lunes, 14 de marzo de 2011

EL CINE QUE ME GUSTA.


SIMILITUDES Y DIFERENCIAS ENTRE UN DISCURSO REAL Y UN POEMA ORIENTAL.(RIMAN, Y POCO MAS).


Una tarde gélida y una butaca excepcionalmente confortable en la sala mas pequeña del cinestudio, en V.O. una película teatral donde la voz lo es todo, y un elenco amable que interpreta una historia “sin importancia”, donde las vicisitudes de las almorranas en un personaje de la realeza, hicieron el resto. Me quedé dormido cuando el doctor establece la inevitable relación de imprescindible complicidad con el paciente, y desperté justo un par de minutos antes del pregón final.

El que un discurso político, es decir, absolutamente vacío, se convierta en el macguffin de una película, en el hilo del suspense de un melodrama telenovelesco, y arrastre a millones de espectadores hasta el presumible e inane final – la victoria de Bert ante las hemorroides- me deja realmente estupefacto.

Pocas veces un continente resulta tan brillante como para hacernos olvidar la ausencia de contenido. Lo consigue en este caso y, sin duda, justifica las medallas que se cuelgan los autores.
Lamentablemente para el espectáculo, y afortunadamente para un servidor, la siesta reparadora, con baba en la comisura bucal incluida, estuvo a la altura del beneficio esperado y, muy por encima del valor intrínseco del minutaje perdido, para siempre.


Y es que los pequeños, e incluso los mínimos, dramas de la familia real británica, me traen al pairo, y desconozco la razón por la que tienen la audiencia desaforada que tienen desde que el señor que acabó con los pantalones bombachos e inventó el nudo de corbata que tan prescindible me resulta, se marchó con la alegre divorciada, allá por los años treinta del siglo que se fue. Lo ignoro. Aunque sospecho, que tenga algo que ver con el nivel cultural, moral ,y si me apuran hasta mental, de las audiencias adictas a ciertos programas de televisión y a los semanarios especializados en casqueria.(todos, por cierto).
Conste que la escena de The Queen, en la que su majestad rompe el diferencial al Land Rover en medio del charco, me pareció sublime. Y no solo porque refleje mejor que el prurito anal de su padre la humanidad de la realeza, que la tiene, y “nada humano me es ajeno”, (salvo el hecho de que sus vástagos no sean hijos o hijas, sino príncipes y princesas, algo excepcional en pleno siglo del fin del mundo), es que la señora del todo terreno, la Mirren, al igual que su augusto y tartaja padre, Colin Firth, nos demuestran que existe un listón infranqueable para los supuestos actores meridionales. Y conste también, que acababa de ver “A single man” por la que el mismo actor estuvo nominado hace un año, y que me pareció un trabajo mas brillante y meritorio que el de la adormidera real, a la vez que reitera, una vez mas, la perfección dramática a que el cine anglosajón nos tiene malacostumbrados.

Y es que leo la crítica despectiva sobre el cine oriental, los noventa minutos que giran a través de la manzana que tiene un señor en la mano y que al final sigue ahí, en la misma mano, sin contar nada, aparentemente, y luego leo al Boyero, limitarse a escribir que películas como “Poesía” nunca podrían haber sido hechas por el cine español, y entiendo que estoy obligado a verla.
A veces he imaginado el guión de una inexistente y maravillosa película oriental en la que el protagonista aparece iniciando la subida a una escalinata inmensa, y el transcurso de la historia lo va acercando hacia la cumbre, a la vez que las peripecias del ascenso, y el cansancio natural del esfuerzo nos van aproximando al desarrollo vital del personaje, desde el adolescente que corona el primer escalón, hasta el anciano que acercándose al último, vuelve la vista atrás para contemplar con placido estupor que no puede distinguir apenas, ni recordar con somera nitidez, los peldaños, los amigos y los amores que quedaron en la lejanía. Y solo es un chino subiendo una escalera.
Supongo que esa historia, que me acabo de inventar, tampoco podría rodarse aquí.

Tampoco son chinos, en realidad son coreanos, y lo que nos cuentan, con una puesta en escena y con unos intérpretes fuera de lo común, y sin academia coreana del cine, ni premios tan absurdos como el Seulito de plata, ni necesidad de ello.
Es algo así como si el autor, sin haber leído El Quijote, y obviando el tono humorístico, la fina ironía y el sarcasmo cervantino por innecesarios, por dirigirse a un publico adulto, presumiblemente maduro; lo personifica en una mujer cercana a los setenta, que, al comienzo de la historia, es diagnosticada de una incipiente demencia , tan progresiva como irreversible, a la que occidente, para distraer al personal, llama alzheimer.

Una mujer que tiene certezas morales sobre como deben ser las cosas y que va a actuar en consecuencia, por encima de las injustas discriminaciones, de las corruptelas tradicionales y de las componendas sociales del mundo que le toca que, curiosamente, es el nuestro.

Y también curioso resulta el que no haya malos y buenos en toda la historia – imaginaos una película tan aburrida, ¿sin malos ni buenos?- y que sean tan solo las imperfecciones de la sociedad las que rebelen a la protagonista hasta forzar el final que, como casi todos los pasajes del cuento, tan solo intuimos. Tan solo podremos imaginarlo dentro de un envoltorio realmente poético – aparte de la historia de aprendizaje literario, y de la insistencia del titulo - y a través del rostro de esa actriz excepcional, como casi todos los que la acompañan – pocas veces he visto un adolescente mejor interpretado, por un adolescente- y del regusto que nos deja, que no nos abandona horas y días después de haber detenido el disco duro – antes proyección- y que nos retrotrae a otros títulos clásicos de Ozu o de Ray (Satyajit) de esos que volveremos a ver otro par de veces, espero, antes de culminar la subida por la escalera.
Cine sobre seres humanos hecho para seres humanos. Que difícil.


A single man 2009 Tom Ford. Colin Firth y Julianne Moore.

The Queen 2006 Stephen Frears Helen Mirren y Helen Mirren

The King´s speech 2010 Tom Hooper Colin Firth y Geoffrey Rush

The poetry 2009 Chang-Dong Lee Yoon Jeong –hee y otros.

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