sábado, 28 de julio de 2012

BRUTOS FEOS Y MALOS.-

El video mató a la estrella de radio.-


Enlace a la copla.


El video mató a la estrella de la radio.
Y tu “paguita”, tio, acabó con mi salario.

Leo hoy al Millás en su homilía, hablando del movimiento obrero y de la lucha sindical, y creo estar escuchando el parte oficial de aquella radio que se quedó sin estrellas. O este no es mi mundo, o si semejantes antiguallas siguen vigentes debo pasar del lambrusco a otras bebidas más fuertes.
Porque si algo tengo claro, clarísimo, es que conservar en estos tiempos la cabeza tranquila cuando todo a tu lado es cabeza perdida no es únicamente el salvoconducto para alcanzar la madurez, que nos ofertaba Kipling, es además la única manera de conservarla.
De verdad que me preocupa escuchar comentarios sobre los derechos laborales y el gran sacrificio que hubo que hacer para lograrlos. Al menos las historias de ficción no hacen semejante daño en la mente del consumidor. Cuando estos comienzan a creer aquello que han escuchado tantas veces, por la única razón del número de veces, malo. Mal camino.


Tarara de las cinco reglas.- (sumar, restar, multiplicar, dividir, pensar).-

Cuando la pobreza entra por la puerta el amor sale por la ventana.
Y cuando los deberes se ausentan, los derechos desaparecen.

Somos deudores, menesterosos. Debemos un billón, 1.000.000.000 de euros, (sin contar la deuda oculta de ayuntamientos, autonomías, diputaciones...) a repartir entre los cuarenta y siete millones de afiliados a la madre patria. (Y es que no se como llamarnos, ciudadanos no, súbditos Psé. Creyentes (1) la mayoría). 21.000 euros de deuda pública por persona, es decir por habitante, por feligrés o por seguidor del real Madrid, igual da.

Y nos están tratando como lo que somos, morosos sin capacidad de devolver el préstamo, 21.000 por cabeza (sin contar la deuda oculta de ayuntamientos, autonomías, diputaciones...) o al menos de hacerlo en un plazo razonable. De ahí que, conseguir cualquier préstamo adicional (para evitar los inevitables ajustes de caja entre entradas y salidas, a los que los creyentes califican con el termino negativo de recortes) resulte costoso y difícil (no se fían y exigen un porcentaje adicional para asumir el riesgo), e incluso imposible, abocándonos a la expulsión de la comunidad internacional (vulgo paraíso) por insolventes. Estamos en ello.
La causa es mas que meridiana, la incapacidad de gobernantes y gobernados para funcionar como un equipo eficiente.
Los culpables no hay que buscarlos muy lejos, están en muchos hogares, aquellos en los que el amor y los derechos han salido por la ventana, en ellos podemos encontrarlos, unos culpables directos, por acción, a la hora de no cumplir con sus deberes, y probablemente, la mayoría por omisión, por no exigir el cumplimiento por parte de los demás.
Los expertos en economía, sociología, geofísica y otras malas artes, insisten en el peso de la desregulación en el asunto, del dejar las manos sueltas a los bancos y a los promotores inmobiliarios como causa principal de la desgracia. Y lo es, pero aun siendo necesario, este peso no es suficiente. Hay que considerar que esa desregulación vertical ha llegado hasta el último negocio, pipas incluidas, y hasta el último perceptor ilegal de ayudas públicas, que han sido y desgraciadamente somos, innumerables.
Esta jerga solo intenta ocultar el nombre verdadero del pecado, que es el de fraude o corrupción, como más os guste llamarlo. Insisto en que resulta pueril buscar pecadores fuera, o buscarlos lejos, de nuestro entorno más cercano. Una vez establecido el fraude como modo operativo económico y social del país, los resultados no pueden ser otros que los que son.
Pensar que se resuelve culpabilizando a los políticos (estos) o cambiándolos periódicamente es otra forma de perder el tiempo.
El problema global, cuya complejidad se incrementa cada dia que dejamos pasar, si seguimos haciendo caso de los capotes que mueven delante de nuestros ojos, (necios y cornudos, a fin de cuentas), es bastante mas sencillo. Como lo es su solución.
El cambio, necesario, se adivina tan sencillo como drástico. Y necesariamente tiene que afectar a todo el sistema, político, económico y social, y ese último es el mas difícil, a mi entender.
El aceptar que somos pobres, rayando en la miseria. El entender que no hay derechos, ninguno que no dependa de los deberes propios y ajenos, de todos, y que la corrupción generalizada es un mal de muy difícil solución, quizás el mas complicado de resolver.
Antes teníamos los predicadores que nos amenazaban con el infierno el primer dia de las misiones (ejercicios), hoy esto resulta impensable, ya que la religión oficial, no pasa a ser mas que otra parte del problema, como lo es el tipo de estado con el que nos seguimos engañando, o la tergiversación de la memoria de un país durante siglos, hasta hacernos creer que uno puede amanecer republicano o demócrata –cincuenta años después - por el simple hecho de pasar de la noche al dia. Y me temo que hace falta algo más. Algo que supone un afán colectivo de poseerlo ¿Lo tenemos? Y en enorme esfuerzo para ponerlo en marcha entre todos, ¿Estamos dispuestos?
Las respuestas que me hago no son las que supongo en la mayoría de los creyentes, pero seguramente es por tener un día malo, de esos en que la misantropía se descuelga por la chimenea después de haber intentado, infructuosamente, colarse por la gatera.
La única idea positiva, sucedáneo achicórico del optimismo, que encuentro entre los recovecos donde alguna vez anidó la esperanza, es que si aceptamos que vamos a partir desde cero, ese puede ser el comienzo de una gran amistad, como diría Rick. Claro que es otro jodido silogismo, apalancado en el si aceptamos, pero de algo viven los sueños.
 

(1).- Creyentes según expliqué días atrás son aquellos convencidos de que hay culpables de todo y siempre son ajenos a ellos, a los creyentes. Los otros, los que aparentan un grado superior de conocimiento, no sabré nunca si creen o dejan de hacerlo. Y las apariencias están como para fiarse de ellas.

(2).- “Paguita" es un sinónimo de algo metálico, vitalicio, dinerario e inmerecido. Puede, y debe, hacerse extensivo a los infinitos e ineficientes empleos creados por los partidos en el poder para mantener a su clientela política, a sus cuñados y a sus kukis. Obviamente son la causa primordial de la ruina del país.
La gestión exclusivamente dirigida a mantener a los gestores en el poder, y al reparto del botín entre sus allegados y votantes. Un fraude piramidal asentado en una base silenciosa e innumerable, la de los millones de trabajadores que han perdido su salario, los que están en trance de perderlo y los van a permanecer mucho tiempo sin haberlo conocido.

Brutti sporchi e cattivi
Sucios, feos y malos. Ettore Scola 1976
En lo de feos, no estoy de acuerdo. En el resto, cada dia que pasa…



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