martes, 3 de octubre de 2023

JUAN DE MAIRENA DIXIT.-

 



Estos días azules y este sol de la infancia.-

(Juan de Mairena enterrado en Collioure)


Hace tiempo que desistí de seguir buscando el libro en un formato decente, en una edición digna de este nuestro Rochefoucault, Montaigne, o incluso Séneca redivivo.

Es fácil buscar un libro, lo difícil es encontrarlo. Ya me sucedió, no hace tanto, cuando usando un PIC en un almacén cultural- creo que el nombre de librería les queda grande- inquirí por una copia del unamunesco drama de aquella mujer que antepone la moral tradicional, y el consejo del confesor, a algo que no hoy no dudaríamos en priorizar, la misma vida, la de ella y la de sus sobrinos huérfanos de madre, “La tía “Tula”, resultando que el listado del Punto de Información Cultural , el PIC, no me ofreció la existencia de esta novela hasta el numero diez o doce de su lista de hallazgos, todos los que la precedían eran sobre la versión cinematográfica o, incluso, ensayos sobre la obra en cuestión.

Ya digo que resulta fácil buscar también a Juan de Mairena, ahora con la facilidad de los miradores en la red a disposición de los lectores, ofrecidos por grandes y pequeñas distribuidoras de libros. Sabes que si ellas no lo tienen disponible, es que no existe. Ni siquiera me ofrecen el risible señuelo de confundirlo con un cantaor flamenco del que se esperaría una oferta razonable. Nada.


En libros viejos y antiguos, en librerías de lance, buscamos:

Heterónimos: Juan de Mairena y Abel Martín


Encontramos ejemplares sueltos, en regular estado y en precio disuasorio:


Bibliotex. Barcelona. 2001. 21 cm. 380 P. Encuadernación en tapa dura de editorial con sobrecubierta ilustrada. Colección '[Biblioteca El Mundo]'. Machado, Antonio 1875-1939. Juan de Mairena. Prólogo de Alfonso Guerra. Millenium


Madrid, Espasa-Calpe, 1936. 344 páginas. Ilustrado en contraportada con retrato de Juan de Mairena por Antonio Machado. Encuadernación en plena tela de editor, lomo con dos tejuelos con títulos y filetes dorados. Primera Edición. N° de ref. del artículo ABE-1668785371790 Librería: A partir de cero. Capital federal Buenos Aires. Argentina.


Losada s.a., Buenos Aires, 1957 Tapa blanda. Condición: Bien. 3ª edición. Páginas: 171. Sentencias, Donaires, apuntes y recuerdos de un profesor apócrifo. . Juan de Mairena es una de las obras más originales de la prosa española contemporánea. El entrañable personaje apócrifo que Antonio Machado imaginó quebranta los límites tradicionales entre discurso académico y parodia, filosofía y literatura, escepticismo y compromiso ético.


Colección Austral nº 1530


Losada, 1977-73

Abel Martín. Cancionero de Juan de Mairena. Prosas Varias. Antonio Machado.

Editorial  Losada Edición 1943


Alianza Editorial, 1981 Juan de Mairena. Sentencias, donaires, apuntes y recuerdos de un profesor apócrifo (1936) (edición de Pablo del Barco), Madrid,. Juan de Mairena (2 vol.), Madrid, Cátedra, 1986. Poesía y prosa (tomo IV, edición Oreste Macrí), Madrid, Espasa-Calpe, 1989.



Y digo yo

En Collioure están sus huesos junto a los de su madre, y esos dos versos aparecen hasta en las servilletas de los veladores de los chiringuitos donde veranean los filisteos. Esos que dicen que van a llorar junto a su tumba un par de veces al año y que llevan flores y fotógrafos cada vez que hay que renovar el cartel de la próxima temporada.


Alfonso Guerra ya se dignó, como admirador agradecido, a prologar la unica edición disponible desde hace más de treinta años. Pero,rara avis del poder, gustaba también de presumirse mahleriano e incluso forofo seguidor del matador Curro Romero, un tojunto, lo que ocasionaba descrédito entre aquellos que consideran la literatura como algo más serio que la política, craso error.

Sus sucesores, y después sucesoras, miríadas en cargos de responsabilidad política y cultural, no han tenido la menor intención de poner el debido broche de honor a este ilustre de la literatura y de la intelectualidad, reeditando con la dignidad que merece, un texto imprescindible para la historia de la literatura en nuestra lengua y también imprescindible para la otra, la otra historia, la de los años oscuros, nuestra edad media más cercana. Lo mas notable que han hecho en su memoria es poner a una estación de tren el nombre de la novia de Don Antonio.


Lo cierto es que el poeta, además era un pensador estimable, un docente irredento, cuya labor no quedaba confinada a sus años de claustro y pizarra, como podemos ver en Juan de Mairena, donde continua enseñando prácticamente hasta su último aliento. Prosa y bonhomía, una buena persona, que se dedicó durante los últimos estertores de la democracia a ilustrar a la buena gente a través de sus artículos, a educarlos en una nueva forma de entender la vida, con unos sueltos periodísticos que se recopilaron en: Juan de Mairena II. Sentencias, Donaires, Apuntes y Recuerdos de un profesor apócrifo


Ahora, además de esos dos versos encontrados por su hermano en los pliegues del bolsillo de aquel gabán que le acompañó en su breve destierro, me veo obligado a reclamar ante el espejo una edición digna de figurar en la estantería al lado de sus poemarios. Aunque no creo que este sea el lugar ni la manera en que este deseo pueda convertirse en una obligación para las fuerzas progresistas de este país, que tienen otros frentes abiertos mucho mas divertidos, y presuntamente productivos,

Habrá que ir pidiendo como hacia Belmonte, de cortijo en cortijo, un mendrugo de pan, que si son generosos ya le pondrán también un chorrito de aceite.


Lo hacemos en el veranillo de San Miguel, en Estos días azules y este sol de la infancia.


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Juan de Mairena (De Wikipedia)

Nacido en Sevilla en 1865. Su biógrafo y presunto creador, Antonio Machado, lo describe como "poeta, filósofo, retórico e inventor de una Máquina de Cantar", y lo presenta como alumno de otro autor apócrifo, el maestro Abel Martín, también sevillano, nacido en 1840.

Proyectó fundar en Sevilla una Escuela Popular de Sabiduría Superior. Dispondría de una Cátedra de Metafísica a cargo de Abel Martín y otra de  conducida por el propio Mairena. ​

Avanzado ya el aciago año de  1898se produjo el no menos fatídico viaje del maestro Abel Martín a Madrid donde falleció el 9 de noviembre. Fue un duro golpe para su discípulo. Mairena, convencido de que "el maestro ideal había desaparecido y no volvería más", decidió abandonar el proyecto. El local apalabrado sería luego alquilado para una  churrería que funcionó hasta 1916.




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