Stolpersteine: “Una piedra en el
camino que puede hacer tropezar”
Toda la abultada literatura, acompañada
de documentales y medios de cualquier tipo, referidos a la barbarie
de los doce años de terror en los que millones de personas fueron
asesinadas durante el Reich, no son nada comparados con el silencio que
hemos vivido aquí, que vivimos en gerundio, todavía.
Llevo años sorprendiéndome por el
brillo en las aceras de estas piedras de la memoria en tantas
ciudades, y más me sorprende el que solo el viajero ocasional les
preste atención; supongo que los residentes ya estarán habituados,
e incluso aburridos, de este mantra que dura más de medio siglo, el
de que hubo victimas, innumerables, y por tanto debió haber
culpables.



Algo que sin embargo no ha sido así,
la historia es muy suya y, solo se escribe con sangre ajena. Turcos
contra armenios, Hutus y tutsies, Serbios y vecinos, Chiies y sunies,
o blancos y rojos como los pintaba Borges en algún cuento. Todo es
valido para justificar la matanza, el pogromo, que nunca ha sido
exclusivo de una religión o grupo, por mas que estos fuesen
prácticamente exterminados en Europa y ahora protagonicen,
merecidamente, el desagravio de las piedras amarillas.

No hubo campos, lager, gulag, ni
muertos, en tiempos que fueron de paz. Ni tan siquiera tuvimos el
comodín de la guerra, que había terminado, tan solo el silencio, el
silencio absoluto y el tiempo interminable convertido en
notario de la historia, de casi un siglo de paz, y no escribo de paz
y justicia porque el teclado me acalambra los dedos.
Y pasan los años, como en la
sevillana:
Pasa la vida
Y no has notado que has vivido cuando
Pasa la vida
Y no has notado que has vivido cuando
Pasa la vida
Pasa la vida
Tus ilusiones y tus bellos sueños
Todo se olvida
Tus ilusiones y tus bellos sueños
Todo se olvida
Pasa la vida
Igual que pasa la corriente
Del río cuando busca el mar
Y yo camino indiferente
Allí donde me quieran llevar
Y no has notado que has vivido cuando
Pasa la vida
Y no has notado que has vivido cuando
Pasa la vida
Pasa la vida
Tus ilusiones y tus bellos sueños
Todo se olvida
Tus ilusiones y tus bellos sueños
Todo se olvida
Pasa la vida
Igual que pasa la corriente
Del río cuando busca el mar
Y yo camino indiferente
Allí donde me quieran llevar

Llega el ilimitado disparate a
etiquetar a las victimas propias como represaliadas. A cambiar el
significado de las palabras para así cambiar el de las ideas, el del
pensamiento, que es lo que pretende.
¿Represalia?
nombre femenino
- 1.Acto de hostilidad con que un estado responde a otro o a alguien por una ofensa recibida.
- 2.Acto de hostilidad con que una persona responde a otra como
venganza por un daño u ofensa recibidos.
Ya cuento con el micromachismo de la
macrogilipollez que nos domina, pero soy tan inocente de la feminidad
de la palabra como las victimas lo son de la ignominia de llamarlas
represaliadas.
La RAE, funcionarios del estado
represor, según los litigantes del nordeste patrio, lo define de
modo similar:
1. f. Respuesta de castigo o venganza por alguna agresión u ofensa.
2. f. Retención de los bienes de una colectividad con la cual se está en conflicto, o de sus individuos.
.

No puedo pedir, consciente de su
inutilidad, el que deje de llamarse represaliado a quien
sencillamente fue encarcelado, en muchos casos hasta morir, o
marginado y vilipendiado a lo largo del resto de su vida, sin juicio
previo en muchos casos, o bajo un tribunal militar, en tiempos de
paz, insisto.

¿Miles? ¿Centenares de miles?. No
importa. De momento medio millar de ellas en Madrid y dos docenas en
Palma. El resto de nombres, donde no molesten, en el silencio
sepulcral del olvido.
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