Noches blancas.- (Belye nochi).
Novela corta de Dostoyevski, que he podido conocer a través de Visconti, y que
continua de alguna manera dando vueltas dentro de mi cabeza, diez o quince años
después de haberla digerido. La
necesidad de amar de sus escasos personajes, tres, y las dificultades que la
vida interpone entre ellos. Las noches cubiertas de nieve y a la luz de la
luna, cuando no parecen noches, y el rio de la vida congelándose hasta convertirse en algo solido e impenetrable,
algo que suspende la actividad
humana, los sentimientos, y que cuando
el deshielo permite que vuelva a fluir, ya no es el mismo rio, ni las almas
pueden sujetarse a las cuerdas que alguna vez tuvieron a su alcance para no ser
arrastradas.
Creo que la magia de Visconti y la soberbia interpretación
de María Schell y Marcello Mastroianni tienen mucho que ver con la inclusión de
esta triste noche, en la categoría de las inolvidables. Cuando busco el nombre
del tercer actor, secundario como actor y no como personaje, y leo: Jean
Marais, me sorprendo al comprobar el daño que pueden haberle hecho su aparición
en tantísimos títulos intrascendentes y la parafernalia mediática que enmascara
su vida privada. No lo había reconocido, ni lo recordaba de otra manera que a
través de su personaje. Magnifico.
En nuestro medio, no podemos conocer con propiedad el significado de las
noches blancas, mucho menos vivirlas, las del solsticio de verano en las que la oscuridad nunca es completa. Ni
siquiera el de otras tan distintas como las retratadas por Dostoyevski en esas
horas de esperanza sobre la nieve, a la búsqueda del calor humano, a veces
esquivo, a veces generoso.
Más bien hemos corrompido su significado al utilizarlo
metafóricamente como “noche en blanco”
la que el ciudadano pasará sin dormir, disfrutando de la cultura que la
administración pone a su alcance totalmente gratis. ¿Gratis?
Su evolución hacia “la noche abierta” era previsible. Todo
estará abierto para todos. Otro eslogan que sin duda tuvieron que apartar los
irresponsables de la cosa.
Aquí, hace tiempo que estamos inmersos en la creatividad postmoderna de los titulados
en ciertas disciplinas, y fue elegido “Eó
noé” para significar lo mismo.
Al parecer resulta ser, según explican ingenuamente los autores en los lujosos trípticos a seis o
más tintas que lo pregonan, una expresión típica (en su acepción de exclusividad)
de la capital de la provincia, y su traducción primera, sería " Es o no
es”, siendo la segunda, en su sentido telúrico:
“Es lo que hay”.
Pues bien, con ese nombrecito, la excelentísima diputación provincial,
ha programado siete noches abiertas en otras tantas ciudades reunidas bajo su
manto protector, y a nosotros nos correspondió antesdeayer la primera de ellas.
Treinta y cinco actividades culturales simultaneas,
desarrolladas durante un par de horas, y de las cuales aproximadamente la mitad
eran conciertos. Obviamente, los escasos asistentes pudimos acudir a uno o a uno y medio, dejando las otras tres
decenas de oportunidades culturales en blanco, como era la intención original, o bien
abiertas, segunda intención, a aquellos que tienen el don de la ubicuidad (conozco
a varios, al menos a la hora de cobrar).
Dispusieron transportes públicos para que en los pueblos de
alrededor pudiesen disfrutar de tan magno acontecimiento, y dieron tal difusión
al evento que de no ser por el aviso que tuve del componente de un grupo que
actuaría en la plaza principal ante una decena de espectadores, no me hubiese
enterado. Busqué la página web de la organización y al clicar en la fecha y
lugar, el dia de ídem, apareció el aviso de que todavía estaba “en
construcción”. Normal.
No tengo la menor duda de que habrá sido “un gran éxito”, al
menos para los medios de comunicación afines (todos). Mi única e inveterada duda,
es la de siempre. Treinta y cinco espectáculos derrochados en un rato (las noches de verdad tienen
algo más de dos o tres horas, salvo las
blancas como ya dijimos), aproximadamente el mismo numero de los programados en
la ciudad durante todo un año, por las diferentes entidades con interés por la
cultura, y con la pequeña diferencia de que la mayoría de ellos son “de pago”.
Treinta y cinco mas los gastos en transportes, aún asumiendo el carácter "benéfico" y no remunerado de la mayoría, multiplicados por siete
ciudades, multiplicados por ocho provincias, y multiplicado otra vez por
diecisiete autonomías. (Mi calculadora
no tiene suficientes espacios, aun excluyendo los dedicados a los céntimos,
inútiles al parecer).
Y todo ello gracias a la excelentísima diputación
provincial, una de las siete instituciones dedicadas a velar por nosotros.
La parte positiva de este despropósito, realizado con dinero
que piden prestado en nuestro nombre al siete por ciento; la parte positiva es
el test, que supone esto, sobre la índole de la población afectada. Cuarenta
por ciento de desempleados, despensas a las que yo acuden ni las hormigas, y los
bares como único negocio en pie, al
parecer floreciente si tenemos en cuenta los Chill out, uno o dos, que abren
cada semana (y no me preguntéis que es eso, por favor). Y ni una sola protesta.
El test del derroche público con dinero ajeno, en una
población con perspectivas más negras que el Ibex 35, no puede ser más
elocuente. A los espectadores les sigue fascinando la gratuidad, nada nuevo, y
los administradores no asumen nada que esté fuera de sus intereses personales
inmediatos, permanecer en sus puestos cueste lo que cueste (a los demás).
Por otra parte el montaje del “Eó noé” no me parece ni
original. En gramática parda se ha escrito siempre “Peu veu, peu quieru” que no
os voy a traducir, y que pone en evidencia la apetencia del iluso, o de los
niños, por poseer aquello que tiene el vecino, la capital de la nación, sin
tener en cuenta los medios disponibles ni las prioridades de los ciudadanos.
Seguimos sin cambios en el rumbo hacia el desastre. Mientras
unos restringen el gasto en las necesidades básicas, otros siguen dilapidando
el futuro de todo un país. Y lo que es
peor, la población sigue esperando, convencida de que la solución la van a dar por la tele.
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