ACASO SEA SOLO UNA FANTASIA ERÓTICA. LA DEMOCRACIA..-

Antesdeayer, a la hora del postre, en una de las innumerables, e innombrables casas de comidas, por llamarla algo, que inundan la geografía de un pais “volcado” al sector servicios, sección turismo.
-¿Tiene UD, yogur?
- De fruta, de chocolate y de vainilla, los tengo- Replica rápido el camarero.
-¿No tiene yogur natural? – Le pregunto, intentando evitar el color, el sabor, y puede que hasta el olor del postre anticasero por excelencia.
-¿Natural? No se que cosa es natural- Me contesta con un rostro de abatida sinceridad que, termina con la ilusoria motivación por mi parte, de terminar la comida al estilo tradicional.
Para la inexistencia de la fruta del tiempo también tiene respuesta.-No es el tiempo-.

El que un hostelero desconozca el significado de “natural” me resulta tan extraordinario como para contarlo aquí como algo fuera de lugar que, en el caso que asi no lo sea, es decir que ello sea “natural” ,será otro motivo para distraer y alejar el sueño nocturno y benefactor al que siempre, infeliz, creí tener como derecho inalienable.

Pero no resulta tan extraño que, cada vez que me planteo el significado de la palabra “democracia” para todos los que me rodean, medios de comunicación, aficionados en general, y profesionales de la cosa; y lo comparo con aquello que a mi me gustaría que significase, o al menos con su sentido original desde el Peloponeso a la Bastilla, suelo acabar tan estupefacto como ante el episodio del yogur que no lo fue, que no lo era, y del vendedor que no sabia lo que vendía, ni, al parecer le importaba.
Por ello tengo que refugiarme en pequeños detalles, matices accesorios, sobre la política exterior,- de la interior no tengo referencias, ni siquiera geográficas, no se si vivo en el reino de España, en la republica de mi Región, ahora C.A., o en el beaterio de Santa Maria Egipciaca, aquel donde ajusticiaron a Marisol cuando bordaba banderas- para orientarme en el sentido de cómo me gustaría que me gustase que fuesen las cosas.
Así entiendo que democracia debe ser ese sistema político, donde dimite un ministro pillado en nimia irregularidad, o donde el presidente del pais, o del imperio, es destituido por hacer trampas. De mentir, de engañar al ciudadano mejor ni mentarlo, el peor de los pecados, y la condena, el infierno.
Viene esto a colación porque no solo se hace justicia, se pasa pagina, sino que además se les coloca la letra de la ignominia de por vida, el sambenito de la Santa Inquisición, la letra escarlata de los puritanos, no es nuestro caso, que se cosía en la ropa de las adulteras, para que nadie ignorase, para que nadie olvide, que hay cosas que no se pueden hacer. (Nathaniel Hawthorne).
Fíjense que no hablo de pecados mortales, ni tan siquiera de los clásicos de robar, tomar el nombre en vano, etc. Tan solo de pecadillos de tres al cuarto que hacen merecedor al culpable de una leve amonestación, de una simpática primicia en las portadas, y de un inevitable ostracismo en la función publica, para siempre.. Pero uno es que se conformaría, se conforma con muy poca cosa, y ese es uno de los sueños optimistas que tengo cuando pienso en la democracia. Inmaduro. Lo se. Lo se.
El de la prominente naricilla era Nixon, el emperador que pasó a la posteridad con el apropiado mote de “tricky” o sea “tramposo” ,debido a un pequeño desliz a la hora de sopesar los medios inadecuados e ilegales que usaba para justificar el fin supremo, ya conocido por todo el orbe, el fin de mantenerse en el poder. Desde entonces “tricky” y vergüenza.
El de al lado, es el señor que nos trajo las bases militares y la democracia occidental con ellas. No fue tan malo como el avieso jovencito que se sienta su lado, pescaba peces más grandes como parece indicar, aunque quizas la historia no lo cite demasiado a causa de lo difícil que resulta pronunciar –correctamente- su nombre. Dwight Eisenhower.

Y es que soñar no es solo saludable para el alma. Creanme. Soñar es barato barato y es una de las pocas cosas que nos quedan cuando el bolsillo flojea y cuando perdemos otras que, parecen lejanas e irrecuperables.