viernes, 21 de noviembre de 2008

CENTRO DE INTERPRETACION DE LOS AÑOS SESENTA VII



Misteriosas e imprevistas cuestiones fonéticas.-

Como decíamos ayer…

Dicen que dijo el maestro en su regreso al aula, luego de pasar una larga temporada en los calabozos de Mongo.

Aunque no existían todavía los sexadores de pollos, y créanme que, ellos han hecho por la humanidad, al separar el futuro huevo del futuro muslo-pechuga, algo tan importante como para merecer al menos una placa en la Plaza Mayor, allí persistía el escabroso asunto que nos ocupa, tabú, como tantos otros, en su eterna formulación de “Guerra de los sesos”. Y nos encontramos con la primera dificultad de hoy.

Es fundamental, para comprender el contexto, la correcta pronunciación de la segunda s en la palabra seso. Aunque apresuradamente pudiéramos pensar que no es más que un eufemismo de la x, conviene recordar que no estaban los tiempos para eufemismos, tampoco, y que la x estaba igualmente proscrita. Ya digo que eran tiempos de mucho prohibir, a petición popular supongo (By request, dicen en las propinas de los conciertos, algo así como que ellos no quieren hacerlo, pero ya que insisten...). El caso es que la s en cuestión, hay que pronunciarla como la s francesa (poison=veneno) y no como la ss francesa (poisson=pescado). ¿Me siguen?. Es igual .

Para los que prefieran la disertación académica, también tengo:

Pronunciación de la s. — Alveolar fricativa sorda.Articulación: Hay entre la s española y la s corriente en los demás idiomas, una diferencia importante; esta diferencia se manifiesta, principalmente, en la posición de la punta de la lengua, la cual, en la s española, se eleva, estrechándose contra los alvéolos superiores, mientras que en la francesa, inglesa, alemana, etc., desciende, por el contrario, apoyándose más o menos contra los incisivos inferiores; en una y otra articulación, la estrechez, de la cual resulta la fricación, viene a formarse sobre el mismo punto del paladar, oscilando, según los casos, entre los alvéolos y los dientes superiores; pero la parte de la lengua que forma esa estrechez, en la s española es, precisamente, la punta o ápice, mientras que en la s extranjera es el principio del predorso.De aquí resulta que el timbre de estos sonidos es bastante distinto: el de la s española es más grave y más palatal que el de la otra s. (La que yo decía).

Creo que ahora pueden intentar reproducir el fonema con propiedad. Y si se hacen un lío con las lenguas, sepan que, también, es pecado. Por mayor motivo.
Lo cierto, y por tanto verdad, es que la riqueza lingüística de Mongo es un bien que no deberíamos desdeñar y, mas bien poner énfasis en su conservación en tanto no deja de ser otro hilo de Ariadna que nos lleva a nuestras raíces históricas y culturales que, entre otras cosas son nuestras, y lejos de servir como señuelos para satisfacer los intereses de presuntos nacionalismos huecos, deben ayudarnos a encontrar en el pasado alguna solución valida para los problemas del futuro. Digo yo.
Aunque doy por sentado que la mayoría, sobre todo los no nacidos en la espesura del manglar, no podrán conseguir el sonido fetén, no por ello dejo en el tintero, la explicación de mi alevosía. No solo era obsceno el significado de ciertas palabras, también lo era su sonido.
Pero lo peor es que, en el Mongo actual, no crean que han cambiado mucho las cosas.
No se dice, no se escribe, asesinatos, centenares al año, no se dice crimen, decenas de miles, se habla, se escribe violencia de genero( aparte del genero neutro, del que también trata supongo, resulta que genero es el tipo del tejido, del paño con que se confecciona la ropa, artículos nada violentos en su origen), e incluso atenuando todavía mas el hecho, violencia domestica, como el gato o el mandil de la abuela(la relación entre el hogar y el crimen queda establecida, a la vez que se oculta su significado). Se cambia , se omite la palabra certera para usar un subterfugio que endulce, que oculte la realidad.
A pesar de ello , y ante la lógica ineficacia del viejo sistema de enmascarar las flatulencias con el agua de rosas, se acude a los misterios que, tanto juego han dado al personal en el pasado. Misterios gozosos, dolorosos, gloriosos y luminosos(estos son ignotos para mi), y en el Mongo aconfesional se crean otros nuevos, entre ellos el misterio de Igualdad. Si bien en su titulación no se aclara algo fundamental para dotarlo de significado, cual seria el oportuno añadido de igualdad ante qué o ante quien. Volvemos al lenguaje críptico, a los símbolos masónicos que todo el mundo entiende, menos un servidor. Ya que tratan otra vez de la “Guerra de los sesos” como nos temíamos. Y como antes , nuestra guía espiritual y fonética, sigue estando fuera de nuestro planeta, donde al misterio de Igualdad, complementan con otro de Libertad (en Mongo no había de esto, la verdad, y cuando llegó, tampoco nos dijeron para que era esa libertad. Cojita se quedó) y uno mas de Fraternidad, palabra sin sentido que aquí, además, está registrada a nombre de una compañía de seguros.
Así que a nuestra generación, la generación de Marx y Coca Cola, (En USA se llamó Ron y Coca Cola, cantada por las Andrews Sisters, para que digan que la censura no es algo universal), no le quedó mas remedio que adaptarse a la nomenclatura de entonces.
Los roles (palabra que en cuanto fue aceptada por la Academia de la Lengua, dejo de usarse) masculino y femenino establecían que la mujer era el sexo débil, y que ello era así desde tiempos inmemoriales. No aclaraban estos roles, si esta afirmación era valida solo a tenor individual o si era extrapolable al colectivo del genero en cuestión. Y esta ausencia resulta fundamental a la hora de comprender el dislate. En primer lugar, a titulo individual, la afirmación no resulta valida salvo en algunos casos particulares, nunca en la generalidad. En segundo lugar, el colectivo femenino tiene dos características que le prestan innegable superioridad sobre el masculino: Su supervivencia, su longevidad es entre cinco y diez años mayor, y además son mayoría. Son una mayoría natural electoral. Ahí es nada.
Estas diferencias que rompen la igualdad sin ningún misterio, es de esperar que, al igual que las masacres cotidianas de mujeres, tampoco, sean resueltas por dicho misterio. No quiero ni imaginar las soluciones que podrían ingeniar sus expertos para igualar(igualdad) el numero de hombres al de mujeres, o para que el voto femenino tenga una particular interpretación en la ley D¨Hont para que quede compensada la desigualdad que sufren los varones. No quiero ni pensarlo. Tendrán que acudir a los misterios luminosos. Por lo menos. O bien, a los expertos en semántica para encontrar nuevas palabras que satisfagan a todo el mundo, aunque sea distrayendo de las soluciones de verdad. Que haberlas haylas.

Para empezar llamar a las cosas por su nombre y apellidos, para que podamos saber de que estamos hablando, y para continuar, no queda más remedio que abandonar el viejo axioma de sostenella y no enmendalla y aceptar que puede servir el método de prueba y error, y probar todas las veces que sea necesario hasta que los criminales en general, y los que matan o hieren a sus parejas en particular, estén donde deben estar, y paguen lo que tengan que pagar. Pero no hay solucion que no incluya la prevención en primer lugar. La educación a los ciudadanos sobre la existencia de un problema intemporal como este, y la necesidad de proteccion de los mas debiles, en estas y en todo tipo de agresiones. La educación en la necesidad de denunciar los fallos del sistema, y en el deber de exigir soluciones.

Tan fácil como incluir estos capitulos en la asignatura correspondiente.

Y mientras germinan las semillas no está demas que cuidemos, y no empeoremos, las relaciones entre Adan y Eva.

Me voy a hacer un rosario
con tus dientes de marfil.
Para que pueda besarlo
cuando estoy lejos de ti.


P.D. La película de Godard, basada en un relato de Guy de Maupassant, habla de esa generación, de esos años, pero de otra galaxia. Bastante cercana, por cierto.

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