jueves, 9 de julio de 2009

SE ME OLVIDÓ LA CONTRASEÑA.-


------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------- Se me olvidó la contraseña.-

Para una que aprendí en la infancia, buenos ratos me he pasado explotándola. Incluso hoy, todavía disfruto cuando tras el torno conventual doy el santo y seña en cuestión “Ave Maria Purísima” y espero la contraseña correcta desde la penumbra, desde el lado oculto intramuros, y aunque sigo deseando que en alguna ocasión me sorprendan con la clave equivocada, que confirmaría mi sospecha de que detrás no hay monjitas, sino vaya usted a saber, nunca lo consigo. Siempre aciertan “Sin pecado concebida”.
Entre otras cosas es una buena manera de comenzar un artículo. Diría mas, debería ser obligatorio empezar así. Con el saludo mariano y su replica inevitable. Buenas costumbres.
Viene, al parecer, de otro ritual, castrense en esta ocasión, que tampoco es un sector desdeñable de la economía nacional. Por cierto que no sabría donde ubicarlos, a los dos, a los religiosos y a los militares, si en el sector secundario (industria) o en el terciario (servicios) porque en el primario va a ser que no. Y tampoco sabría que hacer con ellos en tiempos de escasez como los que asoman la patita bajo la puerta, aunque tradicionalmente han escapado bien de estas impertinencias, es mas, han escapado mejor que el resto. No puedo, ni debo preocuparme por ellos.
El ritual del santo y seña, establece que, detrás de un nombre de prestigio en los altares, se colocaba una afirmación mas o menos anodina, a la que el oponente en la sombra debía responder con una frase tan breve como acertada, para de ese modo, convenir en retirar el dedo del gatillo al sujeto que comenzó tan brillante, corto, y vital dialogo.
Como todas las ideas geniales, gratuitas, ha sido conservada y actualizada por la humanidad en pleno, hasta invadir cualquier aspecto de nuestra actividad vital que requiera un mínimo de control, aparente, de privacidad.
Así, cuando encendí el ordenador con mi nombre de usuario (santo y seña) me pidió el/la password (no se si es masculino o femenino) o sea la contraseña sin la cual no hay trato que rascar.
Sucede con casi todo, insisto, y uno corre el riesgo de llenar la cabeza de palabras tontas y frases sin sentido, de ponerse como santo el nombre de tal artista o cual película y como contraseña, también llamada key word, otra cosa parecida. Si intenta usar la misma clave para todo, como sería lo razonable, por ejemplo santo y seña: Buenaventura, contraseña: Durruti; mas que nada para contrarrestar y equilibrar los espíritus protectores del lar común; resulta que no sirve, que hay que poner nombres o números diferentes para cada ocasión, llenando la cabeza , y ocupando la memoria, con tantas palabras ininteligibles como la maquina aquella, Enigma, que desencriptaba, o encriptaba, no recuerdo, los mensajes encaminados a cambiar el destino del mundo, en el penúltimo intento.
La memoria, al menos la mia, es finita, si entra algo nuevo es empujando hacia fuera a otra cosa, y como además ahora resulta que los recuerdos son falsos, según dicen los científicos de la cosa, la mayoría de las veces, resulta que, al final viene a ser lo mismo buscar dentro de ella la palabra clave para cada caso, o irme directamente a un diccionario y abrirlo al azar. Exactamente lo mismo.
De tal modo que uno se queda con el equipaje imprescindible, su identidad, real o presunta según vemos, y un puñado de recuerdos, propios o adoptados da igual, de entre aquellos que supone agradables. Los demás pal gato.
Y las dudas existenciales las formula y responde también, con el método abreviado, soy yo, vengo de mi padre y de mi madre y no voy hacia ninguna parte, mi futuro es mi presente, y en el mientras procuraré reconfortarme con la presencia, y el recuerdo, de la gente guapa que pasa por mi vida.
Esto, que parece tan simple, no es otra cosa que la conclusión a la que han llegado multitud de sabios y filósofos (estos son sabios especiales) venidos de todas las culturas y de todas las épocas, a echarme una mano, no crean que se me ha ocurrido a mi solito.
Pero no pasa de ser una utopía, como todas las cosas buenas de la vida, y no deja de deshacerse como el azucarillo en el café, ante la presencia de la menor complicación, si bien dejando un poso dulce que siempre es de agradecer.
Por ejemplo, uno de los placeres mas universales para el ser humano, eso que busca con afán a lo largo de toda su vida, quizás porque no sea mas que el intento de prolongar en el tiempo el gozo del calor materno, no es otra cosa que la búsqueda de afecto, de cariño, de ser recompensado en sus acciones hacia los demás con el agradecimiento y de ser pagado por sus amigos con el afecto, la misma moneda, que tiene hacia ellos. Dicen algunos que las relaciones humanas en general y la amistad en especial son eminentemente egoístas. Es posible.
Así que me acuerdo de mis amigos, y los tengo estupendos, y resulta reconfortante la actividad. Pero no siempre los tengo a mi lado, a veces quedan limitados por determinadas fechas, viajes o eventos, digamos que no tienen una disponibilidad ni una ubicuidad ilimitada que permitiese disponer de ellos como de los discos de la estantería, estuche sección nostalgia, lamentablemente.
Para esta necesidad, y para casi todas, el mundo este que nos ha tocado vivir (frase repetida hasta la saciedad desde el neolítico hasta nuestros días, y parece que aun le queda cuerda) ha encontrado soluciones bastante aceptables.
En la situación en que yo me encontraba, justo entre tempora y tempora- en medio de un trimestre como ya vimos- y sin la perspectiva no solo de gozar, sino también de presumir, y eso es muy importante, ya que la amistad es algo que hay que merecer, de un amigo, se me ocurrió la idea de cubrir ese hueco de la manera habitual, mediante el buscador del espacio sideral, que también llaman Google, y… Ale Hop, a la primera.
Una pagina en la que te buscan, y te envían un amigo, como tú lo necesites y adonde tú lo necesites. Porque los tienen de todo tipo, y presupuesto. De acuerdo con las necesidades que tu tengas en cada momento y de la tonalidad que quieras dar a tu vida mas o menos pretérita. Porque los amigos buenos, como todo el mundo sabe, son los de antes, y ese antes implica que haya, que hubo, una riquísima vida afectiva, en la que el actual hueso de melocotón en que te vas convirtiendo, vivió experiencias mas o menos brillantes y mas o menos gratificantes con personas diferentes a las que ahora comparten tu vida.
Una empresa de chicos listos en la que solo tienes que ir marcando casillas y limitando preferencias sobre las características del amigo que quieres te envíen. Te dan consejos útiles sobre el perfil que debes buscar para que la experiencia resulte reconfortante. Así te sugieren que no busques paralelismos exagerados con tu formación, carácter, y forma de pensar (si no tienes forma de pensar no importa, también te pueden proporcionar una) porque dicen que no suele resultar. O que busques triunfadores que pondrían tu cutrez en evidencia, o perdedores por lo mismo, porque harían salir el lado ese que tienes de miserable cretino que siempre se cree superior. Por lo mismo desaconsejan el amigo exageradamente erudito o brillante en alguna actividad determinada. Te aconsejan en general, y a mi me aconsejaron bien, que les pidas alguien con una vida intensa y fragmentada, a la vez que haya tenido altibajos y sobre todo una amplia cultura que le permita adaptarse a todos, o casi todos los recuerdos comunes que tu necesites en cada momento, que él va a inventar para ti, con la consiguiente satisfacción para tu ego, y el asombro ininterrumpido para los que te rodean, que ignoraban como has podido tener esas vivencias tan afortunadas que siguen dándote esos extraordinarios réditos en forma de viejos amigos.
En fin, consejos utilísimos y un servicio de lo mas recomendable. A mi me enviaron un catalán majísimo que ha hecho las delicias de mi familia, y por supuesto las mías, con el recuerdo común de unos tiempos inventados que muchos quisieran haber tenido como propios.
Todo ello donde digo. En la pagina http://www.tumejoramigo.com/ y un consejo que no puedo dejar de transmitir a todo el mundo, en tiempos como estos, cuando el afecto no es un lujo, es una autentica necesidad.


P.D.- Tienen una pagina gemela en http://www.mimejoramigo.com/ y en ambas puede que descubran la apariencia externa de paginas sobre perros, pero si buscan detrás, y sobre todo si tienen la clave correcta, la contraseña, podrán comprobar lo que les digo.
-------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Opinar es una manera de ejercer la libertad.

Archivo del blog