que son todos de la casa, de mi casa, a saber: Ayuntamiento de Málaga, Área de Igualdad de oportunidades de la mujer. Junta de Andalucia. Consejeria de la Cultura. EFE, RENFE, ADIF, y otro nuevo para mi 2016.que al principio pensé que era el titulo de una película de Wong Kar Wai, y por tanto comercial, pero no, 2016 significa Málaga ciudad europea de la cultura, y también lo pago yo, lo pagamos todos, a esa y a todas las entidades benefactoras del evento, A sus directivos, y a sus correspondientes Cuquis, como ya vimos antes, por lo tanto el libro es mio, es nuestro, puesto que ya lo hemos pagado antes. Pero el cajero no opinaba lo mismo.
-¿Lo va llevar Usted. O no?.- Fue No. Claro está.Con gran indignación por mi parte.

Ni siquiera los presuntos derechos de autor de fotos de hace casi noventa años, ni los de la empresa estatal que las atesora, pueden justificar una cifra de varios dígitos (ahora dicen así cuando quieren decir que es mucha la cantidad, disculpen que no sea mas explicito) que además, insisto, ya la he pagado otra vez con anterioridad, y con creces.
Y me quedé con mis principios intactos, pero sin el libro, como tantas otras veces a lo largo de mi vida.
Solo que ahora veo claro que esta presunta estafa, no es mas que una anécdota si la comparo con el hecho de que estemos pagando la enseñanza pública y a la vez las universidades privadas (hay tantas como empresas constructoras), las academias, (estas son todas privadas, que curioso) o los estudios complementarios postgrado de pago, que nuestros hijos deben realizar si quieren encontrar trabajo.
Que estamos pagando la sanidad pública (la joya de la corona) a la vez que la asistencia privada se afila los colmillos de acero ante la masificación y las esperas interminables en el Sistema Nacional de Salud.
Por no hablar de la duplicidad de la tarea de los guardas de seguridad privados, o de nuestra eficacísima sección antiterrorista, francesa por supuesto. O de nuestro equipo de mediación internacional, liberación de rehenes, asistencia a cumbres, etc., también frances, y además gratis, al parecer.
Me asoma la obsesión impertinente de que estoy pagando dos veces por casi todo, Y de que estoy en desventaja con los que solo pagan una vez, Por no decir que, no tengo nada que hacer ante los que no pagan ninguna y, encima, cobran por ello. Me hace pensar en las demandas de vascos y catalanes, de pagar solo una vez, y levito mientras medito. Terrible cuestión, terrible catilinaria para plantearla en tiempo de crisis, pero mas terrible es intentar vivir con semejante peso en las espaldas sin ser Sísifo, ni pretenderlo.
Y es que además, hace poco que he visto en microsiervos.com, en el enlace a las paginas de aeronáutica curiosa, como prueban la resistencia de las alas de un Boeing, añadiendo peso sobre ellas por encima del valor proyectado y garantizado por los ingenieros de la empresa fabricante. Cuando sobrepasaron el 154%, justo ahí, el avión dejo de serlo. Hay un límite para las cosas, al parecer. Y aquí seguimos pensando que no, que así siempre nos ha ido bien, y que por seguir probando (aumentando el peso) no perdemos nada.
A mi, a pesar de que me parece admirable, y envidiable la figura de Jeremías lamentándose ante la destrucción de Jerusalén, del anciano extenuado en su labor (era un profeta profesional) y deprimido por las efectos, terribles, de su ineficacia. A pesar de parecerme la estrella de la exposición monográfica de Rembrandt, a mi me jodería.
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martes, 25 de noviembre de 2008

CENTRO DE INTERPRETACION DE LOS AÑOS SESENTA VIII.-



Marlo Brando y Sara Montiel,


!Que gran pareja pudieron hacer..!


Una vez establecida la diferencia entre las dos mitades (mas o menos) de la humanidad, y la mutua necesidad que se establece entre ambas, pasaremos a explorar la evolución temporal de sus relaciones, de sus altibajos amatorios y domésticos, para complementarlos con el antes y el después de la coyunda. Desde la soledad de la pareja unipersonal hasta algunas de las múltiples variantes culturales, virtuales o ilegales, que suelen acontecer cuando un tercer elemento aparece o desaparece en la pista de baile.
Es una lastima que la iconografía de los años de Mongo sea tan escasa, tan pobre y mezquina, como los primeros dibujos de Alex Raymond, años 30, con un superhéroe tan borroso como esquemático, envuelto en una sombra de indefinición que parece salida de los cuadernos de un parvulario. Con las imágenes de los iconos culturales de aquel tiempo sucede algo parecido. Mismamente en las reconstrucciones de epoca, sin las escaseces habituales, como en “El viaje a ninguna parte” que ayer volví a ver, solo se podía atisbar un cartel medio roto en la pared del bar del pueblo, donde podía verse el nombre del artista de entonces, Pepe Blanco.

Y poco más que el viejo cartel quedó para la crónica, reproducciones de la cubierta de algún disco, con imágenes borrosas, mal coloreadas, y que no soportan la mínima ampliación. Las fotos de estudio, si queda alguna, se confunden con los retratos en sepia, espectrales y difuminados, de los abuelos muertos, que hasta hace poco eran el principal elemento ornamental de los hogares de Mongo.
Y que conste, que eran ellos, la pareja ideal. Primero Carmen Morell y Pepe Blanco, con sus jotas y su cocidito madrileño, y luego Dolores Abril y Juanito Valderrama, con sus impagables “Peleas en broma”. Parejas especializadas en canciones, coplas, dialogadas donde la intervención alternativa del chico y la chica, dando la replica brillante al antagonista, sostenía la presunta gracia del argumento hasta su final.
Desconozco si fueron causa o consecuencia de una cierta tradición popular que, posiblemente, estaba allí desde mucho antes, pero lo cierto es que este tipo de canción, estas coplas tan espontáneas como improvisadas, la mayoría de las veces, a pesar de sus rimas y su métrica más que dudosas, gozaban de la frescura de sus actores, los chicos y las chicas. Quienes disfrutaban-abamos de esta actividad en la fiesta del pueblo, desde tiempos lejanos. Y es que esta cosa, la relación entre ambos sexos a través de estas disputas amables, de esta rivalidad entre rapsodas, ha pasado a mejor vida. Al igual que la mayoría de los prolegómenos y ritos de iniciación que en el mundo animal la pareja suele realizar antes de consumarse la cosa. La otra.
Curioso resulta que las parejas modelo, de artistas inseparables, como las citadas, lo eran también en la vida real, y al igual que la separación de Blanco-Morell coincidió con el fin de su carrera artística, volviendo Pepe con su taxi y su legitima, el dúo Valderrama-Abril tuvo que esperar a finalizar su particular viaje a ninguna parte, para conseguir la anulación eclesiástica de un anterior matrimonio y poder pasar por la iglesia y el juzgado después de toda una vida en pecado. Tiempos.
Me temo que esto, topicazo de cómicos aparte, es lo que parece. Que la guerra continua, a pesar de que se gane o se pierda alguna batalla que otra.
Ahora bien, más que por las imponderables limitaciones de la condición humana, que seguro que también, mi desarreglo neuronal me incita a pensar que este tema, el desamor, ha sido generado y potenciado por la imperiosa necesidad de morbo que la literatura, el cine y la copla, han necesitado para su desarrollo.
En todo caso, el inocente juego de los principiantes, la pelea en broma, va adquiriendo complejidad a la vez que se desarrolla el guión, el melodrama, y el espectáculo mas viejo del mundo, siempre vuelve a sorprendernos con sus infinitas variaciones sobre un mismo tema.

Hablando de cine. El mongiano “Mi último tango” de Doña Sara, continuado por “Pecado de amor” repletos de turbulencias amorosas, que no amatorias, casi anticipan otro titulo de un mundo y de un tiempo posterior, “Ultimo tango en Paris”, modelo de reclamo erótico de la pantalla grande. Y es en este, donde encontramos una escena admirable que, resume en cierto modo la capacidad para la mutación que tiene el tema de hoy, el tema de siempre.
Me refiero al monologo de Paul-Brando ante el cadaver de Rosa, su esposa, yacente después de quitarse la vida. El dolor por la perdida, que se intuye muy anterior, no solo encierra el comienzo de su irreversibilidad, o el peso de la culpa inseparable del desamor , que hace gemir y llorar al actor por antonomasia. Sus silencios, y sus desgarradores primeros planos, nos hacen sospechar otros matices inevitables de la tragedia. Pero el clímax actoral no lo es todo, Tras Brando aparece la silueta del último amante de Rosa, Mássimo Girotti, cubierto con un batín “idéntico” al que viste Paul. Una bata en un tartan de cuadritos amarillos y verdes sobre un fondo más o menos morado... Y es que no se puede contar una historia más rica, con mayor interés humano, en menos tiempo, ni con menos medios. El personaje de Rosa que, solo es una sombra, ha tejido un clan masculino a su alrededor. Quizas son un solo hombre que se repite en distantes versiones, con la misma ropa, con la misma función, y quizas ellos sean solo una sombra del ideal imaginado por Rosa. El cine, y el amor, tiene estas cosas.
Y tiene, al menos ha tenido, una influencia tremenda sobre los usos amorosos, sobre las costumbres de pareja de varias generaciones.
Sin ir mas lejos que estuve, años, intentando conseguir una bata como la susodicha, algo infructuoso , como pueden suponer, buscando en los estantes y perchas de Almacenes Arias o del Corte Inglés, ya que en las boutiques, paradójicamente, no venden esas mariconadas.
Hasta que un buen dia, cuando Marks y Spencer, otro tipo de pareja diferente, decidieron aventurarse en Mongo, entre camisas y pantalones indestructibles, apareció ante mi, ella.
La misma que vistieron Marlon y Mássimo, ahora estaba a mi alcance. Comprobé inútilmente si la talla era correcta. Claro que lo era, y…la dejé allí.
No sé porque lo hice. Supongo que percibí el rasgo de actitud infantil que supone el intentar emular los héroes de la pantalla. Igual que el tiempo en que soñé poseer el Winchester de James Stewart, también había quedado atrás, y no me imaginé con la suficiente valentía, ni con los años de inconsciencia necesarios para salir con un rifle a la calle. Debió ser eso. Por lo demás, nunca la he echado de menos. Aunque ahora, bien mirado tengo un pijama del mismo género escocés solo que en azul, y por cierto extremadamente confortable.
Marks&Spencer marcharon de Mongo con el rabo entre las piernas, y aunque los economistas digan que fue porque la subida de la libra los hizo poco competitivos, a mi siempre me quedó el resquemor de si no habrá sido por mi culpa. Y es que no puede ser bueno esto de amagar y no dar, de desear y no querer. Y este es otro aspecto de la cuestión, y no el último.
Menos mal que Mark&Spencer no se separaron. La pareja goza de buena salud.


P.D.- El próximo dia hablaremos de las animadoras. Espero que sea más divertido.


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viernes, 21 de noviembre de 2008

CENTRO DE INTERPRETACION DE LOS AÑOS SESENTA VII



Misteriosas e imprevistas cuestiones fonéticas.-

Como decíamos ayer…

Dicen que dijo el maestro en su regreso al aula, luego de pasar una larga temporada en los calabozos de Mongo.

Aunque no existían todavía los sexadores de pollos, y créanme que, ellos han hecho por la humanidad, al separar el futuro huevo del futuro muslo-pechuga, algo tan importante como para merecer al menos una placa en la Plaza Mayor, allí persistía el escabroso asunto que nos ocupa, tabú, como tantos otros, en su eterna formulación de “Guerra de los sesos”. Y nos encontramos con la primera dificultad de hoy.

Es fundamental, para comprender el contexto, la correcta pronunciación de la segunda s en la palabra seso. Aunque apresuradamente pudiéramos pensar que no es más que un eufemismo de la x, conviene recordar que no estaban los tiempos para eufemismos, tampoco, y que la x estaba igualmente proscrita. Ya digo que eran tiempos de mucho prohibir, a petición popular supongo (By request, dicen en las propinas de los conciertos, algo así como que ellos no quieren hacerlo, pero ya que insisten...). El caso es que la s en cuestión, hay que pronunciarla como la s francesa (poison=veneno) y no como la ss francesa (poisson=pescado). ¿Me siguen?. Es igual .

Para los que prefieran la disertación académica, también tengo:

Pronunciación de la s. — Alveolar fricativa sorda.Articulación: Hay entre la s española y la s corriente en los demás idiomas, una diferencia importante; esta diferencia se manifiesta, principalmente, en la posición de la punta de la lengua, la cual, en la s española, se eleva, estrechándose contra los alvéolos superiores, mientras que en la francesa, inglesa, alemana, etc., desciende, por el contrario, apoyándose más o menos contra los incisivos inferiores; en una y otra articulación, la estrechez, de la cual resulta la fricación, viene a formarse sobre el mismo punto del paladar, oscilando, según los casos, entre los alvéolos y los dientes superiores; pero la parte de la lengua que forma esa estrechez, en la s española es, precisamente, la punta o ápice, mientras que en la s extranjera es el principio del predorso.De aquí resulta que el timbre de estos sonidos es bastante distinto: el de la s española es más grave y más palatal que el de la otra s. (La que yo decía).

Creo que ahora pueden intentar reproducir el fonema con propiedad. Y si se hacen un lío con las lenguas, sepan que, también, es pecado. Por mayor motivo.
Lo cierto, y por tanto verdad, es que la riqueza lingüística de Mongo es un bien que no deberíamos desdeñar y, mas bien poner énfasis en su conservación en tanto no deja de ser otro hilo de Ariadna que nos lleva a nuestras raíces históricas y culturales que, entre otras cosas son nuestras, y lejos de servir como señuelos para satisfacer los intereses de presuntos nacionalismos huecos, deben ayudarnos a encontrar en el pasado alguna solución valida para los problemas del futuro. Digo yo.
Aunque doy por sentado que la mayoría, sobre todo los no nacidos en la espesura del manglar, no podrán conseguir el sonido fetén, no por ello dejo en el tintero, la explicación de mi alevosía. No solo era obsceno el significado de ciertas palabras, también lo era su sonido.
Pero lo peor es que, en el Mongo actual, no crean que han cambiado mucho las cosas.
No se dice, no se escribe, asesinatos, centenares al año, no se dice crimen, decenas de miles, se habla, se escribe violencia de genero( aparte del genero neutro, del que también trata supongo, resulta que genero es el tipo del tejido, del paño con que se confecciona la ropa, artículos nada violentos en su origen), e incluso atenuando todavía mas el hecho, violencia domestica, como el gato o el mandil de la abuela(la relación entre el hogar y el crimen queda establecida, a la vez que se oculta su significado). Se cambia , se omite la palabra certera para usar un subterfugio que endulce, que oculte la realidad.
A pesar de ello , y ante la lógica ineficacia del viejo sistema de enmascarar las flatulencias con el agua de rosas, se acude a los misterios que, tanto juego han dado al personal en el pasado. Misterios gozosos, dolorosos, gloriosos y luminosos(estos son ignotos para mi), y en el Mongo aconfesional se crean otros nuevos, entre ellos el misterio de Igualdad. Si bien en su titulación no se aclara algo fundamental para dotarlo de significado, cual seria el oportuno añadido de igualdad ante qué o ante quien. Volvemos al lenguaje críptico, a los símbolos masónicos que todo el mundo entiende, menos un servidor. Ya que tratan otra vez de la “Guerra de los sesos” como nos temíamos. Y como antes , nuestra guía espiritual y fonética, sigue estando fuera de nuestro planeta, donde al misterio de Igualdad, complementan con otro de Libertad (en Mongo no había de esto, la verdad, y cuando llegó, tampoco nos dijeron para que era esa libertad. Cojita se quedó) y uno mas de Fraternidad, palabra sin sentido que aquí, además, está registrada a nombre de una compañía de seguros.
Así que a nuestra generación, la generación de Marx y Coca Cola, (En USA se llamó Ron y Coca Cola, cantada por las Andrews Sisters, para que digan que la censura no es algo universal), no le quedó mas remedio que adaptarse a la nomenclatura de entonces.
Los roles (palabra que en cuanto fue aceptada por la Academia de la Lengua, dejo de usarse) masculino y femenino establecían que la mujer era el sexo débil, y que ello era así desde tiempos inmemoriales. No aclaraban estos roles, si esta afirmación era valida solo a tenor individual o si era extrapolable al colectivo del genero en cuestión. Y esta ausencia resulta fundamental a la hora de comprender el dislate. En primer lugar, a titulo individual, la afirmación no resulta valida salvo en algunos casos particulares, nunca en la generalidad. En segundo lugar, el colectivo femenino tiene dos características que le prestan innegable superioridad sobre el masculino: Su supervivencia, su longevidad es entre cinco y diez años mayor, y además son mayoría. Son una mayoría natural electoral. Ahí es nada.
Estas diferencias que rompen la igualdad sin ningún misterio, es de esperar que, al igual que las masacres cotidianas de mujeres, tampoco, sean resueltas por dicho misterio. No quiero ni imaginar las soluciones que podrían ingeniar sus expertos para igualar(igualdad) el numero de hombres al de mujeres, o para que el voto femenino tenga una particular interpretación en la ley D¨Hont para que quede compensada la desigualdad que sufren los varones. No quiero ni pensarlo. Tendrán que acudir a los misterios luminosos. Por lo menos. O bien, a los expertos en semántica para encontrar nuevas palabras que satisfagan a todo el mundo, aunque sea distrayendo de las soluciones de verdad. Que haberlas haylas.

Para empezar llamar a las cosas por su nombre y apellidos, para que podamos saber de que estamos hablando, y para continuar, no queda más remedio que abandonar el viejo axioma de sostenella y no enmendalla y aceptar que puede servir el método de prueba y error, y probar todas las veces que sea necesario hasta que los criminales en general, y los que matan o hieren a sus parejas en particular, estén donde deben estar, y paguen lo que tengan que pagar. Pero no hay solucion que no incluya la prevención en primer lugar. La educación a los ciudadanos sobre la existencia de un problema intemporal como este, y la necesidad de proteccion de los mas debiles, en estas y en todo tipo de agresiones. La educación en la necesidad de denunciar los fallos del sistema, y en el deber de exigir soluciones.

Tan fácil como incluir estos capitulos en la asignatura correspondiente.

Y mientras germinan las semillas no está demas que cuidemos, y no empeoremos, las relaciones entre Adan y Eva.

Me voy a hacer un rosario
con tus dientes de marfil.
Para que pueda besarlo
cuando estoy lejos de ti.


P.D. La película de Godard, basada en un relato de Guy de Maupassant, habla de esa generación, de esos años, pero de otra galaxia. Bastante cercana, por cierto.

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domingo, 16 de noviembre de 2008

JOSEP PLA EXPLICADO A LOS CHARNEGOS POR UNO DE ELLOS.


El seny de Josep Pla, como profilaxis de futuros desastres, y como lo cierto y verdad es que a nadie le gusta vacunarse, salvo que sea una vacuna de moda.


Seny debe significar algo así como: cordura, ponderación, juicio, aunque para los no catalanes, otra desgracia mia, resultará imposible entender su autentico significado, según los expertos, catalanes of course, en el tema.
Debo confesar que no me han faltado tentaciones de estudiar catalán, lo de aprender ya digo que me está vedado, aunque solo fuese para poder disfrutar de primera mano los textos de Joseph Pla (la perdida etimológica de la h final fue una lástima, se hubiesen comprendido muchas mas cosas), y no solo por apreciar al cien por cien las ideas de mi admirado charnego universal, si no, porque, y esta es otra de mis desgracias, su obra en castellano, dicen que bien traducida, ( en todo caso gran parte fue escrita en las dos lenguas por el autor) ha resultado difícil, cuando no imposible de encontrar, y cuando, hace bien poco, se ha publicado su obra completa, ella figura en una edición de libros enormes que están en los estantes mas altos de las librerías, tan elevados como 60 u 80 euros por numero romano, el I, el II…ya me entienden. Totalmente inaccesibles.
Pero es que, además, la genialidad de algunos artistas, que han sobrepasado el nivel del olimpo popular para codearse con aquellos pocos a los que tanto les debemos, suele trascender los trabajos, inconmensurables, que les elevaron a esa categoría, para extenderse, para impregnar como el aceite del sofrito lo hace alrededor y en profundidad de cada grano de arroz en la paella, a muchas de las situaciones cotidianas del artista, de las que nos han quedado referencias, aunque en no pocas ocasiones, puedan pertenecer a la leyenda y a la ceguera propia de la desmesura que la admiración por ellos nos produce.
Esta es autentica, como todas. Como la respuesta que el gran Silvio (Fernandez Melgarejo) dio al periodista-provocador, en su penúltima entrevista:


-Silvio. ¿Es cierto todo lo que se dice de ti?
Silvio, tras un instante en el que supone apela, sin éxito, a la reflexión:
-Si-


Así suponemos que, lo que dijo Pla ante la visión del Manhattan nocturno, ante aquella orgia luminosa, en su primera visita a New York, no pudo ser, no podía haber sido otra cosa.
Dicen que tras un instante en el que sus acompañantes pudieron apreciar como el agobio, la congoja, el pavor ante aquella situación eran reflejados en su rostro, expelió un comentario tan urgente como necesario para restaurar el seny ampurdanés:


- Y esto. ¿Quién lo paga?

Y es que, llevo tiempo, frunciendo el entrecejo primero, acercando las arrugas de la frente después, y sumiendo en una extraña congoja la parte externa de mi corazón, de la camisa hacia fuera, (aunque ahora los modistos hayan sucumbido a la necedad de suprimir la parte mas imprescindible de esa prenda masculina) cada vez que veo anuncios en televisión, en alta definición con flashes de imágenes paradisíacas que uno ubica en el sudeste asiático, en países que ofrecen los restos (y solo eso) de culturas milenarias, o en playas de inconfundible aroma caribeño, publicidad tan costosa como efectiva que anuncia…..!La comunidad autónoma de tal y tal! A veces a palo seco, y otras con el original eslogan del …Venga,vea y compare.
Esta situación ha ido universalizandose en los medios, desde las franjas superiores de las paginas mas visitadas en Internet, hasta la prensa escrita, incluso los suplementos dominicales, el de hoy mismo, a todo color, pagina impar(las mas caras) y formato A3, es decir para dar trabajo a las petroquímicas(color),y celulósicas(papel), y de esta forma ayudar, supongo, a luchar contra la crisis, empeorándola, y ,favorecer de paso, la destrucción del medio ambiente. Y ahora ya ni siquiera incluyen mensaje alguno, absolutamente innecesario, tan solo proclaman la existencia del anunciante, una comunidad autónoma. Una de las diecisiete.
Y me vuelve, me remuerde la pregunta de Don José:


-Y esto. ¿Quién lo paga?

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sábado, 15 de noviembre de 2008

BIGGER THAN LIFE





Mas poderoso que la vida, 1956.


Narra la historia de un profesor que, a causa de una rara enfermedad, debe tomar una droga poco experimentada, un compuesto de cortisona, que le provoca como efectos secundarios evasiones de la realidad, megalomanía y una búsqueda de la perfección. Los médicos que le atienden diagnostican que la droga le ha provocado una psicosis patológica, de evolución incierta, que debe ser tratada con sedación prolongada.
Delirio de locura se llamó en Argentina. Y por una vez, la traducción equivoca hace justicia a la historia.
Nicholas Ray no se cansó nunca de pedir disculpas por el tremendo error de haber usado el nombre y apellido de una droga real, cortisona.
Otro delirio de locura sobre otra nueva droga poco experimentada, la llamada: Exuberancia irracional por el antiguo presidente de la Reserva Federal de EE.UU. Alan Greenspan para referirse a la tendencia de los mercados a crear burbujas bursátiles que...
Los personajes son los mismos, solo que la clase media americana ha pasado de ser un modelo mas o menos especular , o sea hollywoodense, del pueblo americano, a ser un paradigma de los paganos, de las victimas urbi et orbe de la nueva droga, poco experimentada. Exuberancia irracional.
La foto no tiene nada que ver. ¿O sí? Es de Días de Vino y rosas, la historia de un adicto al alcohol y una adicta al chocolate (¿?) que se encuentran y al principio lo pasan bien, luego…
El tratamiento es el mismo en todos los casos, sedación prolongada.

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miércoles, 12 de noviembre de 2008

CENTRO DE INTERPRETACION DE LOS AÑOS SESENTA VI.-






¿Qué es peor, el miedo, o la estupidez? Y todavía más. ¿Hay que elegir necesariamente uno de ellos?

Se pone uno a recoger hechos intrascendentes, uno por uno, y hace un paquete, como los listos de las hipotecas, y de pronto se da cuenta de que el conjunto ya deja de ser anécdota para convertirse en base fundamental de la sociología de una época o de un país. Luego da un salto en el tiempo, en cualquier dirección, hacia delante o hacia atrás, y se encuentra la sorpresa de que, ¡Voilá!, todo es igual, nada ha cambiado, todo es igual, solo que tu no estas. Como dice la canción, cualquier canción.
Resulta que estábamos en la época de los cursillos de cristiandad y, cualquier hombre de bien, cualquier padre de familia en sintonía con el zistema (así lo pronunciaba el penúltimo alto cargo que nos tuvo a su cargo) no puede faltar a ellos, como ahora no puede faltar a los mismos cursillos que, ahora, se llaman de verano. Hay en estos estilos docentes una comparación forzada, todas lo son, y fuera de lugar, y hay también una alegría por el que esto escribe de no haber sido entonces pater familias, (el latín, fundamental), ni siquiera hombre, y mucho menos de bien, aunque haya tenido que sufrir sevicias morales entonces y ahora, y al ver que la diferencia negativa se convierte en positiva al comparar el botellón (estúpida forma de expresar la renuncia de la sociedad a buscar otro entretenimiento para los jóvenes distinto del alcohol y el canuto) con el guateque, piensa que las expectativas de la juventud son ahora infinitamente peores (signo de senectud precoz, la opinión), al tener un horizonte tan oscuro que la luz que les ilumine el camino, van a tener que pintarla cuando se les pase la resaca. Porque la trama del bordado que tejió la abuela es la misma que intentamos reproducir una generación tras otra, a sabiendas, de que su valor es exclusivamente sentimental, ya que el tejido social no puede mantenerse indefinidamente con el punto de cruz, y la juventud no puede estar a la expectativa de que les aparezca un nuevo Mesías…de Haendel. No debe.
Resumen: Después de la esperanza llegó el desencanto, y después de este, de sus cenizas deberá salir, cual ave fénix, otra ilusión que iniciará un nuevo ciclo. Algo así.

Estábamos en que mejor era el guateque, por muchas razones, tan obvias que no hay mas que dejarlas venir, y ello no implica que esto deba generalizarse a otros asuntos de aquellos breves y efímeros años, unos cuarenta mas o menos.
Vivíamos en Mongo, bajo su cúpula protectora que impedía que, la conjura judeomasónica guiada por las funestas intenciones del internacional neocón, pusieran en marcha el nefasto cambio climático. Con el agravante de que el único que podía sacarnos de allí, Flash Gordon, no se publicaba por Bruguera ni por Toray, y su ausencia se hacia mas dolorosa al faltar sus chicas, malas o buenas, o ambas cosas, calcadas de las pinups de Vargas, tan diferentes en su carnalidad (pecado seguro) de las etéreas novias del Jabato o del Capitán Trueno, por no citar la de Roberto Alcázar (pecado nefando). Pobre Catón que nos limitaba el conocimiento del mundo a las reglas de la aritmética. Y pobre Moisés, quien después de mandar al carajo las tablas de la ley, al comprobar que lo que de verdad le iba al pueblo elegido era la idolatría y el desfile procesional de iconos diversos, desfile que, afortunadamente, ¡Já!, prohibió para siempre, !Já, Já!, y renumeró como pudo los mandamientos, con tanto éxito que, Moisés jamás pudo imaginar que nos los aprenderíamos de memoria grabados a fuego y tiza, y que, de ellos, el mas importante de todos, el sexto, nos arreglaría la vida: No cometerás actos impuros. Ahí es nada.
Cuando jamás nos explicaron cuales eran los puros, si es que los hubo, y cuando la prohibición del pensamiento, palabra y obra, era algo tan extendido en el resto de actividades vitales, que uno quedaba absolutamente indefenso, y ya pecador, desde la mas temprana edad.
Resulta curioso el cóctel educativo en materia de educación sexual. (en el sentido casto del termino, el que sirve para identificar que hay dos diferentes, y que la aproximación entre ambos va ser una fuente de problemas), cuando las letras de las canciones de la copla o del bolero, muy anteriores a nuestra pandilla, no hablan mas que de pasiones desgraciadas, con un guión y una forma tan familiares como ininteligibles para los neófitos en el emparejamiento, y que, cuando llegan las de la nueva ola, el twist, la yenka o el madisón (hasta veinte nuevos ritmos tengo catalogados en el decenio) no dejan de reflejar en sus textos el infantilismo y la necedad propia del publico a quien van dirigidas. Un autentico fiasco. Una laguna, una ausencia que habria que subsanar.
Curioso tambien que el éxito, entonces, de la reedición de “Un mundo feliz” de Huxley, no sirviera para establecer la oportuna , y en ese caso afortunada, comparación con la historia de nuestro Mongo particular; y ahora, un ciclo después, no hacen mas que salir voces reclamando su parecido con la actualidad. Ya digo que el que no ve es porque no abre los ojos o no se asoma a la ventana, o sea porque no quiere ver.

Hablamos de la música que acompañaba nuestro desarrollo personal y estimamos que al final de este curso, (aquí el que no corre, vuela) habremos conseguido establecer la tesis de interdependencia entre ambos.
Diggin my potatoes, (Cavando mis patatas), es un tema recurrente en las letras de los pioneros del blues, que era la copla de los jornaleros del otro lado del mar. Y a la vez de ser unas letras con bastante similitud con las nuestras, resulta ser una actividad, la de trabajar el campo, que deja mucho tiempo para pensar, y pensando y cavando, en la memoria, va encontrando uno ciertas canciones que lo hacen otra vez pensar.
“Luna de miel” de Gloria Lasso con letra de Rafael de Penagos, por ejemplo, es en realidad de Mikis Theodorakis. Y si pienso que fue compuesta para un ballet “Los amantes de Teruel” y que acabó en película de Michel Powell protagonizada por Antonio (el bailarín), me percato de que casi nada era lo que parecía, salvo nosotros que, no podíamos ser otra cosa.
Pero el viento se vuelve amable, y la cúpula de Mongo comienza filtrar una brisa cargada de aromas, de noticias de otros mundos cercanos, Italia, Francia, .y sobre todo de melodías , nuevos sones que comienzan desplazar a la copla, pidiendo un lugar en la pista, y en las ondas, y en nuestro imaginario musical, de tal manera que hasta los palos de nuestro mas esencial folclore, el flamenco, comienzan a moverse orientándose a favor del viento, generando la rumba catalana., después de que la cumbia haya enterrado al cha cha cha, o el rock en sus infinitas versiones al mambo.
Benditos ritmos que nos indujeron a bailar, (suelto, sin pecar), a una generación totalmente autodidacta en el arte de Isadora Duncan, al igual que en casi todos los demás.

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domingo, 9 de noviembre de 2008

CENTRO DE INTERPRETACION DE LOS AÑOS SESENTA V.-





Bolero.-
4. m. Aire musical popular español, cantable y bailable en compás ternario y de movimiento majestuoso.
5. m. Canción de ritmo lento, bailable, originaria de Cuba, muy popular en el Caribe, de compás de dos por cuatro y letras melancólicas.




Piensen ustedes que les robaron la juventud y que, luego el resto de su vida lo dedican a buscarla. Eso es lo que ocurre cuando mirando atrás, y puede ser hacia el año pasado, no hace falta tener sesenta y dos (Primera pista-Ringo Star), uno se da cuenta que lo han engañado, lo han timado vilmente con total alevosía e impunidad, lo que es peor. Aquí no interesa tanto buscar al culpable, porque este siempre señala a otro, en un molesto juego de espejos de feria donde el dedo acusador acaba, sarcásticamente apuntando hacia uno mismo, como recoger las migajas, los restos de los cristales rotos (Segunda pista: hoy es el aniversario) e intentar buscar alguna pegatina, algún rastro tangible de lo que nos perteneció antes, para usarlo, aunque sea, como marcador de las paginas en el libro de nuestra vida. Suele ser reconfortante para seres tan vulnerables como nosotros (Tercera pista, me gustan vulnerable y reconfortante, digamos que son complementarias), y no viene mal tener guardada alguna pluma de pavo real, o bien la estampa del ángel de la guarda, para mirarlas cuando la cosa se pone chunga (Cuarta pista, autoayuda al canto).
Esto sucedió así, y volverá a suceder, o está sucediendo (5ª extrapolando lo que quieran, actualidad económica incluida).

- Mucho tiempo atrás, sobre una colina... el loco... (6ª, esta es de Paul) o sea el chico escuchaba las canciones que los cacharros de feria repetirían hasta el dolor desde sus altavoces metálicos y, grabarían en su memoria para siempre jamás con la etiqueta de canción de moda, en su acepción de momento mas que de lujo perecedero, ya que por aquel entonces no sabíamos que era el lujo, ni siquiera que era una colina, teníamos cerros, y lo de perecedero pues como que ni nos iba ni nos venia, mas bien vivíamos al dia, nos acostumbrábamos a ellas, a las canciones y, quedábamos sometidos al albedrío del dueño del altavoz, quien no hacia otra cosa que comprar dos o tres discos en la tienda de la capital, los de moda, siguiendo el dictamen del experto vendedor, quien a su vez no hacia mas que dar salida al stock que le dejara el comercial (7ª, representante, los llamaban)y así ad infinitum, hasta llegar a la autentica madriguera, a la génesis de la cultura musical de la juventud española.
Esta situación se repetía en el tocadiscos de todos los cines de pueblo (8ª luego, cuando representante significaba otra cosa, también desapareció Villa del Rio como tal y comenzó a hablarse del pueblo español, en otra venturosa acepción). (9ª Villa del Rio = Berlanga. No quiero abusar), en los descansos y durante los interminables cortes de la película, se repetía la misma canción, al igual que en los locales populares al aire libre donde la música solía servir para enmascarar el ruido ambiental, o el terrorífico silencio de los que no tenían (o no podían) nada que decir, (10º situación idéntica a la del El Rastro madrileño, como termómetro musical) de tal manera que uno puede identificar un año y sus adyacentes por las canciones propias de cada uno de ellos.
Y aquí llega el terremoto, la crisis del conocimiento, el momento ese en que uno se da cuenta que le falta la cartera. Aquel año fue el de Antonio Molina, en sus postrimerías, y el de su “Caballito bandolero” (11º Vámonos pa la montaña, que eres tú lo que más quiero) en onda con el disco rayadísimo del Valderrama emigrante, que a los cinéfilos hacia llorar al rememorar los seres queridos que acababan de coger la patera rumbo a Alemania, disco que el proyeccionista local, fotógrafo, cartero, y media docena de oficios mas, se resistía a mover del plato. Hasta aquí, normal.
Pero es que la canción del año siguiente, del consecutivo en el calendario cristiano, es “Whole lotta love” de Led Zeppelín. Y aquí ya no hay letra que aprender, artista con nombre cristiano, traducción para el titulo, amplificador que no se funda los quince minutos, no hay nada que se pueda conservar del esquema anterior. Ni tan siquiera un apellido razonable, hasta el dia de hoy genero inclasificable en nuestro idioma, rock, pop, heavy, hard, tanta era nuestra carencia que decidieron ponerle a la niña “Música moderna” y así se quedó. Para el fondo musical de nuestra memoria, fue la noche y el día, el antes y el después.
Este salto en el vacío, hacia el estado del bienestar de finales de los sesenta, fue aceptado universalmente con la misma placentera liberación de endorfinas que produce el estrenar un coche nuevo o el paso del blanco y negro al color. El vértigo que produjo el nuevo estilo de vida, distrajo del reciente pretérito, que tan parco había sido en amabilidad y consideración para sus coetáneos, y hasta llegó a hacernos dudar de su existencia.
Pero estos saltos no dejan de ser traumáticos para la educación sentimental (12º léase Vázquez Montalbán) de un país, y so pena (13º ese si que sabia de música, Sopena) de olvidar para siempre la cartera y su contenido, la foto aquella, la dirección del amigo perdido para siempre... conviene repasar de vez en cuando el por qué y el cómo dimos aquel gran salto (14º desde entonces tengo flojo el menisco) y sobre todo, intentar recuperar aquella parte imprescindible de nuestro pasado. Reconfortante, insisto.
Fueron los años de oro del cine y de la música popular, eso es indiscutible, y el hecho de llegar con semejante brusquedad, para nosotros, ponía en evidencia la certeza del que llega tarde al baile, cuando no solo desconoce el tipo de música que está sonando, sino que, además, las chicas guapas ya están en la pista, emparejadas.
Uno comienza a moverse al nuevo ritmo y a reconsiderar la situación (14º cualquier parecido con la actualidad...), y no será hasta dos o tres genocidios después, cuando se percate de que se le ha olvidado lo que llevaba en la cartera. Y eso si que no.
Comenzaremos pues con la canción napolitana, la italiana que llegó poco después, y seguiremos con el bolero, el bolero arrancherado, la ranchera, la ranchera abolerada, y la copla, sobre todo la copla, que entonces se llamaba copla andaluza , y que son las etiquetas de aquellas melodías que aparecen primero cuando comenzamos a excavar en nuestra memoria musical, aunque, ya digo, puede que, en esta memoria, encontremos ciertas ausencias, algunas canciones (15º cápsulas musicales de tres minutos, tan aptas para la astenia otoñal como para prevenir el Alzheimer) que deberían haber estado allí, que eran, y son, tan buenas que, aunque desafortunadamente, no acariciaron nuestros oídos cuando debieron, ahora, no nos queda mas remedio que recuperar. Esa va a ser nuestra principal tarea en los próximos meses. Y de su desarrollo, así como de la crisis económica internacional, ustedes van a ser adecuadamente informados. Sigan en sintonía, por favor.






P.D.- Les envio parte de la terapia. La otra parte, las plumas de pavo real se me han terminado.
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miércoles, 5 de noviembre de 2008

SOLIPSISMO

Del por qué a Goya y a Picasso, y a mi abuelo, les gustaban los toros, y a mi no.-

SOLIPSISMO.-(Definición):
Solo se puede garantizar la existencia de uno mismo puesto que la de cualquier otro ser es dudable o infundada.
Gracias a la metafísica y a que ego solus ipse, me he quitado un gran peso. Y además dice que la realidad que aparentemente nos rodea, puede no ser mas que parte de los estados mentales del propio yo.
Aunque es algo que ya venia sospechando, ahora me quedo mas tranquilo con la confirmación. Que pensadores más extraordinarios ha dado la historia.
Aunque sospecho que, entonces no tenían tele, y así no tiene tanto merito.
Porque, cuando uno calza pantuflas ante la estufa, cuando goza de una vida acomodada, ante unas perspectivas placenteras del tiempo futuro, bien puede atreverse a negar la evidencia ajena, ya que la suya resulta sobradamente satisfactoria. El problema, y toda la metafísica es un problema, surge en el momento en que otro, distinto de uno, por muy inexistente que nos resulte, está aquí, al lado, sin trabajo, sin medios para mantener a su familia en los niveles de confort que gozaba hasta antesdeayer. Ese momento es aquel en el que el ser humano pasa de ser el filósofo, amable con las enseñanzas de sus predecesores y, en lugar de ahondar en la profundidad del pensamiento académico, cortocircuitadas las zonas nobles de su encéfalo, se limita a dejar escapar una palabra:“Shit”. Monosilabica que suelen repetir con frecuencia los malos de las películas, y que creo quiere decir “Mierda”. Y aquí los pensadores no tienen nada que hacer.
En estas fases históricas, suelen dejar la voz a los políticos, mas bregados en el arte del símil taurino y sobre todo mas dispuestos a ofrecer el señuelo del capote, la estudiada espontaneidad de la finta con la muleta, y hasta el rejón del castigo si fuese necesario. Todo está previsto, y si bien, resulta tradicional que los innumerables toros que nuestra patria engendra sin descanso, resultan temibles como figura simbólica de la cólera, de la fuerza bruta y de la violencia por antonomasia, la verdad es que, uno a uno, los domingos y fiestas de guardar, van humillando y pereciendo sin otro inconveniente para el oponente que el dejar en evidencia su escasa pericia. Y eso que los astados no se han estudiado lo del solipsismo, que, si no, directamente ignorarian la existencia del tio de la espada y ya está.
Y esa es la segunda fase del episodio cíclico, cuando el presunto domador, con su probada locuacidad, sembrada de gestos y ademanes aprendidos del maestro actoral Stanislawski, se ve impotente para convencer a la criatura-ya vimos que el yo es unipersonal, de eso si estamos seguros- de que circule en la dirección apropiada donde va a recibir las puyas necesarias para apaciguar su infundado malestar, y entonces , ante el fracaso de la demagogia , recurre al rey de espadas, primo suyo, experto en acero toledano, y que tiene siempre a su lado al caballo de espadas, a la sota –genero misterioso el de la sota- de espadas, y al resto de socios en el palo de las espadas, estos se lían con o contra los bastos, y aquí es donde se vuelve a producir un hiato en la historia, un agujero terriblemente molesto para los ciudadanos, un lapsus sobre cuyo resultado no suelen ponerse nunca de acuerdo los expertos en la materia, historiadores en este caso, por mas que pasen los años, o los siglos, y por mas que los vencedores de la disputa hayan dejado atado, y bien atado, el argumento final, el guión de la película. Sucede que la película ya la hemos visto. Tantas veces la hemos visto, que esperamos con ansiedad la aparición en la escena de nuevos personajes, de nuevas ideas que, sin necesidad de separar las aguas para que atravesemos el Mar Rojo, consigan llamar la atención del espectador con actitudes inesperadas y sorprendentes, con sucesos tan naturales como acertados, y lo mantengan conforme, pegado a su sillón, hasta el final de la película. Final feliz, por supuesto.
Y se me hace que no es tan difícil.
Una vez asumida la obsolescencia solipsista, una vez aceptado que el otro existe, que existe y está jodido, ya tenemos el primer peldaño.
Si luego conseguimos, y esto es más difícil, que los responsables del gobierno en todas sus variantes, que no son pocas, profesionales de la oposición incluidos, acepten que ciudadano no es sinónimo de cornúpeta, ya tenemos el segundo escalón.
El tercero es aparentemente el mas fácil, aunque según se mire, porque consiste en introducir en la parte del argumento de la vida en común, algunos elementos innovadores, de diseño rompedor, de los que tanto se abusado en el cine clásico, que conjuguen la realidad actual y venidera con el autentico significado de algunas palabras gastadas, viejas y olvidadas, como pueden ser sinceridad, solidaridad o justicia. Sobre todo justicia.
Créanme que hay guionistas de puñetera madre. El cine chino, el coreano o el de cualquier parte del mundo donde hay gente con imaginación, no deja de sorprenderme, afortunadamente, y estoy seguro que aquí también debe haberlos. Todo es cosa de dejarlos trabajar fuera, lejos de los clichés habituales de sumisión y dependencia de los poderes fácticos, que son muchos mas de los que nos enseñaron en el catecismo, dejarlos abrir sendas nuevas y necesarias para que no tengamos que repetir otra vez el eslogan de los años treinta “Brother can you spare a dime?” ¿Puedes darme una moneda, hermano?.
Todo sea por que no tengamos que escuchar la palabra “Shit” en la boca de nadie que esté, que está a nuestro lado, insisto.

P.D.-
Fondo musical recomendado:
-Motivo principal de “La muerte tenia un precio” de Ennio Morricone, intentando emular los silbos de Alessandro Alessandroni.
-“Over the rainbow” de El mago de Oz, dando saltitos con la cestita bajo el brazo, como hacia Judy Garland.

A elegir, según tengan el cuerpo.
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