domingo, 13 de diciembre de 2009

VERSIONES "ORIGINALES" 2010


------------------------------------------------------------------------------------------------------------INSTRUCCIONES IMPRESCINDIBLES.-

He realizado un casting, con tres niveles sucesivos en la selección, excluyendo canciones suficientes para llenar cds hasta el 2020, en el que termina la serie. Si antes no…desaparece el formato cd y hay que pasarse al nuevo.
Se añade un segundo disco, la cara B, en el que figuran dos docenas de perlas cuyo único pecado es el idioma. Pero no he podido resistirme a dejarlas fuera. No pongo los títulos ni los autores porque ¿Pa qué?

Dentro de la cara A, algunas han sido escogidas entre diez versiones diferentes, Ej.“Espérame en el cielo” donde Mina ha sido la afortunada. Otras son tan originales que no necesitarían figurar como versión de nadie, pero tienen que cargar con la etiqueta. Aunque, escuchándolas, uno duda si es mejor esta o aquella, la primitiva...
“Tres monedas” es mas inteligible en la versión masculina. En la femenina que he puesto, estupenda por cierto, el sentido del texto se vuelve lógicamente surrealista, lo que es un encanto añadido. Muy fuerte el argumento. De cuando las tres monedas cabían en dos minutos, y ahí había que contar una historia entera. Tiempos.

La presentación inciática de Silvio, en esta ocasión, es en la confianza de que el público ya está preparado para ello. Es lo más grande que hemos tenido nunca, y sentiría que pasase desapercibido, por ello he estado retrasando el evento. Hay más Silvio.
Con Los Tamara sucede algo parecido, se cayeron al final la del hombre del tiempo y la curva peligrosa donde dan consejos al amigo conductor como hacia, creo, Perlita de Huelva. De esta tengo “feliz cumpleaños” y “Mi niña bonita” y no las he puesto (este año todavía) porque lloro cada vez que las escucho, y como no quiero que se sepa, lo oculto de esta manera, aunque seguiré llorando sin saber por qué. Tendré que consultar con el libro de Freud que compré en el círculo en el 95 y todavía tiene virgen el plástico protector. Así no hay manera.

La copla ha tenido gran representación en las sesiones de casting iniciales y el que no aparezca otra, aparte de la rumba que se marca la faraona, ha sido por mala suerte o por falta de padrinos, que de todo hay en estos asuntos. Espeluznante la Lola, la tía Lola, y lastima que su imagen de habitual en los programas y revistas de cagamiseria nos hayan ocultado la cantaora que había detrás. Comprobadlo.

Con los instrumentales tengo otra deuda que como el alcalde de Villar del Rio, debo pagar. Por cierto que una estación del metro de Madrid se llama “Pepe Isbert” y otra “La Peseta”, no diréis que castizo no viene de casta. La casta de los grupos de guitarra y órgano o saxo, es decir los sin palabras, es tan grande que tenia esbozado un monográfico ad honoren, pero al final me parece que solo hacen una aparición testimonial, si bien en la cara B se sueltan el pelo. En la A, he querido limitarme a temas – lo dije- en el lenguaje de la enciclopedia, que no es la de D¨Alembert, y con muchas historias detrás de la música, para que el oyente no se me distraiga con perniciosas ensoñaciones. Queda pendiente el asunto. Material haylo.

Otras dos o tres , al menos, están bajo la certidumbre de que aparecieron como originales en recopilaciones anteriores, de Elvis, Shocking Blue y Ray Charles., si bien se tratan de versiones y en este caso más que originales, a cargo de Los Petersellers, de los que he tenido que reprimir la tentación de incluir otra de José Luís Perales. Y es que la iconoclastia es lo que tiene, que acaba dando las alas de Icaro al primer montoncillo de ceniza que encuentra uno en el cenicero.

Son unos años en los que la politización de la canción popular, sin ser una novedad absoluta, asoma en nuestros oídos como el anuncio de lo que luego nos seria impuesto por los malhadados cantautores en el subgénero de la “canción protesta”. Cantantes/tas bastante feos, por lo general, y con la ventura de gozar de una audiencia fanática en asuntos religiosos, a los que la música, el ritmo y el pop les importaban un pepino.
No obstante, me rindo a la evidencia, y aunque reservo para oyentes mas politizados, temas de la enjundia de “Da da da”, “Yummy Yummy” o la revolucionaria “Mah- Na, Mah-Na”, no he podido resistir la tentación de incluir “Gibraltareña” que además de ser una cumbia autóctona, gallega ella, es un tema que sigue de actualidad gracias al recurso patrio, de “no me la mientes”, tan útil para entretener al gran público en los momentos difíciles.

Los instantes publicitarios podrían parecer un fácil recurso al humor, a la nostalgia –no se que es eso-o ambos, y lo es. Pero es que, además, las voces de los locutores te conducen inevitablemente a otros personajes, a la pantalla del cine y hasta a los discursos de fin de año del entonces jefe del estado – lo pongo en minúsculas para que luego no digan que hago apología- que pa mi que también lo doblaba uno de estos.

Cierra la lista, aparentemente, la voz de oro de Toni López, a quien siempre he creído admirar por el desparpajo que transmite a través del micrófono, aunque después, buscando y encontrando, los originales, es decir los ejecutores de las versiones francamente delictivas que hace cuarenta o cincuenta ¡Oops!,- que no se que significa, pero son muchos años- se perpetraban sobre los pequeños genios que la música popular nos ha dejado en el recuerdo, me he dado cuenta que el de Utrera me estaba invitando a redescubrirlos, y es lo que hago placenteramente en cuanto se descuida el mundo este que no ha parado ni un momento, esa es otra.. Va por ellos que, haciéndolo mal, no lo hicieron peor que Toni, y que, quizás por ello, son para un servidor, absolutamente imprescindibles. Prometo seguir con Los Centella en el futuro. Tampoco tienen desperdicio.

Hay otras reflexiones sobre este tipo de selecciones, que no dejan de dar vueltas en mi cabeza.
No es difícil dejarse arrastrar por el mal gusto cuando uno se adentra en el terreno de la nostalgia más el humor más intentar agradar por encima de todo, a la hora de hacer una selección de este tipo. Ya algunos darán por sabido que nostalgia es sinónimo de mal gusto, de debilidad mental o ambos, y es que hay gente pa tó. Otros no oyen con buenos oídos las letras que provocan la sonrisa, cuando el melodrama/desamor es lo fetén, y también tendrán su poquito de razón, al igual que los que tienen el corazón de cartón piedra y piensan que lo importante es que la música sea buena y lo demás es rollo patatero. De todo tiene que haber.

Lo cierto es que no es fácil caminar por el borde ese en el que a un lado están las profundidades carpetovetónicas que no entienden más que de sal gorda y chunda chunda, (y esto último en los dos sentidos posibles), y que no conocen la diferencia entre reírse con alguien y reírse de alguien. Parece una banalidad, pero como diría el cantante de Los Centella es algo omnipresente. Por otra parte, siempre es necesario escuchar con indulgencia estas grabaciones de hace casi medio siglo, y no intentar compararlas con la música mas evolucionada del pop actual. Mas bien buscar, y a menudo encontrar, los orígenes y las bases que en esa época de oro – y esto lo digo para acabar de convencerme de que lo fue- luego se convirtieron en el continuose del empezose de entonces como dice Mafalda.

En fin que a mi me gustan, que es lo importante, y que además, afortunadamente ya no está uno en edad de complejos ni de andar disculpándose por ser como es. Si quieren me las aceptan y si no chirrín chirrán (esa es de Carlos Puebla, que hizo una música estupenda y ahora es maldito por la cosa política).
La única pena es que en ochenta minutos no quepan más que ochenta minutos. Esperemos que el próximo invento nos permita estirar el tiempo en otra nueva dimensión, y mientras tanto seguiremos recuperándolo hacia atrás y a trocitos.

¡Que lo disfrutéis!.
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2 comentarios:

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