viernes, 29 de junio de 2012

REFLEXIONES SOBRE UN NAUFRAGIO.-


La balsa de La Medusa

 

En junio de 1816, la fragata francesa Méduse partió de Rochefort, con rumbo al puerto senegalés de Saint-Louis. El Vizconde Hugues Duroy de Chaumereys había sido asignado como capitán de la fragata pese a haber apenas navegado en 20 años.
En un esfuerzo por lograr un buen tiempo, la Méduse se adelantó a otras naves, pero debido a su velocidad fue al garete y se desvió de su curso 100 kilómetros. El 2 de julio encalló en un banco de arena, en la costa de África Occidental, cerca de la actual Mauritania. La colisión se debió exclusivamente a la incompetencia de De Chaumereys, quien carecía de experiencia y habilidad, pero que habría conseguido esa comisión como resultado de un acto de favoritismo político. Los esfuerzos por liberar el barco fueron infructuosos, así que, el 5 de julio, los aterrados pasajeros y la tripulación intentaron viajar los 60 kilómetros que los separaban de la costa africana en los seis botes de la fragata. Aunque la Méduse llevaba 400 personas, incluyendo una tripulación de 160, en esos botes solo había espacio para 250 de ellas. El resto de la dotación del buque -al menos 146 hombres y una mujer— se apiñaron en una balsa apresuradamente construida de 20 metros de largo por 7 de ancho, la cual se sumergió parcialmente una vez que fue cargada. El capitán y la tripulación a bordo de los otros botes intentaron arrastrar la balsa, pero después de sólo unos pocos kilómetros, las amarras de la balsa se soltaron por sí solas o alguien las soltó. El capitán dejó a los pasajeros de la balsa entregados a su suerte.
Según el crítico Jonathan Miles, la balsa arrastró a los supervivientes "hacia las fronteras de la experiencia humana. Desquiciados, sedientos y hambrientos, asesinaron a los amotinados, comieron de sus compañeros muertos y mataron a los más débiles. Después de 13 días, el 17 de julio de 1816, la balsa fue rescatada por la nave Argus únicamente por suerte ya que no hubo ningún intento de búsqueda de la balsa por parte de los franceses. Al momento del rescate solo habían sobrevivido 15 hombres. Este incidente se convirtió en una enorme vergüenza pública para la monarquía francesa.
(Vox populi).


Unos años antes, de ahora...  (flashback)

Pasando veloz, a través del ala Denon, en el primer piso del Louvre, ante los lienzos gigantescos de David, Delacroix y Gericault. Buscando las salas de mis preferidos, Ingres, Bouguereau...
Los denostados academicistas tenían preferencia por la anatomía humana, por la femenina en particular, y no dudaban en retratar “pompis”, de donde venia mi querencia por ellos, y de donde deduje yo que provenía su denominación de “Pompiers”.

 
Análoga deducción, procedente de mi falta de luces -que aun me aqueja- establecí al mirar de soslayo, y a toda velocidad, ya digo, el descomunal lienzo de Gericault, siete por cinco metros - no lo veía yo muy entonado junto a mis muebles de Ikea- y al entender que, obviamente la medusa era un ser mitológico que tenia en su poder a aquellos desdichados en la balsa que los conduciría seguramente al infierno.
La medusa seria algo así como el barquero que lleva los espíritus hacia el lugar merecido por sus pecados, el Hades. La educación, el leve barniz de ella recibido en mis años escolares, no daba para otra cosa; pecado, culpa, castigo y desconocimiento sobre todo lo demás; un desconocimiento infinito que debía suplir con la osadía de la imaginación,  que me condujo a despachar la escena náutica con la primera diosa del olimpo que me vino a la cabeza, La Medusa. Luego conocería que era una de las tres hermanas gorgonas que tenia la habilidad de convertir en piedra a todos aquellos humanos  que la mirasen. Criaturita. 

Vuelvo a encontrarla en “La historia del mundo en diez capítulos y medio”  - donde aprendí algo útil, algo sobre la crueldad, la injusticia y la impunidad-  de  Julián Barnes, 1977.  Asumiendo que el medio capitulo lo podremos los lectores. Si ha lugar para ello.

Todos en el mismo barco- Ignoro las veces que lo he escuchado en boca de dirigentes que no tienen otro argumento mas convincente que ese para "aunar voluntades", remedando aquello de  "la unidad de destino en lo universal”, como el loro que repite lo escuchado, por muy estúpido que sea. (Que sea estúpido lo  escuchado, que con la estupidez del loro ya contamos).

El barco, con exceso de carga inútil (Antes llamado lastre, hoy cargamento principal), con rumbo equivocado. Dirección correcta, sentido erróneo, 180 grados de deriva. (También llamada “derrota” en terminología náutica).
Nos desplazamos hacia el Sur desde que salimos de Huelva, llevamos mucho tiempo costeando África, y nuestro capitán nos dice que vamos hacia Terranova y que cada dia estamos mas cerca de ella.
Mi barco se dedica exclusivamente a la sanidad, pero el objetivo de sus dirigentes es el empleo. Priorizar el empleo, repiten cual pájaros parlanchines.
Los marineros mas curtidos, remeros del  Volga, entre los que me encuentro, observamos entre estupefactos e indignados la situación.
En medio de la tempestad, el capitán se niega a arrojar el lastre inútil al mar, y para economizar víveres, ha decidido recortar la ración de agua y pan de la marinería. La sal la suprimieron hace semanas. 
El barco se va a pique y ni Acab ni sus pasajeros invitados hacen  cosa útil para que lleguemos a algún puerto cercano. Terranova es el único que les sirve, al parecer.

Escribo esto en mi cuaderno negro, de hule, bajo la luz de las estrellas -hoy la luna está en Géminis, ha iniciado su fase creciente- en este pequeño cuaderno de bitácora al que llamo blog (Book  Letters Of Ghosts).  Imaginación no nos falta, y a pesar de exigir un mayor esfuerzo que la fe (muy poco más), pienso que nos va a resultar más útil que ella, ya que los criminales de La Medusa fueron juzgados, y condenados, si. Pero… El conde de Chaumareix sería degradado en Consejo de Guerra el 7 de enero de 1817,  se salvó de la pena de muerte, obteniendo sólo tres años de cárcel, debido a su pasado en la armada. Tras ese tiempo se retiró a su castillo de Lachenaud, la residencia de su madre, en Bussières-Boffy, y murió el 23 de noviembre de 1841 a los 78 años. Creer que aquí pueda repetirse algo así excede los ámbitos, finitos, de la fe humana. O no.

Los creyentes, en la culpa ajena, creen en casi todo, incluso en la existencia de alternativas una vez que se ha deflagrado la espoleta. Y las piden, las exigen. ¡Alternativas!.
Hombre, debe haberlas, siempre que no haya terminado la cuenta atrás en el Enola Gay, que no era vasco ni era gay, y pasan por no mostrar en el juego comodines inexistentes.  Pedir tiempo muerto parece una medida oportuna, pero solo en el ámbito deportivo. Aquí solo queda una alternativa  tan denostada y peyorativa como el arte de los academicistas, la sedición, el amotinamiento.

Ecos de Clark Gable, de Bogart, hasta de Marlon en el papel, me vienen cuando la marinería, los remeros del Volga entre los que me encuentro, comenzamos a murmurar otra estúpida frase hecha  “O ellos o nosotros” intentando conjurar las ciento y una noches que llevamos esperando a que nos vayan arrojando por la borda, uno a uno, con la estulta seguridad de los mandos en que la ausencia de los marineros mantendrá a flote el barco semihundido. 

Pero no estamos preparados para semejante evento. Desarmado y cautivo el ejercito rojo, derribado el muro “de la vergüenza”, y educados en colegios concertados (eufemismo de pascua florida) no veo yo al paisanaje motivado a enarbolar la tricolor, o la roja. (Tiene bemoles en lo que ha quedado el significado de “La Roja”).
La siguiente fase, de no producirse “El Motín de la Bounty”, o el “Incidente en el Bedford”, esta con Richard Widmark - que tenia muchas ganas de salir en este blog-, será idéntica a la de los marineros de “La Medusa”, después de encallar en las costas de Mauritania (también rumbo a Terranova, no creáis que esto es nuevo). 

¿Esperando el Argus?

Mientras llega, os dejo el croquis de la balsa, por si alguno quiere ir montándola en casa.





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jueves, 28 de junio de 2012

ERROR DE CONCEPTO.-


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martes, 26 de junio de 2012

12 Razones de Por que la amo (Rich-Jones) (5).-




Al cine, en el solsticio de verano. Por aquello del ritual, de no abandonar la práctica religiosa.


Aprovechando los estrenos estivales, de películas más raritas que comerciales, y que IMDB calificaba con 8.3 (notable alto para lo que suelen gastar) la última de Wes Anderson, llamada Moonrise Kingdom.

Como comprenderéis, el empeño estaba más que justificado.

Incluso el viaje a la capital, donde la anunciaban en el Cine Alameda. Y ya la sala, la numerada con el 2 de las mínisalas del antaño Gran Cinema, sugería experiencias de dudosa gratificación para el feligrés. Una penosa restauración del local, habitual en otros similares del centro de cualquier ciudad, donde la tabicación vertical y horizontal del esplendido volumen inicial, permite la división en cuatro, seis, hasta ocho ¿salas?. Y donde el acceso a ellas resulta algo deprimente y mortecino para el espectador. Subida al piso superior, pasillo más o menos laberíntico y nueva subida a otro piso que descalifica al anterior como superior, y barreras en forma de cadenas o gruesas cuerdas que te impiden acceder a la puerta que tienes al alcance de la mano, y te obligan a dar un rodeo para poder hacerlo. Allí constatas que tus sospechas, apuntadas por tus piernas durante la escalada, no eran infundadas. Estaba en el gallinero. Por más que el suplemento en el ticket, al ser la película en V.O. sin doblar, precisaba un precio complementario, merecedor sin duda de un palco, o al menos de una butaca de patio..

La verdad es que he frecuentado bastantes gallineros a lo largo de mi de-formación cinéfila, pero la amplitud de aquellas alturas – llamado paraíso en otra latitudes- y la lejanía de la pantalla, aportaban un entorno casi catedralicio al espectáculo, que dejaba satisfecha la obligación dominical. No era este el caso.
El exagerado desnivel entre las filas contiguas, el escaso numero de asientos, y la cercanía de la pantalla, me hacia sentirme en todo momento en el pedestal desde donde los trapecistas saludan al público antes de lanzarse al vacío en busca del doble o triple salto - este último, el de Burt Lancaster en Trapecio 1956 de Carol Reed, y recuerdo que acababa rengo – con lo cual apreté mi espalda al respaldo y procuré mantener la cabeza erguida por aquello de controlar en lo posible el centro de gravedad sobre el área más segura, a priori, salvo que se hundiese la presumiblemente frágil base sobre la que habían montado aquel tablado.

Curiosamente, la fuerza de las imágenes, los primeros minutos de proyección en este espectador autosuficiente a la hora de identificarse con los personajes, en aquel entorno tan familiarmente extraterrestre, fueron el bálsamo mágico para mi espíritu. El resto, podéis deducirlo de la viñeta inicial.

La verdad es que ya no tengo en quien confiar. Si me fallan IMDB, y las exquisiteces de las superproducciones norteamericanas disfrazadas del cine para minorías - o sea, pedantes- que suelen promocionar en el Festival de Sundance, no tengo posibilidad alguna de disfrutar de algo que se parezca a un par de horas memorables.


Menos mal que nos van a subir el IVA de esta afición, quizás a doblarlo, y esto anime el masoca que llevo dentro desde que vi a Bill Murray escenificarlo antológicamente en La Pequeña Tienda de los Horrores”.de Frank Oz, 1986, (no confundir con la plasta de Corman, a riesgo de salir trasquilados como un servidor).

Debe ser realmente difícil hacer películas divertidas que sean realmente divertidas.

Va a ser eso.

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domingo, 24 de junio de 2012

VIRXILIO VIEITEZ & DOROTHEA LANGE (3).-


 Brother can you spare a bill?

Por su imparcialidad, y su ausencia de intencionalidad política, tan solo fruto de un trato justo entre los que están delante y detrás de la cámara, sigo prefiriendo las de Virgilio. Por eso y porque los nuestros son mas guapos (o mas parecidos, que viene a ser lo mismo). Una época no tan lejana, en la que el padre (e)migraba buscando el pan,- escuchad a Lolita Sevilla en Golondrina Mensajera, 1958 - http://www.youtube.com/watch?v=SMFWHsdiDjk    - y la madre conseguía milagrosamente, escenificar con la complicidad del fotógrafo la imagen de prosperidad que presta un vestido nuevo en la fiesta del pueblo.



La misma imagen esperanzadora de los personajes de Steinbeck que no cesan en la búsqueda de pequeñas y grandes razones que les ayuden a sobrevivir hasta el siguiente capitulo.

 





Supongo que la mayoría solo busca, en el cine y en las fotografías, exclusivamente un motivo de entretenimiento placentero.



Aunque, para los que quieran procesarlos mentalmente, y dedicar una discreta porción de su tiempo a esa actividad a la que llamamos pensar, se abre un caudal inimaginable de conocimiento sobre el presente que se esconde y  sobre el futuro que asoma. Y no son las alegorías catastrofistas o las lamentaciones inútiles de los jeremías de siempre las que salvan a la humanidad. Son las madres migrantes, las abuelas de las Uvas de la Ira, las elegantes chicas de aldea retratadas por Virgilio, las que nos permiten superar las tormentas. 






Por lo que a nuestro entorno respecta, solo cambiaré la última palabra de la pregunta.
Quizás comprendiendo la causa, podamos digerir  mejor las consecuencias.

¿Brother can you spare a bill?
¿Hermano, puedes darme la factura?
(Con IVA, por favor).


P.D.- Espero, y estoy seguro, que a Virgilio no le importará,- allí donde está ahora- el que haya retocado algún encuadre.
Sobre como termina la historia de los Oakies, hay que regresar a los últimos capítulos de la novela de Steinbeck, y volver a leerla. Aviso que, son bastante duros para los corazones sensibles.

 

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viernes, 22 de junio de 2012

! NO OS MOVÁIS ! (Que nos están pintando).-

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ALTERNATIVAS A LA SANIDAD PÚBLICA.- (5)


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miércoles, 20 de junio de 2012

VIRXILIO VIEITEZ & DOROTHEA LANGE (2).-




 
Brother can you spare a dime?
¿Hermano, puedes darme una moneda?



La cámara de Virgilio nos permite un salto ficticio en el espacio y en el tiempo; y aunque parezca detenerse en un territorio y una época determinados, nos deja abierta la puerta hacia lo desconocido, al mundo entre dos luces, donde el antes y el despues se confunden.



Dorotea pertenece a otro mundo y a otra forma de entender la fotografía. Su trabajo, encargo de la FSA (Farm Security Administration) con el objeto de documentar los efectos de la crisis en el medio rural norteamericano, dejó una secuencia interminable de imágenes clásicas sobre la pobreza de nuevo cuño, la tristeza en los rostros y la desesperación en las colas de mendicidad. No estaba sola en el empeño, Walker Evans y Paul Strand la acompañarían en el estrellato. 

Una foto suya, “Madre migrante” nos repite el tópico que supera las mil palabras. Hay tesis universitarias centradas en esa imagen, que el tiempo ha convertido en la Pietá, la Mater Dolorosa de la fotografía, encuadrandola en la genialidad, que la tiene...
Un rostro, y una madre, y una mirada ávida de esperanza, necesitada de consuelo. La madre migrante me hace revisar conceptos que creía lejanos, y que no lo son de ninguna manera.

Habituados a escuchar emigrante, el que va; o inmigrante, el que viene, nos olvidamos del drama de todos ellos, del que migra, el que se mueve empujado por el hambre, y a veces hacia ninguna parte.
La postura neutra del que nunca ha necesitado moverse (hasta ahora) facilita la incomprensión hacia los personajes, hacia los compañeros de este injusto viaje.

John Steinbeck, Grapes of the Grath (Las Uvas de la Ira) 1940, John Ford. (Donde el  blanco y negro, refuerza magistralmente la imagen de pobreza y  desesperación). Los  Okies, pobres locos vagando en busca de un empleo imaginario.
Erskine Caldwell, Tobacco Road (La ruta del tabaco), también de John Ford 1941, nos muestra algo similar al impago de una hipoteca, y sus consecuencias desde el lado tragicómico, como contrapartida a los excesos en el hiperrealismo del titulo anterior.
El cine clásico nos muestra aquí la desestructuración del modo de vida tradicional, la perdida del trabajo primero y del hogar después, la conversión del núcleo familiar en algo evanescente llamado homeless, los sin hogar, cuyo último residuo, una vez alejado el padre en busca de un trabajo imposible, y abandonados los ancianos a su suerte, -véase La balada del Narayama, 1983, Shohei Imamura- suele ser el de la foto de Dorotea, la madre y sus hijos pequeños.
Madre migrante, el género humano mostrado en su aspecto más vulnerable.


Paul Strand  no queda muy atrás, su “Grupo de Familia”, nada tiene que ver con el viscontiniano de Confidencias 1974(Gruppo di familia in un interno), y mucho con cualquier esquina de cualquier barrio de nuestro país.
Son motivos recurrentes e intemporales, pobres los ha habido siempre y en todos los países; solo que son mas llamativos cuando llevan otra carga adicional, la indefensión propia del que nunca lo ha sido hasta entonces, y cuando su número supera la masa crítica necesaria para convertir a un país en subdesarrollado, o incluso para motivar la indignación de los pudientes – la pobreza afea el barrio, ya sabéis – e incluso la intervención de la policía y el ejecito – de todo hubo - para intentar frenar  el maremoto humano. 

El Departamento de Estado encargó aquellos reportajes para justificar el “new deal”, el nuevo trato social promovido por Eisenhower, igual que hizo inmediatamente después con otro tipo de homeless, de empobrecidos y refugiados a la fuerza, internados en campos de concentración norteamericanos por el único delito de su origen, japonés. Las fotos, también excelentes de Dorotea, sobre aquel drama, con ciertas connotaciones respecto a otros campos y otra etnia, en la Europa de aquellos años, jamás fueron publicadas, obviamente. Las mismas caras de estupefacción en los rostros de unos ciudadanos prósperos hasta poco antes. 


 

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domingo, 17 de junio de 2012

Yo ya le dije que se estaba pasando con el wassup, whatsapps, wassap, uasap, o como se diga.-



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viernes, 15 de junio de 2012

VIRXILIO VIEITEZ & DOROTHEA LANGE (1).-



Brother can you spare a dime?
¿Hermano, puedes darme una moneda?

 

Película semidocumental del año 73 en la que se revisaba la Gran Depresión, apoyada en el título de una canción representativa de la indignación (Oh) de aquellos que tanto habían dado por su país, mientras este  negaba el pan y la sal a los pobres (casi todos).  Película solo apta para algunas salas de arte y ensayo europeas – ni el blanco y negro, ni el documental, ni la miseria, estaban de moda - y para algunos canales televisivos de escasa audiencia.


  http://www.youtube.com/watch?v=eih67rlGNhU   (Versión de Bing Crosby).

En nuestro país tuvimos un episodio similar con la cinta de Basilio Martín Patino, “Canciones para después de una guerra” 1974, con un éxito aceptable de público debido a dos palabras harto sugestivas en su título. Canciones eran las quince o veinte coplas que la convertían en precursora del videoclip, y que doblaban la cantidad de piezas habituales en las películas de Marisol o de Joselito. Tenían su público. Lo de la guerra continuaba siendo una referencia abstracta a un mundo paralelo e innombrable. Algo así como el mundo que reflejaba Ray Bradbury en sus crónicas marcianas, con la diferencia de que muchos españoles habían estado realmente allí. 


   (La bien pagá. Miguel de Molina. Siempre crei que la bien pagá era aquella patria-nación que como el rosal, necesita la sangre humana para florecer. Todavia no tengo claro que sea otra cosa. Para el paisano Miguel tambien lo fue, a su manera).
 En mi experiencia, al acompañar a la sala a algunos supervivientes, pude comprobar lo desagradables que les resultaban aquellas imágenes que, además de dolorosas, eran la enésima dosis de la propaganda oficial –NODO -  absoluta y excluyente durante las cuatro décadas anteriores.

La conclusión que pude extraer, y que hasta el día de hoy, me sigue sirviendo, es que, para la mayoría de los espectadores, donde se ponga el color, el lujo, y la buena vida, que se aparte la miseria. Obvio.

El blanco y negro quedó marginado y especializado en cierta fotografía artística que aportaba el claroscuro, los matices infinitos de ese color inexistente al que llamamos gris, y el toque del autor que buscaba la huida del realismo, coloreado, a cualquier precio. Efímera, como todas las modas.
Había, no obstante, otro reducto exclusivo para el blanco y negro, y era la ingente base de imágenes, fijas o en movimiento, que recogían documentalmente la vida en nuestro planeta desde finales del siglo diecinueve. 

 
Y, en nuestro caso, el añadido del retraso endémico en incorporarnos a la tecnología de última hornada, que suele ser la más costosa. Nuestros fotógrafos siguieron disparando imágenes en treinta y cinco milímetros, ASA 100, y por supuesto, en blanco y negro.

Si nos limitamos a los fotógrafos de cabecera, al de la aldea, excluyendo a los afamados artistas de la capital o al de los free lance émulos de Capa et cols., nos encontramos a paisanos como Virxilio Vieitez. Que no hacia fotografías de propaganda, que no aspiraba a la celebridad de las revistas elegantes, o a contratos de agencias extranjeras, no. Únicamente fotografiaba a sus vecinos, por encargo, y con ello ganaba su sustento. De aquí surge una modalidad de realismo alejada de la finalidad de impresionar, o de convencer de algo, al espectador. Tan solo rememorar, gracias a los negativos que se han salvado, una época y un país. Bastante cercano y bastante más amable que los tiempos aquellos. La vida sigue, la felicidad también, y la gente guapa lo será siempre. Podemos comprobarlo.

jueves, 14 de junio de 2012

MOEBIUS ESPERANDO A RAY BRADBURY .-



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lunes, 11 de junio de 2012

IMPAZZIVO PER TE. - LOCO POR TI - (2)

Mai,mai, mai piu.



         Y aquí la belleza si que queda siempre en el recuerdo, como la del esplendor de las flores en la hierba del poema de Wordsworth; y vuelve la imagen de aquella chica de dieciocho años, cuya imagen me hizo descubrir que el erotismo, en la mujer obviamente, no tenia nada, pero que nada que ver con el impuesto por los medios de comunicación, de entonces o de ahora.
Pensar que unas cejas femeninas fueron el mayor reclamo erótico de una estrella, o una boca inconmensurable en su extensión, la delgadez de una percha, los pocos años de la estarlete (menoreros los ha habido siempre, solo que ahora los sacan, a veces, en la tele), o incluso que estas viniesen por parejas, fuesen el dogma para usarlo como canon en la formación humana de un adolescente, me parece harto reprobable, además de estúpido.
Decían que esta o aquella, eran guapas, y lo eran exclusivamente porque alguien lo decía, y nada más. Solo que todavía el juicio irrebatible del pequeño animal que todos llevamos dentro, no se había emitido.

 Y en esto llegó Fidel, con sus magníficos versos - satánicos, para algunos - cantados por el estupendo Carlos Puebla, mientras hojeábamos las revistas  y las fotos en colores de las artistas sobre el recién descubierto papel cuché. Y allí estaba Ornella. Promocionada por el insigne Pedro Masó para mayor gloria del cine español.
Ornella Mutti, en bikini un par de tallas menor que la suya, por aquello de que no se le soltase en las escenas acuáticas, supongo. Y el descubrimiento feliz de que, también existían chicas así, además de las sofisticadas y andróginas estrellas que iluminaban el firmamento.
Aquí, debo hacer un inciso, otro, aclaratorio.
Es una cuestión, no menos trascendente que la que aterrorizaba al compungido personaje de Bergman, y que me ha tenido, y me tiene reflexionando hasta el día de hoy.
               Nunca he sabido si las actrices, algunas, me gustaban, y me enamoraban, por parecerse a la vecina (The girl the next door) , o era al revés, que me enamoraba de la chica que tenia al lado porque se pareciera, a veces subconscientemente para mi, a Natalie Wood, a Audrey Hepburn, o finalmente, a Ornella Muti. Bien es verdad que el corazón tiene razones que la razón no comprende. Pero también lo es que, en aquella época, no me hubiese importado que las chicas, todas, se pareciesen a Ornella Muti. Es más, que fuesen clones, aunque desgraciadamente este último concepto, aparte de antifeminista, y seguramente pecaminoso, no perteneciera todavía a nuestro parco dominio intelectual.
La realidad, y las primaveras, me demostraron que aquello era posible, y cierto; y comencé a ver en  las calles, y en los pupitres de al lado, centenares de ornellas.
Estaba el ideal femenino, como siempre, ubicado en la imaginación del espectador, y no en la imposición de los convencionalismos sociales.

Ha habido , en largas noches de indagación filosófica, momentos en los que me pareciera lo mas razonable la imitación por las chicas de aquellos modelos de belleza consagrados, el mimetismo sobre uno o dos esquemas estéticos que intentaba confundir el original con su reproducción popular, y que aclaraban de ese modo el asunto..
Pero no ha sido tan fácil ni tan rotunda la solución. Cada día que pasa estoy mas convencido  que ha sido al revés,  que son las actrices, aquellas especiales para el espectador individual, las que no hacen otra cosa que imitar, intentar conseguir un vago parecido, con las chicas de verdad que nos rodean, y que es esa similitud con las reales la que nos hacen atractivas las estrellas de las dos dimensiones, las reales tienen tres.
He llegado a esta conclusión, transitoria (ya sabéis que definitivo, definitivo... no hay nada), al observar que algunas artistas del cine que me gustan tanto que..., pertenecen a veces a décadas, incluso siglos, anteriores al de mi nacimiento; por lo que entiendo que no están remedando el rostro de la que ahora, realmente, puedo tener enfrente, ni tampoco que pueda suceder el fenómeno recíproco, el que las colegas de hoy emulasen a Mary Pickford, ya que la tiranía de la moda, esa perversión social, evitaría semejante despropósito.

Por otra parte, en el terreno de lo concreto, son los primeros planos los que nos hacen perder la cabeza, y el corazón. Los planos medios los adecuados para el cuerpo a cuerpo, con sus fundidos en negro, ocasionales e imprescindibles, así como los planos americanos nos alejan definitivamente de cualquier posibilidad amatoria. La vida no hace más que imitar el cine.
Pienso que está todo dentro de nosotros, de cada uno, y que toda esta disquisición es debida a la perversión de la deformación impuesta por los miles de horas pasadas en la sala oscura, en una edad en la que el aprendizaje tradicional, y quizás el correcto, sobre la relación entre los chicos y las chicas, hubiese debido ser la eterna, la del divertido juego de quitarnos la ropa unos a otras, y viceversa, jugando a los médicos, para comprobar diferencias y las consecuencias jocosas de esas diferencias. Tiempo perdido.

Si bien, me ha servido algún fragmento secundario de este trabajo de investigación, a modo de serendipia, como es el certificar que el placer  producido por  la contemplación y el disfrute de la belleza, no queda limitada al patrón coetáneo de cada uno. Y que volviendo la vista atrás, y a veces hacia fuera, se descubren caras guapas, cuerpos prefectos, e incluso canciones que uno no habría escuchado jamás de no haberlas buscado en el ayer ajeno.

Y ahora si sois capaces, intentad dejar de cantarla. Intentadlo.
No es posible. ¿Verdad?


Su titulo - loco por ti - no deja de ser desconocido, a pesar de figurar en mayúsculas en las portadas de los discos. Es el “mai, mai, mai piu” el que hace reconocible la canción, el que consta en la mayoría de sus versiones, e incluso la estrofa introductoria, en lengua italiana, en muchas grabaciones españolas. Ni que decir tiene que hablo de una época tan pretérita como la de Viriato, de la que solo puedo hablar de oídas, que es al fin y al cabo de lo que trata la música, y en la que lo habitual era italianizar el nombre del cantante, y el de la orquesta, - todavía no existía el concepto de grupo – para que al final el público ignorase si Filippo Carletti, o Torcuato e i Quatro eran unos chicos napolitanos, valencianos o del instituto de la capital, de cualquier capital.
Todos se fueron, igual que Celentano, y con ellos Ornella que, se convirtió en mujer, en madre y en señora, digna de todos los respetos, como la de cada cual. 


Azzurro de Paolo Conte (Oh), escrita para Celentano.
Habla del verano, de la soledad, y del amor. Y como estamos casi en el verano, parece procedente revisarla. Ya no necesitáis que os traduzca las palabras difíciles, os la pongo directamente en italiano. 






Espero el verano todo el año
y de repente aquí está.
Ella se ha marchado a la playa
y estoy solo aquí en la ciudad.
Siento un ruido sobre el techo
un avión que se va.
Azul,
la tarde está muy azul
y se me hace larga.
Me doy cuenta
de que no tengo remedio
sin ti
Y ahora…

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viernes, 8 de junio de 2012

QUE ENVIDIA ME DAN.-



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miércoles, 6 de junio de 2012

IMPAZZIVO PER TE. - LOCO POR TI - (1)



Mirando hacia atrás, con cierta lujuria.
Antes de pasar de largo la letra de la canción, e incluso la homilía, os ruego que os sometáis a una pequeña experiencia gratificante, y fortalecedora de vuestros instintos primarios. Tan solo comprobar que domináis el italiano, que sois poliglotas, como yo esquiador, solo que hasta hoy no lo habíais intentado. (Disculpad si lo de esquiar lo dejo para otro día).
Tan solo tenéis que conocer la traducción de cuatro palabras, tan solo cuatro, para comprender perfectamente la letra de la canción, y comenzar a cantarla sin parar. Algo inevitable.

Purtroppo   Desafortunadamente
Tradisti   Traicionado
Mai più   Nunca más
Pazzo   Loco



Impazzivo per te

Mai, mai, mai più t'amerò così tanto
per tutta la vita.
Mai, mai, mai più saprò darti il mio cuore
come quel dì.
E tu sai, bimba mia che impazzivo soltanto per te.
Mai, mai, mai più io potrò accarezzarti mia dolce bambina.
Mai, mai, mai più dolci frasi d'amore sentirai come un dì.
E per sempre scordarti dovrai un amore così.
Ero pazzo di te,
eri pazza di me,
ma purtroppo capii
che non eri per me
da quel giorno che tu
mi tradisti così,
perché cuore non hai
e mi hai fatto soffrir...
Mai, mai, mai più t'amerò così tanto
per tutta la vita.
Mai, mai, mai più saprò darti il mio cuore
come quel dì.
E tu sai, bimba mia che impazzivo soltanto per te.


 
Como siempre hay autores que lo han dicho antes, y muchisimo mejor, voy a remitirme a ellos.
La pesadilla madre de todas, es la que sufre de manera iterativa el protagonista de Fresas salvajes, Bergman 1957   , el anciano doctor, cubriendo de sudor las arrugas de su frente y constriñendo sus coronarias hasta conseguir lo de siempre. Si bien deja la historia, antes del siempre, un intervalo luminoso en el que descubre él, y descubrimos nosotros, el por qué de ese juicio severísimo, de ese examen para el que el estudiante no tiene nunca  respuesta. 
¿Qué te has olvidado?- pregunta el tribunal una y otra vez, sin obtener otra cosa que la angustia reflejada en el rostro de Víctor Sjostrom.
Y es en esos momentos felices, mientras el viejo profesor rememora los instantes de esplendor en la hierba, esa es de Kazan, cuando comprende, y musita despierto, la contestación perfecta.
- Dar las gracias y pedir disculpas- dice el abuelo, mientras contemplamos como su semblante se tiñe de paz, de esa paz que suele preceder al final. (final de la película, no seáis así).

Yo, lo de dar las gracias lo veo cada vez mas secundario, la verdad. Al menos como ese genérico habitual, las  gracias a la vida, a la humanidad o a los que nos llevan excursión. Si bien me gustaría, como a todos creo, que cuando llegue el examen ese de licenciatura, o de doctorado más bien; tener saldada esa cuenta, que no admite hipotecas a medio plazo, que es la del agradecimiento mediante actos - las palabras no tienen el menor valor a la hora de pagar una deuda tan grande - a todos aquellos con los que la tengo contraída, que no son pocos. 
Sin embargo lo de pedir disculpas, aunque sea para empezar un escrito como este, siempre me ha parecido una norma de cortesía, poco costosa para el que lo solicita, y una manera harto educada de comenzar una conversación. En ese sentido me adhiero.
Otra versión, u otra traducción del asunto, seria el tener que pedir perdón por los daños causados, (pasando del excuse me al sorry, hasta llegar al pardon) para el que no puede haber otra conclusión, moral o legal, que la de pagar fehacientemente la deuda. Ahí las palabras, tampoco tienen ningún valor.

Por eso nos quedamos hoy solo con lo de pedir disculpas, y en su versión mas liviana y menos onerosa, que es para lo que me llega la calderilla.

Explicar que la mirada hacia atrás no es tanto como pueda parecer, (a Celentano io non riconosco), pero no obstante es necesaria para situarnos en una pequeña colina desde la que poder contemplar el antes, y atisbar algo del inevitable después. Y para ello debo reconocer que Adriano Celentano me resulta de gran utilidad.
No es esta quizás, para los peritos más versados en la música popular, su canción emblemática. Quizás “Azzurro”, o “Il ragazzo Della via Gluck”. Quizás.
A mi me ha costado, años, descubrir que algunas obras maestras como “Stand by me”, pudieran tener versiones en nuestro idioma, incluso que alguno de nuestros artistas patrios hubiesen tenido la osadía de hacerlo. Cuando me he encontrado con ellas, y algunas magníficas como las de Bruno Lomas o la de Silvio “El Grande”, he tenido que arrancarles la falsa etiqueta que traían pegada con Imedio, “Versión del Pregheró de Celentano".
Me pregunté entonces quien era ese anticuado cantante de italianadas, que no está registrado en mi memoria musical, y me aterró la sospecha de si no seria aquel desgraciado que me quitó mi primera novia, la Ornella.




http://www.youtube.com/watch?v=qCJlhsDU_y4
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lunes, 4 de junio de 2012

ALTERNATIVAS A LA SANIDAD PÚBLICA.- (4)



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viernes, 1 de junio de 2012

CARTAS, SIN FRANQUEAR, A UN PRINCIPE LIGERAMENTE DISTRAIDO.- (2) .-



Los inútiles eran tan solo una película de Fellini. Hasta ahora.

He visto con agrado, querido príncipe, como te has aplicado con celeridad a ejecutar mis anteriores consejos.
Así entiendo que la aparente distracción de tus recaudadores –que son los de tu reino- a la hora de inspeccionar y sancionar el lapsus del primer banquero del reino al colocar erróneamente sus divisas personales en Suiza, ha ocasionado la exculpación del presunto, vía prescripción - que es como la del calatraveño pero mucho más divertida-. También has mostrado prudencia a la hora de dejar en manos del mariscal de tu justicia, el presidente del tribunal supremo, los asuntos relativos juzgar sus propias debilidades, que debe tenerlas, como todo el mundo. En este caso la solución ha sido archivar el auto-autoinculpatorio por parte del archivero mayor.

Entiendo que no es fruto de un exceso de laxitud en el ejercicio del poder, ni abandono de deberes fundamentales.

Conociéndote desde tiempo ha, tengo la seguridad de todo esto no es mas que parte de una estrategia definida, una trampa quizás para atrapar malandrines. Y que los libros básicos en tu formación, el de Von Clausewitz que tanto merito tiene, y el del chino aquel que forrado en rojo se hace insustituible, el Libro de la Guerra de Sun Tzu, te han aclarado la diferencia entre táctica y estrategia, así como el camino correcto para ganar la batalla –esto es la Guerra compañero- en la que te estas jugando nuestro futuro.

Aparentemente ni cárcel ni tortura, pero es solo en apariencia. Estoy seguro de que todo lo tienes bajo control.


Hoy quiero tocar otro aspecto interesante de tu gobierno, para el que también has dado las debidas muestras de desafecto, la economía.

2.- De la incompetencia de los gestores áulicos y de los peligros para tu hacienda, que es la mía.-


Y es que esta, también tiene dos profetas, más o menos antagónicos, Adam Smith y John Maynard Keynes; cuya orientación a la hora dirigir el barco es divergente solo en apariencia - dar o recoger dinero - ya que hay situarla en el momento preciso de la situación económica de un país, incluso de cada país en concreto, para fijar el timón con el rumbo correcto, sin importar la marca del instrumento.

En todo caso, no conviene olvidar que sus teorías, y las innumerables extensiones académicas de ellas, están basadas en situaciones con un denominador común, sociedades con un contrato social de aceptación universal, en las que solo resulta imprescindible un requisito para poder aplicar un proyecto, orientado a cualquiera de los dos profetas. Y es el que sean sociedades en las que la justicia hace cumplir de forma inexorable, la ley del contrato colectivo.

Cuando el fraude es el elemento motor de la economía de un país, deja de tener sentido el acudir a los teóricos de la cosa. Las ideas económicas, o las políticas están absolutamente indefensas ante el fraude impune.

Ayer confirmabas con tus indecisiones por omisión, la división de tus súbditos en dos estamentos absolutamente estancos que con el tiempo van mostrándonos su reciproca incompatibilidad. Los contribuyentes netos y los perceptores netos. Impagable e irracional división que durante las últimas décadas ha inclinado las fuerzas, obviamente, hacia el sector mayoritario de los perceptores. El resultado también resulta obvio. Lo que no esperaba de ti, ni de tu selecto equipo, es que dieses la patente legal para mantener como definitivo este Estado con pies de barro. El eximir del pago de impuestos – excluir de su contribución- a la iglesia va en esa dirección. El que haya otra media docena de instituciones semipúblicas en el mismo limbo contributivo, confirma le sublime división entre paganos exhaustos, y beneficiarios absolutos, supongo que por su pureza de sangre, -que es algo que sospechaba desde que quedó claro en la constitución que no se iba a abolir tan digna y aristocrática categoría- aquellos que cobran, y mucho, solo por estar, y que nunca jamás van a contribuir a las necesidades de la hacienda común.


Sobre la santificación de las ilegalidades urbanísticas recientes,  trescientas mil viviendas solo en Andalucía, o de las futuras, como la autorización de nuevas urbanizaciones masivas o la apertura de hoteles fuera de la ley, mejor no insistir. Parecía claro, querido príncipe, que esa especulación y exceso, en la construcción, con el excedente de dos millones de viviendas vacías e invendibles, era uno de los jinetes de nuestro Apocalipsis; pero debes tener razones desconocidas para los profanos, razones que niegan la mayor. El traje invisible del emperador.
No tiene sentido hablar de estado de derecho, desaparecido y olvidado el de bienestar, en estas circunstancias.

No nos van a salir las cuentas jamás, con ese ábaco tan extraño que manejas, al que continuamente le aparecen y desaparecen bolas, e incluso barras enteras.

De verdad que no tiene sentido perder el tiempo en disquisiciones académicas. Sin justicia no hay futuro. Sin dinero no hay amor.

Va siendo hora de que, a la moza le cambies por otra, cegadora, la venda trucada que tiene ante los ojos y que le permite ver, e incluso hacer guiños, a los más poderosos de entre los respetables defraudadores del reino, de este tu reino. Que por cierto, además de convertirse en los focos que iluminan el camino del resto de tu pueblo, de los maleantes aclaro, son solo el vértice de la pirámide que nos va a aplastar. Piensa que cuando a las mozas se les desequilibran los platillos de la balanza, las masas descontentas les arrancan las vendas, y les sacan los ojos. Y por aquello de que es preferible la injusticia al desorden, los gobernantes reciben adjetivos poco elogiosos, que en modo alguno quisiera para ti.

Hay esperanza, si recapacitas, y sobre todo si te pones manos a la obra; tengo la esperanza de que al menos, aconsejes a los cinco justos que quedan, en el sentido de que no miren hacia atrás al partir. No es cosa que, después de sobrevivir a tantas penalidades, queden convertidos en estatuas de sal, para ser expuestos en algún museo del horror.

Que la virgen de la impunidad te acoja en su seno, querido príncipe.

Tuyo y afectuoso:

Nicolás


P.D.- El problema bancario tampoco es tal, según comprobarás en mi próxima misiva. Te lo arreglo en cuatro líneas, aunque probablemente tenga que usar el mismo argumento.



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