La ausencia de lluvias desde no se sabe
cuando, secaron los desagües, los sifones hidrícos que dificultaban
el transito de las ratas a su través.
El excesivo calor de junio y julio
contribuyeron sin duda a facilitar su multiplicación, la de ellas.
Simultanea y misteriosamente los gatos
del barrio desaparecieron.
Debo pensar que la estricnina sigue
funcionando, a pesar de que su uso esté prohibido.
También la impunidad funciona a este
nivel, no es cosa de rasgarse las vestiduras por otro delito sin
castigo, otro de tantos.
Contra las ratas tenemos soluciones
eficaces, contra los desaprensivos (1) no hay manera.
Hoy han caído los gatos, mañana …
(1) El caso es que desaprensivo no es
sinónimo de delincuente, de criminal, y preferimos llamar a las
cosas por nombres blandos, adjetivos impregnados de la mayor
moderación, creyendo que así hacemos un mundo mejor. Va a ser que
no.
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