lunes, 14 de junio de 2010

UN DIA EN EL MUSEO NACIONAL CENTRO DE ARTE



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UN DIA EN EL MUSEO NACIONAL CENTRO DE ARTE.-

“Es el “otro” abyecto de la modernidad ilustrada, y por ello mismo el objeto de sus fantasías de perdida de sí, de sus limites nítidos, en el otro. Pero esa dislocación genera también una apertura y una mezcla de los sistemas de modos de visión y representación, una “locura del ver”, según Christine Buci-Glucksmann, una visión deseante, hecha carne, que genera tipos de conocimiento inasequibles para el sujeto racional cartesiano.”

Comprenderéis que, en cuanto leí ese párrafo, en el primer folleto que cayó en mis manos, adiviné que, no solo estaban hablando de mi, al menos en lo de “conocimientos inasequibles” si no que el texto parecía haber salido de mi mano, de una pesadilla reiterada que aparece en los estertores de una larga siesta mecida bajo los efluvios de una fabada sumergida en un exceso de jumilla. Es una frase de esas que tienes siempre en la punta de la lengua pero que, jamás, te atreves a pronunciar.
Recolecté inmediatamente más panfletos, todos los que pude, incluso en varios idiomas, igualmente inasequibles, y adentro.

La primera sorpresa, que en realidad fue la última, cuando los sentidos descansan del bombardeo incesante y la mente se aclara un poco, me la produce el nombre que han puesto al museo español de arte contemporáneo, el segundo del país, nada menos que “Museo nacional centro de arte”. Me gusta. Y no es que desconozca la existencia de algún museo nacional que no sea centro de arte, o me inquiete la redundancia que encierra. Es que además huelo el poderío, el dinero que habrá costado parir semejante cartel, y el inmenso equipo para ello necesario, mas bien grupo o colectivo como suelen denominarse estas pandillas, a los que sin duda debo atribuir también el parrafito inicial. No es para menos. Y bien empleado está el dispendio. Reconozcamos que a nosotros no se nos habrían ocurrido ninguna de las dos genialidades. Y que eso tiene su mérito.

Magnifica y exagerada la exposición “Principio Potosí” en la planta 0, Jean Nouvel. Proyecto comisariado por tres colegas berlineses, que “relee críticamente las dinámicas del capitalismo global desde una óptica oblicua”, vuelvo a transcribir, y a comprobar que a los artistas ahora los llaman comisarios y que es una forma nueva de plantear la cosa, la de los derechos humanos como medio de disponer de “derechos sobre los humanos”, y todo a través de cuatro siglos, los últimos y de cinco continentes, y porque no hay mas.

Un extraordinario revulsivo para espíritus predispuestos a ello, porque el panfleto, como la hoja parroquial de la misa dominical, no dice nada nuevo ni nada luminoso al que lo conoce, y lo espera, de antemano. En fin, era domingo para que nos vamos a engañar. (Los domingos es gratis la entrada).

Me deslumbró un cartel entrevisto al fondo, en una esquina de la feria, en mayúsculas “QUIENES NOS REPRESENTAN, EN REALIDAD NOS REEMPLAZAN” y estaba el asunto ambientado aquí, en Huelva, asombrosa clarividencia.
Si bien, al acercarme, pude comprobar que estaba fechado en los años setenta, y los presuntos representantes, causantes por supuesto de terribles desgracias medioambientales, tenían unas corbatas tan diferentes a las de los de ahora mismo que, nada que ver con nuestra realidad,(suspiro), un espejismo de los comisarios, o mas bien un “drift” un desvío necesario en el mestizaje del mundo contemporáneo, como puede comprobar enseguida en la siguiente sala.

“Desvíos de la deriva”

En la que disfruté realmente. También extensa, pero de un tamaño bastante mas humano, y centrada en una época , años cincuenta, una tierra, Sudamérica, y una actividad artística mas heterodoxa de lo que en un principio pude suponer, la Arquitectura.
Desde Sao Paulo a Valparaíso, desde los que huyen de la Italia de la democracia cristiana, hasta los que están a punto de estrellarse contra el Che, en su proyecto geo-poético.

Vuelve la política a impregnar el ambiente sacrosanto del templo del arte, “Al Cesar lo que es del cesar”, y la visión necesaria de la sociedad como un conjunto en el que hay ciertas cosas que son, deben ser, inseparables.

En este caso reconozco que el paralelismo es debido exclusivamente a la manía que tengo de leer entre líneas, de asociar las cosas, las personas y sus hechos con sus condicionantes. Porque la exhibición se centra exclusivamente en el cóctel entre tres o cuatro arquitectos, urbanistas y paisajistas, mas o menos influenciados por Le Corbusier, y como no, los años extraordinarios, los de la génesis del perpetuo país del futuro, que les tocó vivir.

Destaca inevitablemente la figura, para mi desconocida, de Flavio de Carvalho, ingeniero, arquitecto y diseñador que nos presenta, en la imagen de hoy, su “Nuevo traje de verano para hombres”, del que adjunto croquis y un compendio de sus ventajas. El por qué no llegó a diseminarse por el planeta semejante idea, no deja de ser un misterio. Aunque a los genios les suele suceder.

Tuve tiempo todavía de dar una vuelta por el emplazamiento “definitivo” del Guernica, ¡Já! Definitivo. Está en un sitio fatal, al igual que los bocetos y otras obras relacionadas con el sucesor de "La última cena" en los comedores y los ministerios de media España. Y creo que otra vez, el exceso de pasión de los responsables, provoca una perdida irreparable en la correcta valoración de semejante maravilla, que lo es. Pero... ¿Quién soy yo?.


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1 comentario:

  1. En Magonia(magnifico blog que te recomiendo),comentando sobre un libro "2012 ¿Y después que?" cita como su autora Diana Cooper,expresa como encontró la fuente de inspiracion.
    "Más tarde [un alienigena y el arcángel Metatron] me dijeron también que hablara con los seres elementales en el jardín y que les dejase descargar información para mí. Tengo varios elementales pentadimensionales viviendo en los árboles que hay al final de mi huerto, así como cientos de hadas, de modo que traté de equilibrar mis días pasando unas pocas horas con mis hortalizas y el resto del tiempo escribiendo".
    He supuesto que existe una sustancia en los mercados que deben tomar tanto los del Museo como la Sra.Cooper.
    Besos

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