Claroscuros. Luces y sombras. Lo viejo y lo nuevo. No, este ultimo es el titulo de una película marxista. De cuando el arte era utilizado para un bien superior, como una herramienta mas para educar las masas, tan necesitadas de guía y de saber, las pobres. Ortega ya lo dijo, mucho mejor, pero aquí se le sigue confundiendo con el torero, y el arte sigue siendo la guinda del pastel en la casa del rico nuevo, que es la de todos.
Viene todo esto de la ambigüedad del conocimiento. De la confusión interpretativa, toda interpretación no es mas que una confusion, y de las pocas luces de un servidor. Claro que si sé que no sé nada....
Todo comenzó cuando le puse al CD la etiqueta de take two, es decir para mí, el segundo borrador, después de los sucesivos cambios que van identificados con su numero para, mas o menos, saber por donde nos andamos.
Según esto take five, no seria otra cosa que la toma cinco que el estudio de grabación dio por buena, y definitiva, y que dio nombre al tema. Que Paul Desmond y David Brubeck, con su cuarteto, me perdonen, después de llevar 5/4 de mi vida (ese es el tiempo musical que inventaron) convencido de que su significado era: Coge cinco. Cartas, naturalmente, en la partida de póquer.
Quizás el error, el desconocimiento en este asunto tan trivial, pueda parecer intrascendente, y de hecho lo sea. Pero si mantenemos la estructura básica de los elementos del juicio, la base orgánica del fenómeno, y la identificamos con la persona que se equivoca reiteradamente, y extrapolamos a otros asuntos más trascendentes..... el horror, otra vez el horror, en las tinieblas del río. Conrad dixit.
Aquí, los errores van a ser mas frecuentes, y con no menor repercusión sobre el resultado final, en esta obra magna. Tengamos en cuenta que hay que ser fatalista si se habla del fin del mundo, y tengamos en cuenta que hablamos de canciones en la lengua de Shakespeare, cuando después de tantos años de estudiar que potatoes significaba patatas, y resultar ser en realidad papas; no queda más remedio que admitir que, si la vida hay que vivirla, no queda más que disfrutar con lo que tienes a mano, o a oido, que, en este caso, es algo realmente extraordinario.
Por todo ello, comienzo cambiando el titulo, por otro algo más liviano. Escojo una carátula más festiva que aquellas basadas en el Armagedon y tal y tal; y me planto en la siguiente selección:
1- Barbara Ann- Beach Boys
2- Anna- Beatles
3- Be my baby- Ronnettes
4- Blue velvet- Bobby Vinton
5- Hungry heart- Bruce Springsteen
6- Wild world- Cat Stevens
7- Long train running- Doobie Brothers
8- Goodbye Yellow Brick Road- Elton John
9- It´s now or never- Elvis
10- Id rather go blind- Etta James
11- Duke of earl- Gene Chandler
12- Caravan of love- Housemartins
13- It’s a man´s world- James Brown
14- Dedicated to the one I love- Mamas & Papas
15- Don’t let be me misunderstood- Nina Simone
16- I got dreams to remember- Otis Redding
17- Crazy- Patsy Cline
18- Hit the road Jack- Ray Charles
19- Only the lonely- Roy Orbison
20- I am a rock- Simon & Garfunkel
21- All I have to do is dream- Everly Brothers
22- Last train to Clarksville- The Monkees
23- Samantha´s mine- Spectrum
24- Time of the season- Zombies
25- Eleonor- Turtles
26- Brown eyed girl- Van Morrison
27- Je ne regrette rien- Edith Piaf
Como dice Edith en el corolario:
Non, rien de rien, non, je ne regrette rien
Ni le bien qu'on m'a fait, ni le mal
Tout ca m'est bien egal.
Avec mes souvenirs j’ai allume le feu...
Eso es lo que hay que decir cuando llegue el Apocalipsis. Es lo que hay que sentir. Es lo que hay que cantar. Al menos, poder escuchar....
martes, 25 de diciembre de 2007
lunes, 24 de diciembre de 2007
sábado, 22 de diciembre de 2007
Música para el fin de los tiempos II
El titulo es un homenaje a Olivier Messiaen, como invitación no solo a escuchar el cuarteto homonimo, si no tambien, -y nuestra generación no debe pasar por alto este aspecto, o nuestro paso por la vida no habrá servido para nada-, a todo aquello que rodeaba al compositor y a sus musicos el dia de su estreno. Una reflexión sobre lo que sucedió entonces, y antes y luego, para no quedarnos en la parodia del Easter. (No pienso dar mas explicaciones, viene todo en los libros).
Pensaba llamarlo "Musica para escuchar durante el fin del mundo" pero aunque es algo que ,personalmente no me importaria hacer, bien entendido que el fin del mundo es algo personal, algo individual, que uno puede realizar tantas veces como quiera. Hasta mil veces lo garantizan los fabricantes del soporte digital. Dejando, por tanto, la trascendencia para esos momentos evanescentes, incompatibles con la audición que nos ocupa.
Ventisiete piezas para voces extrañas -casi todas, en el idioma de nuestra musica clasica, en inglés- y como a mi megustan y conozco sus titulos e interpretes, no voy a repetirlos, solo compartirlas. Disfruten o no, esta vez voy a disfrutar yo.
Pensaba llamarlo "Musica para escuchar durante el fin del mundo" pero aunque es algo que ,personalmente no me importaria hacer, bien entendido que el fin del mundo es algo personal, algo individual, que uno puede realizar tantas veces como quiera. Hasta mil veces lo garantizan los fabricantes del soporte digital. Dejando, por tanto, la trascendencia para esos momentos evanescentes, incompatibles con la audición que nos ocupa.
Ventisiete piezas para voces extrañas -casi todas, en el idioma de nuestra musica clasica, en inglés- y como a mi megustan y conozco sus titulos e interpretes, no voy a repetirlos, solo compartirlas. Disfruten o no, esta vez voy a disfrutar yo.
Música para el fin de los tiempos
Una vez al año, por Pascua, reparto una selección musical a mis amigos de infancia, al objeto de disfrutar con uno de esos placeres prohibidos-casi todos lo son- como es la nostalgia. Escuchas la canción que escuchabas entonces, junto a quellos de entonces, y llegas a creerte que él ahora es el entonces, y te sientes bien, si logras por un momento,que el corazón tome el mando,te sientes impregnado por ese dolor(olor)tan dulce que es el volver a nacer, reborn, sensacion que es tan vieja como la humanidad. Y tan humana que, sin que el abuso la convierta en vicio, resulta ser , una droga blanda, beneficiosa para la salud del alma. Afirmo, sin metaanalisis a mano para corroborarlo.
Hasta ahora he estado condicionado por el afan de gustar a todo el mundo y de no disgustar a nadie. Algo relativamente facil, como todo el mundo sabe. Sobre todo desde que te dejas llevar por la pretensión estupida de pensar, de saber, lo que gusta y disgusta a los demás. Ideas propias de un iluso, que ademas condicionan, cual la peor de las censuras, -la que sale de uno-, el resultado final, restringido a aquellos temas en español- español de España dicen en la web,para distinguirlo de los otros- o instrumentales, temas cortos, minimalistas, y fechados en esos años indefinidos de la adolescencia que, como ella, no tienen propiamente un calendario definido. Así empezamos con unos musicos, Santana o Adamo, que todavia andaban haciendo bolos ,y fuimos avanzando hacia atrás, en la dirección correcta, hasta llegar a Jorge Sepulveda o las Hermanas Benitez, hasta que alguien me dijo -!Basta ya, que no habias nacido,colega!
y de esa forma me impidieron volver al vientre materno que es, el sueño del hombre,desde el principio de los tiempos.
Y ahora que nos acercamos hacia el fin de ellos, segun el Apocalipsis prometido por los profetas, de manera tan reiterada que da un cierto yuyu, la verdad. Y ante tal eventualidad, uno decide desprenderse de ciertos complejos , castradores, que impedian mostrar la musica que realmente le proporciona placer, es decir, mas placer. Recogiendo esos titulos-libros,peliculas, o coplas- que se llevaria a una isla desierta. Para que la soledad se torne en compañia que, al fin y al cabo, es tan necesaria como el buen vino.
Llega el agorero de turno, o bién a uno comienzan a aparecerle goteras, y a la vez que acude al terapeuta, al albañil, o al hiper, se pone el CD en cuestión, y las penas se van al carajo. No solo eso, se produce una disociación temporal, que ubica al oyente en ese lugar y en ese tiempo de que hablaba antes. Esa es la idea. Si bien no es necesario que llegue el fin del mundo para buscarle una utilidad. Hoy mismo me ha transportado un ratito a Trafalmador, y he olvidado totalmente que no me ha tocado la loteria. Que iba aterminar en cero, decia el profeta de tres al cuarto (de los c. iba a escribir, pero el subconsciente me traiciona, el orden interno, que no servirá de nada cuando llegue el Armagedon, pero mientras, no hace mas que darme la vara) Seamos pacientes
Hasta ahora he estado condicionado por el afan de gustar a todo el mundo y de no disgustar a nadie. Algo relativamente facil, como todo el mundo sabe. Sobre todo desde que te dejas llevar por la pretensión estupida de pensar, de saber, lo que gusta y disgusta a los demás. Ideas propias de un iluso, que ademas condicionan, cual la peor de las censuras, -la que sale de uno-, el resultado final, restringido a aquellos temas en español- español de España dicen en la web,para distinguirlo de los otros- o instrumentales, temas cortos, minimalistas, y fechados en esos años indefinidos de la adolescencia que, como ella, no tienen propiamente un calendario definido. Así empezamos con unos musicos, Santana o Adamo, que todavia andaban haciendo bolos ,y fuimos avanzando hacia atrás, en la dirección correcta, hasta llegar a Jorge Sepulveda o las Hermanas Benitez, hasta que alguien me dijo -!Basta ya, que no habias nacido,colega!
y de esa forma me impidieron volver al vientre materno que es, el sueño del hombre,desde el principio de los tiempos.
Y ahora que nos acercamos hacia el fin de ellos, segun el Apocalipsis prometido por los profetas, de manera tan reiterada que da un cierto yuyu, la verdad. Y ante tal eventualidad, uno decide desprenderse de ciertos complejos , castradores, que impedian mostrar la musica que realmente le proporciona placer, es decir, mas placer. Recogiendo esos titulos-libros,peliculas, o coplas- que se llevaria a una isla desierta. Para que la soledad se torne en compañia que, al fin y al cabo, es tan necesaria como el buen vino.
Llega el agorero de turno, o bién a uno comienzan a aparecerle goteras, y a la vez que acude al terapeuta, al albañil, o al hiper, se pone el CD en cuestión, y las penas se van al carajo. No solo eso, se produce una disociación temporal, que ubica al oyente en ese lugar y en ese tiempo de que hablaba antes. Esa es la idea. Si bien no es necesario que llegue el fin del mundo para buscarle una utilidad. Hoy mismo me ha transportado un ratito a Trafalmador, y he olvidado totalmente que no me ha tocado la loteria. Que iba aterminar en cero, decia el profeta de tres al cuarto (de los c. iba a escribir, pero el subconsciente me traiciona, el orden interno, que no servirá de nada cuando llegue el Armagedon, pero mientras, no hace mas que darme la vara) Seamos pacientes
sábado, 8 de diciembre de 2007
¿Qué fue de las musas?
Bendito el hombre que no teniendo nada que decir se abstiene de demostrarlo con sus palabras -G. Eliot
¿Qué fue de las musas?
Comprende una cincuentena de especies de megaforbas de confusa taxonomía bajo el epíteto común de banano.(De Wikipedia)
Me están cambiando el mundo. Mi mundo (De momento).
¿Qué fue de las musas?
Comprende una cincuentena de especies de megaforbas de confusa taxonomía bajo el epíteto común de banano.(De Wikipedia)
Me están cambiando el mundo. Mi mundo (De momento).
lunes, 17 de septiembre de 2007
El Eco de Umberto
Apocalípticos e integrados.-
Algunos versos, son tan buenos que pueden prescindir del resto del poema sin que por ello pierda el conjunto ni un ápice de su valor. Solamente una línea, la primera, basta para hechizar al lector y dejarlo en trance de satisfacción anticipada, hasta el punto de que aunque no continúe la lectura, ya dará por consumado el milagro de la poesía, y probablemente quedará en su recuerdo no solo como el estribillo, sino como canción completa. Porque además de musicales, esas silabas encerraran, necesariamente, el significado de toda la canción “Puedo escribir los versos más tristes esta noche.....”
Y no es Neruda, y no es un poema. Tampoco una copla. Son diez silabas que, componen apenas un par de palabras, y que, a pesar de pertenecer al mundo de la erudición, a ese planeta donde los intelectuales y aquellos que usan tal disfraz, navegan con cierta facilidad en un océano de términos tan ilustrados que al resto de mortales se nos antojan poco apetitosos, al considerarlos indigestos con toda probabilidad, basándonos en el desconocimiento que, suele ser, quien nos hace rechazar aquellos alimentos que nos resultan poco familiares. Por si acaso.
Ese título resulta sonoro, sin duda, y aunque no estimule sentimientos, o no nos induzca a soñar despiertos, lo cierto es que tiene un cierto ritmo sincopado que puede invitarnos a caminar, a movernos, cuando no a bailar, directamente, mediante unos pasos desconocidos, en un movimiento mas rectilíneo que circular, incluso en pequeños saltos que no sabemos a donde nos llevan, ya que, como digo, tampoco entendemos bien el significado de la frase inicial. Funk, jazz, tecno?. No lo sé.
Como tantas otras cosas a medio descubrir en la época de los años felices de uno, donde es tal la cantidad de estímulos positivos, de conocimiento, de afortunados descubrimientos, que no tiene capacidad alguna para digerirlos. Como si fuese abriendo cajas con regalos extraordinarios, uno tras otro, y arrojándolos al suelo sin aprecio alguno, obnubilado por el montón de paquetes que le quedan aun por revelar. Maravillas de colores. Sin duda. Y es que si hay algo más grandioso que las maravillas es cuando estas son, además, de colores.
Al final, la moraleja, la vida misma, uno se queda con la ultima calamandrita que queda pegada a sus dedos, y como mucho con los restos del papel de seda de algún envoltorio, aunque sea, en el mejor de los casos, tornasolado, para mantener el espíritu feliz del tiempo aquel que, inevitablemente no prestará una “segunda opinión” como dicen ahora para negar la realidad cuando no gusta.
En fin, que me quedé con el papelito, con el retazo de cinta irisada como escasa pertenencia, aparentemente escasa si la comparamos con el bazar deslumbrante que desfiló ante mis ojos, pero más que suficiente para hacerme sentir sino como Craso, al menos como afortunado en el terreno del espíritu, cuando la memoria me sigue repitiendo la banda sonora: Apocalípticos e integrados.
Y es que lo bueno del optimismo (apréciese el énfasis) es que hasta me hace sentir el efecto beneficioso de no haber leído el ensayo de Umberto Eco, ( también lo tuve entre mis manos en su momento, como el contenido de las cajas aquellas) el extraordinario y divertido estudio sobre el efecto de los medios de comunicación en la cultura de masas, ambientado en los años sesenta (ya dije), y por tanto feliz a pesar de desconocer su contenido y, lo que es igual, su finalidad. Me quedé en el titulo. Y no es poco. Y tan contento.
Pero las palabrejas quedaron por ahí dando vueltas, emergiendo en artículos de significado dudoso, naturalmente. Y aparcadas en la carpeta de “objetos en desuso”, definitivamente, cuando su autor se consagró como novelista de éxito, de novela histórica para mas INRI.(de inritación, supongo).
El que aparezcan aquí, otra vez, cual Ave Fénix, podría considerarse como la presuntuosa pretensión de usurpar el exclusivo privilegio de nuestros autores barrocos, la intención de repetirse una y otra vez en nuestros sueños, aquellos que suceden cuando estamos durmiendo, aquellos silenciosos, ya que no pueden hacerlo en su versión alucinada del comensal ante la sopa de letras: mane, tecel, fares, en la cuchara de caldo. Tiempos aquellos.
Lo cierto es que las palabras insisten, y ellos están aquí, otra vez. Apocalípticos e integrados. Aunque en un remake que poco o nada tienen con ver con el eco del mensaje de D. Uumberto.
Los apocalípticos piensan, y lo dicen, que estamos dejando pasar la oportunidad irrepetible de cambiar las claves de la sociedad, de ajustar el reloj para que siga marcando las horas, y de que esa actitud de agoreros full time, aparte de suponer la mayor de las lealtades hacia el mundo en que vivimos, resulta imprescindible si queremos evitar la hecatombe.
Que, una ocasión como esta, de paz y progreso durante dos generaciones consecutivas, no se ha visto en la humanidad en siglos, y que es esta ocasión unica, o habría podido ser, el caldo de cultivo idóneo para asegurar el bienestar, o al menos la supervivencia, durante otros mil años del nuevo reich, ya que el penúltimo solo duro doce. ¡Y a que precio!.
Que, a expensas de que los profetas ya no existan, salvo entre expresidentes o excandidatos a ídem, las crisis seguirán existiendo, y cuando las nubes rojas vuelvan a aparecer por el horizonte... ( ¡Gases asfixiantes! Escuchaba yo gritar a aquella anciana en mi infancia, cada vez que las nubes enrojecían el horizonte en los hermosos atardecederes de agosto). Y que, cuando otras nubes rojas, figuradas o no, vuelvan a aparecer en el paisaje; nos vamos a acordar, otra vez, de la ocasión perdida.
Eso, y cosas más profundas dicen ellos, los apocalípticos.
Los integrados, alguno de los cuales fueron en su juventud apocalípticos, se encuentran confortablemente integrados, es decir que se encuentran confortablemente, y que a pesar de que algunos deban ese confort a su pasado como apocalípticos, lo cierto es que el presente resulta bastante mas divertido y, en todo caso el autoconvencimiento de pertenecer a una casta de un nivel digamos... seguro y confortable(otra vez) convierte las profecías en cuentos tan lejanos como puedan serlo los de la literatura infantil o os de ciencia- ficción. Al fin y al cabo ¿qué sabían Aldous Huxley o George Orwell, del protocolo de Kioto o del euribor? Nada.
Por tanto, ni los alfa ni los beta, ni los famosos de cagamiseria que harían realidad la profecia, con tan solo unos años de retraso sobre lo previsto, tienen absolutamente nada que ver con los logros del sistema, de los sistemas concéntricos generados gracias a las experiencias, reales de verdad, del agit prop y de los genios de la svástica. A pesar de que la historia no les haya hecho justicia, a estos cerebros, a pesar de que haya que negarlos tres, treinta veces si fuese necesario. A ellos y a otro genio, Maquiavelo; ya que si el fin justifica los medios, es suficiente con qué el fin pueda estar dirigido por buenas manos, o mentes, ya que los medios vienen por añadidura y, así se sientan las bases, el engranaje que hace que el mundo ruede, siga rodando. Y además.: ”No se os puede dejar solos”,” No lo olvideis”.
Eco no toma partido por ninguno de ambos. Y ya digo que su obra trata de un asunto diferente, aparentemente, del que estamos tratando. Mantiene la tesis de que no existen colores absolutos, de qué, en todo caso, todos forman parte del arco iris, y que, resulta difícil decir que fue primero, si el huevo o la gallina. Pero es que él es semiólogo, y maneja palabras tan extraordinarias como estas: apocalípticos, integrados...
P.D.- Realmente quería escribir sobre educación para la ciudadanía y me he perdido otra vez en el piélago de un mar de ideas que se arrojan sobre la playa mental con el desorden propio de las mareas de otoño. Y es que pienso como integrado, que la ciudadanía como fin es una autentica necesidad y que es irrenunciable afirmar los cimientos de nuestra civilización (me sale el símil inmobiliario. no puedo evitarlo) . Y como apocalíptico pienso, que hemos perdido treinta años sin siquiera intentarlo y que, además, los ciudadanos se hacen mas en el día a día mirándose en el espejo de sus gobernantes, en la actitud coherente , en los principios morales y en las pruebas que de ello han dado sus politicos en todo este tiempo, que en los textos y los programas educativos, por correctos y necesarios que estos sean.
Como aprendiz de semiólogo umbertiano, me preocupa tan solo la palabra “para”. Pienso que tanto la educación como la ciudadanía son un fin en si mismas, y no necesitan ballestas ni catapultas. Que la educación “para” el lenguaje es otra asignatura pendiente. Quizas la mas importante. Y no me estoy refiriendo a la corrección gramatical en un idioma universal, y por tanto en ebullición, como el nuestro, sino en el uso y abuso que se hace del lenguaje cuando se le cambia el sentido, o sea la finalidad, a la palabra, cuando se asocia a otra de ambigüedad contrastada.
Formación del espiritu nacional, fue la asignatura , firmada por Torrente Ballester, que antaño formaba a la ciudadania. Y es que ninguna de las tres palabras resulta sospechosa. Formación, bien. Espiritu, pues claro. Nacional, ahora no está de moda, pero si hay Nación debe haber nacional, y si no hay nación, deberian decirnoslo, hemos digerido cosas peores, verdades mas terribles. Pero lo cierto es que el conjunto de las tres, significaba de hecho algo mas, y sobre todo algo diferente de lo que podria interpretarse en la primera lectura.
Por ello, insisto en que, el riesgo está en el “para”. Preposición que se antepone a que, quienes, cuando, hacia, etc., dando un sentido inteligible a la sintaxis de la oración. Sucede que el DRAE lo considera también como partícula adversativa “contraponiéndolo a lo que se quiere aplicar o se dice de ella” de la cosa a la que se yuxtapone. Lo que pondría en duda el sentido de lo que se nos dice Pero otra acepción, la 12, “Junto a algunos nombres se usa supliendo el verbo comprar” con lo cual acaban de hundirnos.....Y este es el tema, el drama de la semiótica, el seguir confundiendo el culo con las témporas sin caer en la cuenta de que aparte de la frase hecha, antes de ella ya estaba el culo, y sigue estando.
Y es que en temas docentes, básicos para cualquier sociedad, los lemas, los enunciados, las intenciones, deben ser claros, concisos, y transparentes, y no prestarse a ambigüedad alguna.
Pues eso, lo dije.
Algunos versos, son tan buenos que pueden prescindir del resto del poema sin que por ello pierda el conjunto ni un ápice de su valor. Solamente una línea, la primera, basta para hechizar al lector y dejarlo en trance de satisfacción anticipada, hasta el punto de que aunque no continúe la lectura, ya dará por consumado el milagro de la poesía, y probablemente quedará en su recuerdo no solo como el estribillo, sino como canción completa. Porque además de musicales, esas silabas encerraran, necesariamente, el significado de toda la canción “Puedo escribir los versos más tristes esta noche.....”
Y no es Neruda, y no es un poema. Tampoco una copla. Son diez silabas que, componen apenas un par de palabras, y que, a pesar de pertenecer al mundo de la erudición, a ese planeta donde los intelectuales y aquellos que usan tal disfraz, navegan con cierta facilidad en un océano de términos tan ilustrados que al resto de mortales se nos antojan poco apetitosos, al considerarlos indigestos con toda probabilidad, basándonos en el desconocimiento que, suele ser, quien nos hace rechazar aquellos alimentos que nos resultan poco familiares. Por si acaso.
Ese título resulta sonoro, sin duda, y aunque no estimule sentimientos, o no nos induzca a soñar despiertos, lo cierto es que tiene un cierto ritmo sincopado que puede invitarnos a caminar, a movernos, cuando no a bailar, directamente, mediante unos pasos desconocidos, en un movimiento mas rectilíneo que circular, incluso en pequeños saltos que no sabemos a donde nos llevan, ya que, como digo, tampoco entendemos bien el significado de la frase inicial. Funk, jazz, tecno?. No lo sé.
Como tantas otras cosas a medio descubrir en la época de los años felices de uno, donde es tal la cantidad de estímulos positivos, de conocimiento, de afortunados descubrimientos, que no tiene capacidad alguna para digerirlos. Como si fuese abriendo cajas con regalos extraordinarios, uno tras otro, y arrojándolos al suelo sin aprecio alguno, obnubilado por el montón de paquetes que le quedan aun por revelar. Maravillas de colores. Sin duda. Y es que si hay algo más grandioso que las maravillas es cuando estas son, además, de colores.
Al final, la moraleja, la vida misma, uno se queda con la ultima calamandrita que queda pegada a sus dedos, y como mucho con los restos del papel de seda de algún envoltorio, aunque sea, en el mejor de los casos, tornasolado, para mantener el espíritu feliz del tiempo aquel que, inevitablemente no prestará una “segunda opinión” como dicen ahora para negar la realidad cuando no gusta.
En fin, que me quedé con el papelito, con el retazo de cinta irisada como escasa pertenencia, aparentemente escasa si la comparamos con el bazar deslumbrante que desfiló ante mis ojos, pero más que suficiente para hacerme sentir sino como Craso, al menos como afortunado en el terreno del espíritu, cuando la memoria me sigue repitiendo la banda sonora: Apocalípticos e integrados.
Y es que lo bueno del optimismo (apréciese el énfasis) es que hasta me hace sentir el efecto beneficioso de no haber leído el ensayo de Umberto Eco, ( también lo tuve entre mis manos en su momento, como el contenido de las cajas aquellas) el extraordinario y divertido estudio sobre el efecto de los medios de comunicación en la cultura de masas, ambientado en los años sesenta (ya dije), y por tanto feliz a pesar de desconocer su contenido y, lo que es igual, su finalidad. Me quedé en el titulo. Y no es poco. Y tan contento.
Pero las palabrejas quedaron por ahí dando vueltas, emergiendo en artículos de significado dudoso, naturalmente. Y aparcadas en la carpeta de “objetos en desuso”, definitivamente, cuando su autor se consagró como novelista de éxito, de novela histórica para mas INRI.(de inritación, supongo).
El que aparezcan aquí, otra vez, cual Ave Fénix, podría considerarse como la presuntuosa pretensión de usurpar el exclusivo privilegio de nuestros autores barrocos, la intención de repetirse una y otra vez en nuestros sueños, aquellos que suceden cuando estamos durmiendo, aquellos silenciosos, ya que no pueden hacerlo en su versión alucinada del comensal ante la sopa de letras: mane, tecel, fares, en la cuchara de caldo. Tiempos aquellos.
Lo cierto es que las palabras insisten, y ellos están aquí, otra vez. Apocalípticos e integrados. Aunque en un remake que poco o nada tienen con ver con el eco del mensaje de D. Uumberto.
Los apocalípticos piensan, y lo dicen, que estamos dejando pasar la oportunidad irrepetible de cambiar las claves de la sociedad, de ajustar el reloj para que siga marcando las horas, y de que esa actitud de agoreros full time, aparte de suponer la mayor de las lealtades hacia el mundo en que vivimos, resulta imprescindible si queremos evitar la hecatombe.
Que, una ocasión como esta, de paz y progreso durante dos generaciones consecutivas, no se ha visto en la humanidad en siglos, y que es esta ocasión unica, o habría podido ser, el caldo de cultivo idóneo para asegurar el bienestar, o al menos la supervivencia, durante otros mil años del nuevo reich, ya que el penúltimo solo duro doce. ¡Y a que precio!.
Que, a expensas de que los profetas ya no existan, salvo entre expresidentes o excandidatos a ídem, las crisis seguirán existiendo, y cuando las nubes rojas vuelvan a aparecer por el horizonte... ( ¡Gases asfixiantes! Escuchaba yo gritar a aquella anciana en mi infancia, cada vez que las nubes enrojecían el horizonte en los hermosos atardecederes de agosto). Y que, cuando otras nubes rojas, figuradas o no, vuelvan a aparecer en el paisaje; nos vamos a acordar, otra vez, de la ocasión perdida.
Eso, y cosas más profundas dicen ellos, los apocalípticos.
Los integrados, alguno de los cuales fueron en su juventud apocalípticos, se encuentran confortablemente integrados, es decir que se encuentran confortablemente, y que a pesar de que algunos deban ese confort a su pasado como apocalípticos, lo cierto es que el presente resulta bastante mas divertido y, en todo caso el autoconvencimiento de pertenecer a una casta de un nivel digamos... seguro y confortable(otra vez) convierte las profecías en cuentos tan lejanos como puedan serlo los de la literatura infantil o os de ciencia- ficción. Al fin y al cabo ¿qué sabían Aldous Huxley o George Orwell, del protocolo de Kioto o del euribor? Nada.
Por tanto, ni los alfa ni los beta, ni los famosos de cagamiseria que harían realidad la profecia, con tan solo unos años de retraso sobre lo previsto, tienen absolutamente nada que ver con los logros del sistema, de los sistemas concéntricos generados gracias a las experiencias, reales de verdad, del agit prop y de los genios de la svástica. A pesar de que la historia no les haya hecho justicia, a estos cerebros, a pesar de que haya que negarlos tres, treinta veces si fuese necesario. A ellos y a otro genio, Maquiavelo; ya que si el fin justifica los medios, es suficiente con qué el fin pueda estar dirigido por buenas manos, o mentes, ya que los medios vienen por añadidura y, así se sientan las bases, el engranaje que hace que el mundo ruede, siga rodando. Y además.: ”No se os puede dejar solos”,” No lo olvideis”.
Eco no toma partido por ninguno de ambos. Y ya digo que su obra trata de un asunto diferente, aparentemente, del que estamos tratando. Mantiene la tesis de que no existen colores absolutos, de qué, en todo caso, todos forman parte del arco iris, y que, resulta difícil decir que fue primero, si el huevo o la gallina. Pero es que él es semiólogo, y maneja palabras tan extraordinarias como estas: apocalípticos, integrados...
P.D.- Realmente quería escribir sobre educación para la ciudadanía y me he perdido otra vez en el piélago de un mar de ideas que se arrojan sobre la playa mental con el desorden propio de las mareas de otoño. Y es que pienso como integrado, que la ciudadanía como fin es una autentica necesidad y que es irrenunciable afirmar los cimientos de nuestra civilización (me sale el símil inmobiliario. no puedo evitarlo) . Y como apocalíptico pienso, que hemos perdido treinta años sin siquiera intentarlo y que, además, los ciudadanos se hacen mas en el día a día mirándose en el espejo de sus gobernantes, en la actitud coherente , en los principios morales y en las pruebas que de ello han dado sus politicos en todo este tiempo, que en los textos y los programas educativos, por correctos y necesarios que estos sean.
Como aprendiz de semiólogo umbertiano, me preocupa tan solo la palabra “para”. Pienso que tanto la educación como la ciudadanía son un fin en si mismas, y no necesitan ballestas ni catapultas. Que la educación “para” el lenguaje es otra asignatura pendiente. Quizas la mas importante. Y no me estoy refiriendo a la corrección gramatical en un idioma universal, y por tanto en ebullición, como el nuestro, sino en el uso y abuso que se hace del lenguaje cuando se le cambia el sentido, o sea la finalidad, a la palabra, cuando se asocia a otra de ambigüedad contrastada.
Formación del espiritu nacional, fue la asignatura , firmada por Torrente Ballester, que antaño formaba a la ciudadania. Y es que ninguna de las tres palabras resulta sospechosa. Formación, bien. Espiritu, pues claro. Nacional, ahora no está de moda, pero si hay Nación debe haber nacional, y si no hay nación, deberian decirnoslo, hemos digerido cosas peores, verdades mas terribles. Pero lo cierto es que el conjunto de las tres, significaba de hecho algo mas, y sobre todo algo diferente de lo que podria interpretarse en la primera lectura.
Por ello, insisto en que, el riesgo está en el “para”. Preposición que se antepone a que, quienes, cuando, hacia, etc., dando un sentido inteligible a la sintaxis de la oración. Sucede que el DRAE lo considera también como partícula adversativa “contraponiéndolo a lo que se quiere aplicar o se dice de ella” de la cosa a la que se yuxtapone. Lo que pondría en duda el sentido de lo que se nos dice Pero otra acepción, la 12, “Junto a algunos nombres se usa supliendo el verbo comprar” con lo cual acaban de hundirnos.....Y este es el tema, el drama de la semiótica, el seguir confundiendo el culo con las témporas sin caer en la cuenta de que aparte de la frase hecha, antes de ella ya estaba el culo, y sigue estando.
Y es que en temas docentes, básicos para cualquier sociedad, los lemas, los enunciados, las intenciones, deben ser claros, concisos, y transparentes, y no prestarse a ambigüedad alguna.
Pues eso, lo dije.
sábado, 23 de junio de 2007
Supongamos que Maeso somos todos.-
Un anestesista español, en la Sanidad Publica trabaja setenta horas semanales, si hace una guardia de presencia física cada seis días. Echen cuentas. Estas horas son “obligatorias”, por mas que la Directiva Europea o el Estatuto Marco digan lo contrario, ya que las distintas administraciones regionales han encontrado un sistema, sarcástico, para contar las horas a su albedrío, por encima de la aritmética y del sentido común, un ábaco particular que no permite contabilizar el trabajo semanal por encima de las cuarenta y ocho horas, tope legal.Si a estas setenta horas sumamos las que realiza en la sanidad privada, uno de cada tres anestesistas, y que estas, horas tan reales como las anteriores, no tienen limite alguno, nos encontramos con jornadas semanales por encima y más allá, de las cien horas.Prolonguemos esta situación durante diez, veinte, treinta años, y añadámosle una pizca del conservante, de la especia que ustedes prefieran: alcohol, depresión, agotamiento, adicción al Ibex o dependencia de la hipoteca superlativa. Cualquier síntoma de nuestra sociedad contemporánea y… sirvamos el plato en la mesa.Dos mil años de condena. Condena tan virtual para un anciano enfermo como virtual es una sociedad que tiene semejante caldo de cultivo, y luego se asusta ante cualquier amago de crecimiento bacteriano. ¿Estamos locos?.
jueves, 24 de mayo de 2007
Quisiera que sepas...
Im just a soul whose intentions are good
Oh lord, please dont let me be misunderstood.
Primero fueron Lone Star, el grupo catalán delos sesenta, con la magnifica voz de Pedro Gene, y sus versiones del pop-rock que nos llegaba tan tarde como adulterado. Así sucedió con Comprensión:
“mas quiero encontrar siempre en ti comprensión.....
Señor, hazme digno de ella y de su amor”
Evidentemente un tema romántico, bailable además, con el desgarro del acerado blues, que era en el fondo, aunque por aquel entonces mas nos parecía un nuevo estilo de balada que, en todo caso, acababa de destronar al bolero en las tardes de los domingos. Lo de festejar los sábados, también fue un invento posterior.
Luego descubrimos la versión “original” y esa presunción, que ya marcaba un escalón en el nivel del placer acústico, resultaba ser increíblemente mejor -Eric Burdon mediante- aunque no entendiésemos el mensaje del vocalista, y tuviésemos que conformarnos con la diferencia en el brillo de los instrumentos -el punteo(riff) de la guitarra es de los que se graban en la memoria para siempre jamás- y sobre todo en algo mucho más sutil que, como diría Louis Armstrong, es lo que diferencia a un músico bueno de otro mejor, el swing, el ritmo instintivo que el artista transmite a su audiencia de manera directa, sin interferencias, sin posibilidad de escapatoria.
Hubo otras mejores, entre centenares. De modo que, después de escuchar a Nina Simone, uno, tocado por los dardos que los dioses le envían en forma de hipoacusia y acúfenos, es decir otosclerosis para expresarlo de una manera tan difícil de entender como difícil resulta a su oído alcanzar el orgasmo acústico a que antes aludía, reconoce que ya es mas que suficiente, que el placer es algo categórico al que no se debe medir la intensidad. Que vale. Que para qué más. Que me planto.
Si bien, aparece otro nivel de conocimiento, al menos tan gratificante como el generado por la comparación que trae la experiencia, que vuelve a despertar las emociones.
Resulta que el texto original decía cosas importantes, además de las notas musicales, y que estas eran diferentes, e infinitamente más interesantes que la balada sentimental, que también lo era. Dice o puede decir algo así como:
Señor, no dejes que me malinterpreten.
Soy solo un alma con buenas intenciones
Y entonces se acuerda uno de los traductores y de su eficiencia lingüística; y de cómo las ideas llegan a veces, cuando lo hacen, perdidas en el tiempo y en el significado. Totalmente fuera de lugar. Y ello cuando no es el destinatario quien las tergiversa o simplemente las ignora, return to sender ( devuelta al remitente) como cantaba Elvis, pero esa es otra canción de la que ya hemos escrito. Y descubre que las lenguas extrañas no deben ser una barrera que nos prive del mensaje que se dirige hacia nosotros, que bastante dificultad tenemos para expresar nuestros sentimientos, bastante riesgo de que lleguen en un estado deplorable que los haga irreconocibles, para que ademas los anulemos ante el muro infranqueable de nuestra ignorancia.
Es bueno dejar que la melodía siga dando vueltas dentro de nuestra cabeza. Todo el tiempo que le venga en gana, según sus meritos y circunstancias, hasta que la luz se cuele por cualquier resquicio, aunque sea en la forma de la comprensión de un nuevo idioma, y nos haga ver esas cosas extraordinarias que, ya estaban alli, y poder disfrutar, y descubrir con el mismo placer que el niño descubre cada dia centenares de cosas nuevas y por tanto, enriquecedoras.
Por ello es importante mantener limpia y ordenada la sinfonola musical que guardamos en la memoria silbable - sección : tres minutos de alegria- y dejar que las ideas se sienten alrededor de la pista de baile. Qué, si deciden ponerse en movimiento, lo harán en las mejores condiciones.
Al fin y al cabo son solo un puñado de buenas intenciones.
http://hayquevivirla.blogspot.com/
Oh lord, please dont let me be misunderstood.
Primero fueron Lone Star, el grupo catalán delos sesenta, con la magnifica voz de Pedro Gene, y sus versiones del pop-rock que nos llegaba tan tarde como adulterado. Así sucedió con Comprensión:
“mas quiero encontrar siempre en ti comprensión.....
Señor, hazme digno de ella y de su amor”
Evidentemente un tema romántico, bailable además, con el desgarro del acerado blues, que era en el fondo, aunque por aquel entonces mas nos parecía un nuevo estilo de balada que, en todo caso, acababa de destronar al bolero en las tardes de los domingos. Lo de festejar los sábados, también fue un invento posterior.
Luego descubrimos la versión “original” y esa presunción, que ya marcaba un escalón en el nivel del placer acústico, resultaba ser increíblemente mejor -Eric Burdon mediante- aunque no entendiésemos el mensaje del vocalista, y tuviésemos que conformarnos con la diferencia en el brillo de los instrumentos -el punteo(riff) de la guitarra es de los que se graban en la memoria para siempre jamás- y sobre todo en algo mucho más sutil que, como diría Louis Armstrong, es lo que diferencia a un músico bueno de otro mejor, el swing, el ritmo instintivo que el artista transmite a su audiencia de manera directa, sin interferencias, sin posibilidad de escapatoria.
Hubo otras mejores, entre centenares. De modo que, después de escuchar a Nina Simone, uno, tocado por los dardos que los dioses le envían en forma de hipoacusia y acúfenos, es decir otosclerosis para expresarlo de una manera tan difícil de entender como difícil resulta a su oído alcanzar el orgasmo acústico a que antes aludía, reconoce que ya es mas que suficiente, que el placer es algo categórico al que no se debe medir la intensidad. Que vale. Que para qué más. Que me planto.
Si bien, aparece otro nivel de conocimiento, al menos tan gratificante como el generado por la comparación que trae la experiencia, que vuelve a despertar las emociones.
Resulta que el texto original decía cosas importantes, además de las notas musicales, y que estas eran diferentes, e infinitamente más interesantes que la balada sentimental, que también lo era. Dice o puede decir algo así como:
Señor, no dejes que me malinterpreten.
Soy solo un alma con buenas intenciones
Y entonces se acuerda uno de los traductores y de su eficiencia lingüística; y de cómo las ideas llegan a veces, cuando lo hacen, perdidas en el tiempo y en el significado. Totalmente fuera de lugar. Y ello cuando no es el destinatario quien las tergiversa o simplemente las ignora, return to sender ( devuelta al remitente) como cantaba Elvis, pero esa es otra canción de la que ya hemos escrito. Y descubre que las lenguas extrañas no deben ser una barrera que nos prive del mensaje que se dirige hacia nosotros, que bastante dificultad tenemos para expresar nuestros sentimientos, bastante riesgo de que lleguen en un estado deplorable que los haga irreconocibles, para que ademas los anulemos ante el muro infranqueable de nuestra ignorancia.
Es bueno dejar que la melodía siga dando vueltas dentro de nuestra cabeza. Todo el tiempo que le venga en gana, según sus meritos y circunstancias, hasta que la luz se cuele por cualquier resquicio, aunque sea en la forma de la comprensión de un nuevo idioma, y nos haga ver esas cosas extraordinarias que, ya estaban alli, y poder disfrutar, y descubrir con el mismo placer que el niño descubre cada dia centenares de cosas nuevas y por tanto, enriquecedoras.
Por ello es importante mantener limpia y ordenada la sinfonola musical que guardamos en la memoria silbable - sección : tres minutos de alegria- y dejar que las ideas se sienten alrededor de la pista de baile. Qué, si deciden ponerse en movimiento, lo harán en las mejores condiciones.
Al fin y al cabo son solo un puñado de buenas intenciones.
http://hayquevivirla.blogspot.com/
sábado, 12 de mayo de 2007
¿Será posible amor? ¿Será posible?
Si guardas en su puesto la cabeza tranquila...
Cuando todo a tu lado es cabeza perdida...
Serás hombre. Hijo mio.
(R. Kypling)
Esto es parte del texto que nos hacian estudiar en "Formación del Espiritu Nacional", firmado por Torrente Ballester. Lo que son las cosas. Y lo que hay que hacer para comer. Para sobrevivir en suma. Y en ello estamos todos. No vale el optimismo, ni su contrario.
Buscando la cabeza estamos. Perdida años ha. Y todo porque no es tan facil elegir entre tranquila y perdida, entre el blanco y el negro. Hay mas matices. Y en ese pielago de dudas estamos. Y a pesar de todo somos hombres. A veces el poeta establece unos limites que la razón hace añicos. Por eso el malentendido, aviesamente intencionado, que coloca el poema del lado de. Cuando el poema tiene solo un lado. De arriba abajo. Hasta el magnifico final. La promesa del futuro. Sin duda que hubo otros malentendidos. Solo que nunca han sido desenmascarados. Para ello hay que pensar. Hay que leer. Hay que volver a pensar. Y podemos acabar con la cabeza perdida. Aun asi, merece la pena. Buscar la lucidez del anciano. Del maestro. Y aprovechar las migajas de sabiduria, y de placer, que encontremos en el camino.
Cuando todo a tu lado es cabeza perdida...
Serás hombre. Hijo mio.
(R. Kypling)
Esto es parte del texto que nos hacian estudiar en "Formación del Espiritu Nacional", firmado por Torrente Ballester. Lo que son las cosas. Y lo que hay que hacer para comer. Para sobrevivir en suma. Y en ello estamos todos. No vale el optimismo, ni su contrario.
Buscando la cabeza estamos. Perdida años ha. Y todo porque no es tan facil elegir entre tranquila y perdida, entre el blanco y el negro. Hay mas matices. Y en ese pielago de dudas estamos. Y a pesar de todo somos hombres. A veces el poeta establece unos limites que la razón hace añicos. Por eso el malentendido, aviesamente intencionado, que coloca el poema del lado de. Cuando el poema tiene solo un lado. De arriba abajo. Hasta el magnifico final. La promesa del futuro. Sin duda que hubo otros malentendidos. Solo que nunca han sido desenmascarados. Para ello hay que pensar. Hay que leer. Hay que volver a pensar. Y podemos acabar con la cabeza perdida. Aun asi, merece la pena. Buscar la lucidez del anciano. Del maestro. Y aprovechar las migajas de sabiduria, y de placer, que encontremos en el camino.
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