(Bouguereau-The_First_Mourning)
Se
equivocó la paloma.
Se
equivocaba.
Por
ir al Norte, fue al Sur.
Creyó
que el trigo era agua.
Se
equivocaba.
Que
las estrellas, rocío;
que
la calor, la nevada.
Se
equivocaba.
(Alberti)
El
animal acorralado busca siempre una salida.
Por
ello resulta coherente que un servidor lleve meses dando en pensar. Indagando
en los recovecos de la escasa razón con que ha sido dotado, intentando
vislumbrar la luz esa que dicen hay al final del túnel aquellos que nunca en él
han estado, que nunca han vuelto de allí.
Ante
la palmaria falsedad de los cada vez mas entupidos mensajes del Gran hermano-
Orwell, por favor- ante la intragable propaganda del poder agonizante, uno
busca ejemplos, situaciones similares a lo largo de la histeria para intentar
acoplar a nuestro inmediato porllegar, el final de la batalla, el paisaje
después de la batalla, de cualquier batalla -Jancso-. Y no encuentra nada. Ni
un miserable resquicio que no esté basado en la más barroca de las fantasías de
mis héroes infantiles. es decir, poca cosa. O nada, como prefieran.
Descartada
la guerra interestelar o el advenimiento de la logia global, abandonada la idea
del benefactor maná celestial- por culpa de Thomas Mann, como vimos días atrás-
y ante la inevitable inminencia de que las golondrinas han vuelto de mi balcón
los nidos a colgar, no me queda otra excusa que hacer una pelotilla con las
hojas donde iba guardando los bocetos para la gran evasión- Esta de Sturges- y
comenzar a pensar de verdad. A reconvenir a mis neuronas - dos - a que dejen de
pelearse y/O practicar el sexo axonal al que estan enviciadas, y se pongan a
trabajar.
Lo
primero que se les ocurre es que hay que empezar desde cero. Que ya que lo
anterior no sirve, hay que cambiar el escenario y plantear la posibilidad de
que el error esté en la base, en el punto de partida.
Pongámonos
en el supuesto de que el error no esté en la paloma, sino en el poeta.
Es
sabido que los poetas solemos (¿?) ver las cosas desde un prisma diferente, con
un algo de melancólico y con un mucho de technicolor, que vemos el sol a través
de la lluvia y no hablamos del sol ni de la lluvia, solo del arco iris. Y esto
no es bueno. Puede ser muy creativo y postineroso desde el punto de vista
artístico, pero la vida no es solo arte, me temo.
Puede
que el poeta no viese una paloma, sino un pajarraco negro de la familia de los
córvidos, para el que el trigo es el refugio de reptiles y roedores, incluso de
mamíferos de mayor tamaño cuyas vidas en extinción tienen la virtud de alentar,
de alimentar la propia del cuervo.
Puede
que el ave en cuestión no se equivoque, no se esté equivocando en absoluto y
que su numerosa presencia en las ramas de la arboleda vecina -que no perdida-
no sea ningún error sino, como en la pelicula de Alfredo, el presagio - esta es
de Alcoriza, el cineasta de Badajoz al
que allí deben un homenaje- del gran banquete para los plumíferos de azabache.
Estoy
equivocando totalmente la base de mi argumentación. Como el escritor
adolescente que basa los fundamentos del mundo imaginado en la bondad y en el
amor, descuidando aspectos mas prosaicos- la prosa versus el verso- tan
necesarios para la despensa.
Comienzo
a ver que el ave blanca bien pudo ser una gaviota, tan carroñera ella como su
primo de tierra adentro, y que a lo peor el mal, el horror como diría Conrad,
está bastante mas cercano de lo que podía uno imaginar.
Que
si bien el individuo - genérico- ligado a su inevitable condición humana, a su
calaña -bonito pueblo- queda bastante alejado del angelical Emilio postulado
por Rousseau, -quien sostenia que solo la influencia del entorno era quien
condicionaba su posible maldad- es esa su sociedad ,el caldo de cultivo donde
crecemos como personas, la que- con razón de J.J. o sin ella- impone el patrón
de conducta que llegará a generar los pecados verdaderos, los sociales, que
suelen terminar con la peor de las penitencias, el colapso moral y la ruina, la
verdadera, la que no se limita al porcentaje de los desfavorecidos - miserables
en castellano- de siempre, sino que acaba englobando a la totalidad de los
vivos y a los hijos que estos puedan engendrar en el futuro.
Seguramente
que ese era el sentido del cuento subtitulado "De la educación" donde
sugería que tan solo la reforma radical de una sociedad corrupta- con la
inestimable ayuda de Monsieur Guillotin"- y con los inevitables ríos de
sangre que recoge la historia, lograría el resultado satisfactorio por todos
conocido.
Aqui
aparece un nuevo protagonista en el desarrollo de la humanidad, el ciudadano, y
este, educado en la necesidad de respetar el libro sagrado, el de los derechos
y los deberes, resume el ideal, inexcusable del mundo moderno, de una
modernidad que ya dura mas de doscientos años.
No
estoy hablando de la revolución francesa, como bien saben los lectores, sigo
hablando de Mongo, de los habitantes de Mongo, que sin consentir que los
vecinos los superen en el tema de las carnicerías colectivas, se han limitado a
parar el reloj de la historia en un momento en el que las virtudes colectivas e
imprescindibles, como la solidaridad -aka fraternité- la justicia -¿?- o la
honestidad de sus gobernantes, se limite a ciertas frases- preferiblemente en
latín, lengua muerta- talladas en los frontispicios de los templos de la
patria. Mal asunto.
Pero
es que la visión que he tenido,- sin necesidad de absenta- va un poco mas allá.
Admitida
la igualdad como un logro económico de nuestra epoca, nos encontramos con una
base humana- individuos- que ha mantenido sus vicios antisociales a través de
los siglos y que los han desarrollado hasta el extremo de dejar los públicos
reducidos a nivel de pecado venial.
Usan
los próceres para mantener su estatus de ilegalidad- en sentido amplio, el de
la ley natural- para apretar la cuerda insolidaria, elevar la corrupción al
nivel de virtud personal o familiar, junto a las otras religiosas, y cuando
vienen mal dadas, usan a los dirigentes como monigotes de feria para desahogar
sus instintos culpabilizando a una de estos demonios de sus propios pecados, y
cambiando el líder amado hasta ayer por otro que será odiado pasado mañana.
El
asunto es mucho peor. Estoy que no duermo. Me como a bocados la passiflora
cerúlea- flor de la pasión- sin esperar a la tranquilizadora infusión.
Resulta
que el párrafo anterior pertenece también a la fantasía, a la ingenuidad del
poeta. Que la realidad enseña que esos individuos, que son perfectamente
conscientes del poder que tienen en el paupérrimo sistema político de Mongo,
conocedores del progreso negativo -así llaman al retroceso- de su región , elevada a la categoría de madre
patria por Juan Benet, a pesar de que algún estudioso ignorante -abundan-
quiera entenderla como lugar metafórico del literato que quiso imitar a Forne -
y les juro que así pronuncia el sagrado nombre de Faulkner, uno de los expertos
monguianos en literatura- retroceso secular que se ha agudizado en lo veinte o
treinta ultimos años- las cifras hablan con elocuencia- hasta dejar dicha
región , también llamada UGI (Unidad de Gasto Inútil) por la confederación
imperial, hasta dejarla en el ultimo lugar de todos los posibles. En economía,
en educación, en futuro a fin de cuentas.
Y
surge la gran cuestión. El por qué ese individuo, sabedor de la responsabilidad
que le atañe al reelegir periódicamente al equipo que conduce al resto de
ciudadanos también, en tan inhóspita dirección.
Y
aqui la respuesta es aterradora. La hipotética respuesta, porque no quiero dar
por valida la presunción de que porcentajes de funcionarios,- Sirvientes
civiles los llaman en algunas democracias- de eternos subsidiados- va para
cuarenta años en que las ayudas europeas para salir del bache solo hacen
empeorarlo- o beneficiarios directos de la inacción en el gobierno- como
constructores y parientes, banqueros, e intermediarios de la nada en general- centenares
de miles que no dudan en mantener un sistema , a sabiendas de que conduce a la
ruina de todos, siempre y cuando suponga una ventaja personal, inmediata para
ellos.
Ese
pecado no tiene nombre, no se ha inventado todavía, y probablemente nadie tenga
interés en hacerlo, siendo ese grupo la base electoral de la continuidad para
los que no pueden negar su paternidad en el asunto. Los que van a prestar la
etiqueta de su apellido, durante siglos, a semejante ignominia.
Vienen
mal dadas al parecer. Y antes de comenzar otra nueva y multitudinaria, me temo,
lapidación, convendría ponerse a pensar quien está libre de culpa antes de
iniciar el apedreamiento y sobre todo, y lo mas importante, y lo que mas
desespera en la desesperanza de que llegue a suceder es cuando va a comenzar
por parte de los responsables del colectivo el plantear una educación
ciudadana, que lejos de los habituales lugares comunes del bien y del mal
pasados por el filtro de la moda, inicien de una puñetera vez el camino hacia
una sociedad en la que el responsable lo sea de verdad, respondiendo por sus
actos y por sus omisiones, y en la que la energía del colectivo no se limite a
la lapidación dominical, por mas que esta sea cada dos o cada cuatro años.
Me
parece que ha vuelto el poeta, y que insiste en el error.
Se
equivocó la paloma.
Se
equivocaba.
-
! Cállate Jennifer ! -Pájaro tonto de pico largo-
(De
"El profesor chiflado")
Publicado el 20 de mayo de 2009
P.D.- Mongo es el pais cainíta donde Flash Gordon pasó terribles tormentos.
Allí debimos habernos quedado. Al menos sus aventuras eran eso y, además, siempre terminaban bien.
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P.D.- Mongo es el pais cainíta donde Flash Gordon pasó terribles tormentos.
Allí debimos habernos quedado. Al menos sus aventuras eran eso y, además, siempre terminaban bien.
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