Hay años malos, indudablemente, en los
que la oferta musical o cinematográfica nos hacen añorar el
anteayer, y nos obligan a seguir soñando con las obras maestras que
traerán los venideros. Algunos sabios dicen que el presente es
solamente el tiempo entre esos dos sentimientos, la nostalgia y la
esperanza.


En cuanto a las aventuras o el
entretenimiento que nos pueda ofrecer “The Shape of Water”, no
niego que pueda servirnos de distracción, vista en la tele, algún
sábado por la tarde, pero muy lejos, far away, de cualquier western
clásico o incluso de las comedias de Jerry Lewis, tan infravalorado
el pobre clown que te obliga a compensarlo con los restos de cariño
que encuentras en los bolsillos, entre pelusas ellos.

Veasé “Creature from the Black
Lagoon” de Jack Arnold 1955, “La mujer y el monstruo”.
Hasta los Baobab, en su gira europea
después de diez años de ausencia, se presentan con sus homenajes a
los ausentes, lógicamente sin los ausentes, y con alguno de ellos
mirando de reojo la silla de ruedas, priorizando la kora como
instrumento solista; cuando nosotros esperábamos el saxo y la
guitarra eléctrica, o incluso la voz mágica del vocalista senegalés
versionando boleros. Y ello, a pesar de que los titulares de la
gloria, sean los hijos o nietos de los fundadores, no importa la
transmisión hereditaria cuando lo siguen haciendo bien, tan bien
como sus abuelos. Algo completamente inverso a lo que sucede con
muchos de nuestros políticos, tan inútiles como ya lo fueron sus
ancestros, a quienes deben el cargo, que a nosotros no nos deben
nada, como podemos comprobar.
Lo cierto es que los Baobab, tampoco
son ya lo que fueron, y aquí no queda esperar que vayan a mejorar
mañana, ya que eso del futuro tiene limites infranqueables para los
mortales.

Siempre nos
quedará París, aunque nunca nos dijeron que sucedió entre ellos en
París, para que el recuerdo imborrable, ese que siempre define la
nostalgia, les sirva de bálsamo en aquel presente infausto, en aquel
final doloroso que, sin embargo, dejaba satisfechos a los
espectadores. La magia del cine, del buen cine.
Aquí, más abajo
de Paris, o más arriba de Casablanca, a nuestro lado, siempre
podremos decir aquello de “Menos mal que nos queda Portugal”,
cuyo mensaje, aparte de la rima, nunca he llegado a comprender, y que
me vuelve a producir prurito, picor en el alma, que hasta Portugal
tiene la mitad de la tasa de paro que nuestro país, el 8%, siendo
más pobres, y dicen que más tristes, y el hecho de que hayan
ganado Eurovisión los viene a situar social y economicamente en los
tiempos adversos de Massiel y Raphael, cuya adversidad no parece que
se haya movido de aquí, doblando el porcentaje de parados y
desanimando a los que tienen trabajo con sueldos de infra
supervivencia. Eso de que menos mal que nos queda Portugal, debe ser
por otra razón, que desconozco. Por lo de que sean republicanos
tampoco creo que sea, al fin y al cabo nos guardaron en Estoril el
eslabón perdido todo el tiempo que fue necesario. Si bien aquello
fue anterior al 25 de abril que como todos sabéis fue solo un
pretexto para ubicar en el calendario la fiesta nacional, y de paso
recordarme el cumpleaños de mi hija. Los caminos del señor son
infinitos, casi.
Vuelvo a
preguntarme, pregunta retórica y por tanto estúpida, como podemos
tener tantísimos millones de parados, vayan bien o mal las cosas, la
economía y demás, y a quien puede beneficiar el continuar con esa
farsa inhumana que nos sigue alejando del resto de europeos, hasta de
los portugueses, ya digo.
Ha vuelto el
escribano, con su plumaje sedoso y su boina azabache, se introduce
dentro del caparazón de la granada y selecciona los mejores granos,
como cafetero colombiano, despreciando los que aparentan el menor
deterioro. Un pájaro elegante.


Esto de recuperar
la historia a través del relato de quienes la vivieron, resulta al
menos divertido. No importa la impostura ni la fantasía interesada
de los que intentan recrear su propio pasado, endulzándolo con
adornos ficticios, bendita nostalgia la suya, solo comprobar que
aquello que ciertamente sucedió, quedando contrastado en
innumerables ensayos, tuvo millones de protagonistas, no meros
espectadores, que se dignan a contarte su versión.

Y las dos palomas
turcas tan unidas, cheek to cheek, en la rama pelada del cercis.
Nunca las habia visto tan enamoradas, o quizas tan ateridas, puede
que ambas cosas. Con arrimo y sin arrimo, todo me voy consumiendo,
que diría Silvio cantando a San Juan de la Cruz.
Sin arrimo y
con arrimo,
sin luz y ascuras viviendo
todo me voy consumiendo.
Mi alma está desassida
de toda cosa criada
y sobre sí levantada
y en una sabrosa vida
sólo en su Dios arrimada.
Por esso ya se dirá
la cosa que más estimo
que mi alma se vee ya
sin arrimo y con arrimo.
sin luz y ascuras viviendo
todo me voy consumiendo.
Mi alma está desassida
de toda cosa criada
y sobre sí levantada
y en una sabrosa vida
sólo en su Dios arrimada.
Por esso ya se dirá
la cosa que más estimo
que mi alma se vee ya
sin arrimo y con arrimo.
Notas.-
- Lo de arrimada no tiene nada que ver con quien estais pensando.
- Tampoco el McNamara es el que recordais de vuestros años mozos y lisérgicos, de cuando la movida.
- “El Maestro Juan Martinez que estaba allí” es la transcripción de un relato vital entrañable que escribió en el 34 Manuel Chaves, que tampoco es el que lo aparenta.
- Continuará, era la última palabra del cuadernillo, anunciando que el próximo capítulo se llamaba: La muerte del Capitan Trueno. Aqui os espero.------------------------------------------------------------------------------
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Opinar es una manera de ejercer la libertad.