Aparece en la compilación anual una balada estupenda de Peter Holm, que me ha
resultado harto difícil de encontrar en su versión auténtica, que no es otra
que la disfrutada en los guateques, la del interprete original cantando en
español. No sé con certeza , aunque puedo sospechar, por qué llegué a creer que
su titulo original era: “Monja” y no "Monia", y que la censura, bendita contrarreforma,
cambió para no incordiar el nihil obstat
ni el concordato. Resulta que no debo ser el único que sospechase el
matute, no hay más que ver la caratula de “las Comunicativas” para comprobar el
lio mental que nos ha acompañado tantísimo tiempo, y que temo, seguirá adherido
a la neurona encargada de este asunto. Al final ha merecido la espera.
La mayoría son grandes éxitos de los años sesenta, con la
particularidad de ser temas bailables, ahora cuando más falta nos hacen, y la
dificultad de no repetirlas entre los centenares de ellas que han pasado por
nuestras primaveras. La intención de subir la lista completa a esta págína ha
sido pasada por el liendro del sentido común, sostenido por el temor a los
puristas de los derechos de la propiedad intelectual, como si la memoria
nostálgica de un sesentón hubiese que escriturarla y pasarla por el registro
para poder decir que una canción me suena, y me hace feliz. La verdad es que, tampoco
me hacia mucha ilusión acabar acompañando en la celda a algún independentista
insumiso y, lo que es peor, terminar viendo en el embozo de la sabana el bordado
del lazo de churro a medio freir, uno que ha escapado hasta ahora de dormir
junto a las insignias del club favorito de los demás -futbol- por supuesto..
A los irredentos del Maresme y del Llobregat se me ocurre sugerirles
–doy y para mi no tengo- tan solo
cambiar el orden de sus prioridades, primero república – para todos- y después
independencia, y hacer la demanda extensiva y beneficiosa para el resto de la
población -deudores sumisos de los impunes e inmunes del tres por cierto -. Al
igual que nos incitaron con aquello de libertad, amnistía y estatuto de
autonomía, enterrando los principios fundamentales del movimiento para acabar
en esto, Maldito Ernesto, que es una canción entre rap y hip hop que va a
gustar, ya veréis. Además que tiene uno
la impresión de que a algunos presidentes de gobierno.-sin señalar- no les
importaría cargar con la responsabilidad de la jefatura del estado. Lo cierto
es que no subo la lista de marras y me callo de lo otro, por si acaso, y por si
no fuese a ser peor.
Suelo incluir algún tema instrumental intercalado entre las
clásicas, dejándolo a criterio exclusivo de mis gustos al respecto, surf
inevitable, guitarras eléctricas, con predominio de la subespecialidad rautalanka, los autenticos maestros de las
fender y estratocaster en los paises nórdicos, creadores de Apache, y
seguidores de los Spotnicks, quienes han pasado por aquí en varias ocasiones,
superados por los Shadows, todos ellos meros imitadores de The Ventures. Todo
un mundo de twang y reverberaciones que, cuando consiguen calmar un poco al
batería, suelen producir frutos jugosos y vitaminados. Perecido a las guitarras
de los Indios Tabajaras que, como ya os conté, no eran tabajáras ni indios, tan
solo un motivo comercial y unas versiones magnificas de temas adecuados para
bailar pegados, de cuando aquello.
Imperiosamente incluyo “Arrímate”, entre otras de Los 2
españoles, genios del chunda chunda y de las fiestas de verano en el pueblo,
donde explican la importancia y la necesidad de arrimarse a la pareja, con
baldosa o sin ella. Geniales y divertidos estos músicos marginados por los
puristas, de los que hemos presentado a Cecilio, y a Luisa Linares con Los
Galindo, entre otros sublimes. Forzosamente he tenido que continuar el
arrime -con y sin arrime, evocaciones de
Silvio- con “Suéltala pa que se
defienda”de Jaime Llano y su música colombiana para la que guardamos cierto
comprensible afecto. Dado que, al parecer se estaban pasando en el arrime.
Algunos temas son antifeministas, no confundir con machistas
por dios, que nos hemos pasado toda una vida con el antifascismo y el
anticomunismo y si ahora me quitan cualquier anti tengo que medicarme
inmediatamente con antiácidos y anti nauseosos.
Aún seleccionando los menos combativos en la cosa esta de la guerra de
géneros, de los que yo me quedo con el popelín y el percal, que la sarga me
hace daño en ciertas partes, resultan inevitables algunos temazos como este de
“Mi mujer y mi caballo” también a cargo de Los 2 Españoles.
Creo que la diversión, y sus intentos, son imprescindibles,
aunque ciertos temas hoy tabús, ciertamente antaño no lo fueron, y en todo caso
nos permiten mandar a paseo. eufemismo de mandar a otra cosa- a la corrección
política, ese terrible filtro que ahoga nuestras voces, salvo para los
profesionales de la cosa, exclusiva
totalmente errónea, puesto que políticos somos todos, querámoslo o no,
aunque estemos en la zona de los que pagan y no de los que cobran. En fin...
Las rancheras y los boleros no necesitan presentación, ni
justificación, en estas selecciones, han estado acompañando, cuando no
adormeciendo nuestra adolescencia desde la tele en blanco y gris de la era
predemocrática, según algunos, y desde la pantalla del cine en las películas
mexicanas- con x- de Churubusco Azteca,
que era de las pocas productoras que intercambiaban títulos con las nacionales
perjudicadas por la autarquia y el boicot de las majors norteamericanas quienes
dudaban en facilitar la pervivencia de una dictadura con aquello tan rentable
que se llevó el viento, hasta que se convencieron de lo conveniente que era
tener por amigos a unos que tenian inquina a sus enemigos rusos, por aquello de
que los enemigos de mis enemigos son ... eso.
Lo cierto es que sufrimos dosis excesivas de: Pedro Infante,
Miguel Aceves Mejias, o Jorge Negrete, quien se negase a ser apuñalado por la
espalda en la peli de Buñuel, por aquello de que “a él, por la espalda nada” en
el feroz y eterno combate con los LGTBI de entonces. “Gran Casino” se llama la
película. Y aparte de los sombreros que daban sombra verdadera a todo un
mariachi y no las escuetas boinas que nos esperaban fuera del cine, y los
machos de pantalones ajustados y pistola fácil, puesta en solfa por Paquita en
la edición del 19, - escuchad: “Pobre pistolita”-, nos quedó cierta simpatía
por las historias de desamores y venganzas , con final trágico, como en
“Sonaron cuatro balazos” o en la inolvidable “El preso numero nueve”, que hasta
Joan Báez bregaría con ella.
Aparece una nueva especialidad que espero nos brinde más
ocasiones de disfrute, “la fanfarria” que con versiones de temas populares como
los que tanto queremos, son la base de las fiestas patronales del norte de
España y del sur de Francia. Orquestas vecinales con predominio del metal,
instrumentos de viento, tan apropiados para los pasodobles o la música
tropical. No son Goran Bregovic y su orquesta serbia al servicio del cine de
Kusturica y de las bodas bautizos y funerales, no llegan a su nivel pero
tampoco importa, Me atrevo a cometer el sacrilegio de incluir una canción
repetida -otra- la de “Moliendo café” sin llegar a que después llueva este en
el campo, pero es que esto es una locura, bendita, ya digo. Paquito el
chocolatero está en la puerta. Espero que no se le haga pesada la espera.
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