domingo, 4 de julio de 2010

¿Y TU QUÉ HAS HECHO..?

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TODO FLUYE (Sin duda).-


Cuenta V.Grossman en “Todo fluye”, en tercera persona, -como casi siempre los escritores nos cuentan sus experiencias personales, incluso las mas intimas- el hecho que aterroriza a lo largo de su vida, a su alter ego, exhausto superviviente de la extinta religión comunista (1), quien, como cadáver ambulante regresa del “lager” justo una generación después de la partida.
Cuenta que todavía le despierta por las noches la luz cegadora del mas lúcido de los hombres que conoció a lo largo de su vida. Aquel con quien coincidió en la celda , durante los intervalos en los que la tortura, los interrogatorios hasta la confesión de delitos inexistentes y la delación de inocentes, -probada de esa manera, la culpabilidad firmada de unos y otros- aquel escuchado en las horas entre luces, mientras la razón se desvanece y la locura asoma, en un tiempo que podría haber sido inventado por el propio Grossman, de no haber dejado la prueba irrefutable de la pesadilla recurrente en su memoria.

¿La Historia?.
-La Historia no existe-. Dijo el preso de inteligencia inconmensurable, momentos antes de desaparecer para siempre.
-Si te fijas- Siguió diciendo
-Si te fijas, la bondad del hombre no ha mejorado un comino a lo largo de toda ella.
La violencia y el terror continúan diezmando la humanidad, incluso en nombre del progreso.
Hasta el tiempo presente demuestra día tras día su incapacidad para mejorar la jornada de ayer.
¿La historia?. Es solo una invención, un relato circular de nuestros limites.

Ni siquiera, el reo portador de la luz cegadora, le habló de ideales, de justicia o libertad, de la fe en el hombre nuevo. Le dejó, con el mas profundo y negro de los vacíos , dentro de la nada absoluta a la que no tuvo mas remedio que ignorar durante el día, de postergar en el raciocinio, en beneficio de su supervivencia.

Quizás no sea uno de los pasajes menos pesimistas de la novela. Seguramente haya otros aun mas demoledores. Quizás tampoco sea exactamente una novela. Ni tan siquiera el relato de una vicisitud. A lo mejor, o a lo peor, es solo una reflexión, otra mas, que nace sobre el tiempo que le tocó digerir, una crónica del que pasaba por allí y no pudo menos que dejar constancia de lo que entonces sucedió y de su interés, en que estemos avisados para cuando vuelva a suceder, ya que de eso, al parecer, no tuvo la menor duda.

Y es que después de decenas de millones de ejecuciones (2), -como si los ceros a la derecha minimizasen, desvirtuasen el asesinato de un solo ser humano, del hombre-(3) nos cuenta como todavía se prepara la matanza siguiente, la penúltima depuración de profesionales, de técnicos, la mayoría médicos, y entre ellos gran numero de judíos, sobre los que se habían recogido abundantes delaciones, pruebas irrefutables, sobre sus métodos crueles e inhumanos, emuladores de Mengele, en una conjura destinada a acabar con lo mas preciado del pueblo ruso, El Estado.
Solo la muerte del dictador, en su cama (4), permitió la suspensión de la última ¿? masacre, y obligó a los espontáneos delatores y a los tentáculos de la propaganda a replegarse, a aceptar la falsedad , y a reconocer públicamente, de manera oficial que todos los muertos que vos matáis gozan de buena salud. (Esto es de Zorrilla pero al revés).

El que piense que voy a establecer una comparación entre regimenes políticos de allí y de aquí, de entonces y de ahora, piensa mal. Lee mal, y sobre todo, no entiende, quizás por mi incapacidad, lo que quiero decir.

Las pequeñas - y las grandes- corruptelas de nuestro sistema, no son mas que las manchas producidas por los insectos sobre nuestro parabrisas. Posiblemente vayamos a conducir con cierta dificultad durante una temporada. Posiblemente llevemos el depósito del limpiacristales vacío, y posiblemente el trapo que nos presten en la gasolinera esté tan sucio que no resuelva satisfactoriamente nuestro problema. Posible y probablemente. Pero lo cierto, lo verdadero, es que nuestro viaje va a continuar. Y aunque lleguemos secos, arrugados y encorvados al final; lo importante es que en ese momento podamos levantar la vista del suelo y fijándonos en el próximo e inalcanzable recodo del camino, tengamos la seguridad de que hay vida detrás de él, aunque esta no sea la nuestra. Porque la vida al fin y al cabo es una religión, la más importante, tanto como para no permitirnos perder nuestro tiempo con las demás.

Los dramas y las tragedias colectivas, son de todos , son del genero humano, y sobre sus causas y sobre las situaciones que las reviven; la misión del hombre, como individuo casi impotente, es siempre la de recordarlas, la de rememorarlas, mediante la no historia quizás, si hacemos caso a su inutilidad, preconizada por Grossman, y la de seguir rebelándonos (1ª persona) frente a la injusticia, y a la ceguera colectiva que es la que, al postre, hace que se repita siempre la indigestión.

Que es una religión esa, la totalitaria, que igual que sucede con la televisión, “Ya sabemos lo que da de si” en palabras de el tío Dionisio (5). Y que sus acólitos y feligreses harían bien en releer esa no historia de los últimos ciento cincuenta años, y coincidir con Saint Just que la desgracia de un solo hombre, invalida el más noble de los fines.

Siento que el de hoy sea un tema de tal profundidad que requeriria, sin duda, las referencias adecuadas, la lectura consiguiente, y la posterior absorción, mediante la necesaria y sosegada discusión en los foros del dialogo infinito. De ese que las luciérnagas de mi jardín iluminan con extrema intensidad , y durante el tiempo que dura un parpadeo, en algunas noches de junio. Lamentablemente, todo eso se perdió como las lagrimas bajo la lluvia (Blade Runner), o como una acuarela flotando en el agua. Pero, afortunadamente, conservo las luciérnagas. Hay pues esperanza.


(1).- Que fue una religión queda fuera de toda duda. Que el nombre, comunista, sea el correcto, me parece fruto de la demagogia y propio de la desinformación. Docenas de adjetivos se suceden desde las catacumbas, desde los precursores nihilistas, pasando por los setembristas, comuneros, marxistas, socialistas, anarquistas, socialdemócratas, mencheviques y bolcheviques , traicionados unos tras otros por la Gorgona , por un Saturno hambriento que no duda en devorar a sus hijos, hasta convertirse en emperador de un planeta con un solo habitante, como el del Principito, es decir hasta desaparecer.
Que como todas las religiones, proclaman la fe en un futuro mejor para todos, también está fuera de duda. Otra cosa, aparte de los fines excelsos, son los medios, empleados, y sobre todo, la cruda realidad, de que cinco generaciones después, el progreso de la humanidad, cuando lo ha habido, se haya debido mas a la ciencia que al espíritu. Y que, al no poder ofrecer el comodín de “La vida eterna”, la promesa hecha a los padres de los tatarabuelos resultó evanescente. Como ella.
Mis respetos a sus creyentes. El hombre sin fe no existe; y si lo hiciera, seria una losa insoportable para los demás.

(2).- Cuando Carlota Corday sale del baño después de apuñalar a Marat, refiere su sorpresa ante los gritos de ¡Asesina! con los que la interpelaba la victima. Su sorpresa ante la ignorancia del propio Marat de que no se trataba de un asesinato, si no de, evidentemente, una ejecución.
Algo parecido escuché a Sarita Montiel al ser preguntada por el asesinato de Trotski. Y reconozco que entonces fui yo el sorprendido. Y es que ella, si estaba allí, entonces.

Y es que todos esos millones de ejecutados, lo fueron después de una condena, de la aceptación de su culpabilidad por ellos mismos, o por sus familiares y amigos en innumerables casos, y por tanto no supusieron en su día , incluso muchísimo después para los fanáticos, ningún descrédito para la justicia, para la infalibilidad del Estado.

(3).- Pongo hombre con minúsculas. Así lo hubiese querido el personaje de “Todo fluye”. Tampoco esa religión, la fe en el hombre, basada en su progreso a lo largo de los siglos, en eso que llamábamos historia, le parece verdadera.
Y sin embargo “Eppur si muove”, el apócrifo de Galileo. Está en movimiento, y no podemos bajarnos. Sigamos al menos su compás.

(4).- Y después llega el sucesor, que obviamente llega al poder por “casualidad” sin haber compartido, ni siquiera conocido, ignominia alguna. Y luego “La Glasnot”, “La Transición”, y vuelta a empezar.

(5).- La chaqueta del tío Dionisio, se la prestamos a Paco Rabal para el rodaje de “Los Santos inocentes”. Algunos quizás sepan de lo que estoy hablando. De la sabiduría de aquel que está de vuelta sin necesidad de haber ido muy lejos. Os iré contando.


P.D.-

El cartel, procedente de los archivos de la “Guerra de nuestros antepasados” según Delibes, resulta esclarecedor. Para mi, el autor es absolutamente visionario y digno de adhesión.
Al fin y al cabo la situación presente no es responsabilidad exclusiva de quien carga con ella. Al menos no únicamente de un bando o bandera.
Resulta de meridiana evidencia, el hecho de que los destinatarios del cartel, los de entonces y los de ahora, es decir todos los presuntos ciudadanos, sin exclusión alguna, somos responsables del presente, del mañana y del pasado mañana.

Lo de la palabra “victoria” es un sarcasmo, otra vez, de la propaganda de la no historia. A la que deberíamos ir acostumbrándonos.

Por cierto, que para estas hojas, tenia otra imágen , como es habitual, mas optimista. Os la dejo para el final.



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