Versión 1
Infringiendo la ley.
Concretamente la LOPD de 15/99 de Protección de datos de
carácter personal.
En teoría, secreto de confesión. En la práctica, tengo sus
historias clínicas en mis manos y ardo en deseos de contároslo.
De entrada os diré que cumplen este año los setenta, salvo
uno que lo hará el próximo y otro que ya no podrá hacerlo.
Fuman: Si Tabaco:
Tambien
Beben: Si Licores:
Tambien
Habitos toxícos: Si. Alguno presume de haberlo dejado.
Dentadura postiza: Si . Fija. Implantes o completa.
Las enfermedades individuales son privadas de cada uno y por
tanto no voy a referirlas, a pesar de que mola saltarse la LOPD.
Si os digo que uno de e llos está anticoagulado y otros dos
antiagregados, de los cuales uno tiene
doble antiagregación por un stent reciente.
Tres de ellos sufre de hipertensión, dos de diabetes (solo
con antidiabéticos orales oyes), y los lípidos los tienen bastante bien, tan solo
hay uno en tratamiento por la cosa del colesterol.
Dos, toman antiarritmicos.
Hiperuricemia ocasional, insuficiencia renal crónica en
estadio moderado-leve. Enfermedad pulmonar obstructiva, sleep apnea (roncan),
estas la tienen casi todos.
Caderas y rodillas, luxaciones y prótesis, varias, aunque mis fuentes son apócrifas, y escasamente fiables.
Ni más ni menos que la media de los padecimientos de las
personas de su edad, y de los que tendremos los que consigamos llegar a ella.
Solo nos diferenciará, la vida intensa que han
llevado, y la que les queda por delante, el llegar hasta ahí con ganas y
capacidad de hacer lo que les gusta.
Nos asemejamos en una sola cosa, aparte de las inevitables
goteras después de la pertinaz lluvia, y es en el placer compartido al
disfrutar de su música. Ellos arriba y nosotros abajo.
Y que no se detengan.
Versión 2
Sus satánicas majestades-
No marcharon a Italia el 13 de abril, ni lo harán en todo el
año. Si, resultará fácil verlos en Londres, donde tienen domicilio conocido.
De verdad que los aprecio, a los Stones, claro, pero como
todas las dinastías que se prolongan en exceso tienen la inevitable
consecuencia de hacerse viejos, de hacernos viejos.
Para una corriente musical, o para un jefe de estado no
dictatorial, veinte años de podio ya están bien, treinta quizás sean un exceso.
Más allá solo consiguen el anquilosamiento de la afición, el deja vu y la
desesperanza, sobre ciertos cambios higiénicos, tan necesarios para las aficiones y
para las naciones.
Lo de dejar herederos, ADN mediante, no suele funcionar. Ni
el chico de Lennon, ni el de Zappa, la de Sinatra o la de Nat King Cole – sin
ley sálica de por medio- pudieron hacer otra cosa que intentar vender el
apellido paterno. Y exclusivamente en un mercado para nostálgicos que dudan
entre mantenerse en la eterna infancia de Peter Pan o el descarado regreso a
los clásicos eternos (oximorón, con perdón).
Dinastía que pasó dejando recuerdo glorioso, la de King
Crimson, un gran rey en su corte. Otro que sin embargo va por mal camino,
B.B.King va a conseguir ser
embalsamado en directo junto a su, y nuestra, querida Lucy.
¿Por qué no harán caso a los consejos de sus mamás (memorias
de Miguel Rios) sobre el mal gusto que van a desvelar a sus fieles muriendo en el escenario?
Observad, comprobad, y discrepad si sois capaces.
P.D.- Obviamente, las fotos no son recientes. Ya sabeis que los artistas usan imágenes de sus mejores años para emular al personaje de Oscar Wilde. (Dorian para los amigos).
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