jueves, 23 de enero de 2020

Y ES QUE ESTÁN CASI TODAS.-


Siguiendo los consejos del director de tesis doctoral, tuve que acotar, que es limitar, y al final concentrar, la búsqueda de perlas perdidas entre el coral, que son los hilos de Ariadna que me conducen a los recuerdos de la infancia, incluyendo esta en los nueve meses previos, de rigor, antes de la fecha de marras.
De ahi que no estén todas las mejores, pero si que están todas las nuestras. Inofensivo nacionalista de un tiempo que forzosamente se ha independizado de los otros que, por cierto, suelen ser herederos de aquellos años de locura del microsurco.

Casi todas digo, la última en caer ha sido "Mi devoción" del Trio Matamoros, que en la memoria figuraba en la ficha de "Y si vas al cobre...", y así no hay quien encuentre nada despues.

La de Pio XII no la tengo, ni la voy a buscar, digamos que va implicita en los coros eclesiales, que desafortunadamente siguen en un eco interminable dentro de esa cosa llamada craneo. La perdonamos, aunque ella no lo haga, "Perdona a tu pueblo Señor" "No estés eternamente enojado", aunque no sepamos el crimen cometido, más allá de los de los pobres Adán y Caín, como tampoco sabremos nunca por qué siguen llamando represalia al daño injusto que se hizo a aquellos que tan solo pensaban distinto o quizás ni eso, tan solo se creyeron en la obligación de ponerse al lado de la legalidad, y desde entonces son destinatarios de la falsa palabra, represaliados.
Represaliados y agradecidos de que no se les calificara de malos españoles, que iban directamente a la cuneta, sin ser camineros de oficio. En la fecha que figura en la bendición papal del microsurco, todavia se condenaba a muerte aquí, y ejecutaba, a muchas personas, o personos si siguen adelante los nuevos popes del igualitarismo. Cambiar el significado de las palabras, cuando no las palabras, y añadiendo el victimato para aquellas victimas que tienen un interés partidista y que, como todas, solo necesitan, y siguen necesitando, justicia.

Menos mal que nos quedaba la droga inofensiva, musical, que completaba la barrera de silencio, haciendola más hermética, y que dura hasta nuestros dias, y supongo que tambien hasta a otros, ,venideros. En ello seguimos.
Nos quedamos con la parte buena del engaño, con el décimo de lotería antes del sorteo, y con la infancia felíz que nos ha tocado, gracias a nuestros padres, y la que estiraremos mientras nos sea posible.

Otra que no he encontrado, reconociendo que no he buceado mucho en la bahia coralina -ya sabeis que no se nadar, ni esquiar por cierto- es "El disco de la risa", aquel que era el número estelar en los discos dedicados, y que, supongo, que hoy me daría verguenza simplemente escucharlo. Olvidado pues.

Las carátulas  no pertenecen a personajes reales, como en las películas, ni a canciones que vayamos a escuchar, pero alguna es tan graciosa, o sugerente, que me induce a mostrarla.













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