sábado, 5 de noviembre de 2011

COMO UN TORRENTE ( BALLESTER ). 5.-




















Es una película extraordinaria que casi me pierdo. 1958, Vincente Minnelli. Tan solo dos años después de que los ya talluditos supervivientes del grupo de Burgos pusiesen las cartas sobre al mesa para exigir aquello que habían expulsado del país, veintitantos años antes, ellos mismos., la democracia. Sorpresas te da la vida.

Su reestreno, tardío, en los años del VHS, y su título original, “Some came running” tan diferente al español, colaboraron sin duda, con la pérfida desinformación en la que seguimos inmersos. Ni yo mismo sabia, hasta que pude disfrutarla, la causa de que Frank Sinatra fuese Sinatra, Dean Martin fuese algo más que el borracho de Rio Bravo, el que recogía monedas en la escupidera del saloon; o el por qué Shirley Maclaine llegó a rivalizar con Kim Novak o incluso con Norma Jean, solo que en actriz.

Muy difícil te lo ponen si dejas pasar una generación, el tiempo de madurarla, aislado de aquellas pistas fundamentales para conseguirte un entorno mínimamente confortable, es decir creíble, coherente, algo con cierta pátina de verdadero que te permita ir atando cabos, cerrando círculos y seguir el camino del conocimiento que suele ir paralelo al de la vida de cada uno. Tan paralelo y tan cercano que, es suficiente dar un pequeño salto para disfrutar realmente de la herencia de todos los sabios que en el mundo han sido.

"Es muy fácil, si lo piensas
Es muy fácil, si lo intentas.
Es muy fácil, si te dejan..."

Esa es una canción de los Mitos, aunque el último verso se lo he añadido para rematar.

Lain Entralgo, antiguo responsable de ediciones de la Dirección de Propaganda durante los años de la autarquía – que ya tenían recursos para no llamar a las cosas por su nombre, ya – cesa en su cargo de Rector de la Complutense, igual que cesa como ministro su amigo Ruiz Jiménez, y tantos otros que aprovechan la ocasión para retocar o simplemente inventarse un pasado mas acorde con los tiempos.
Lain, afortunadamente, no necesita cargos ni favores para continuar su magisterio como médico ni como historiador y se aparta paulatinamente de aquellos círculos que necesitan savia nueva en el asunto de las bambalinas políticas, donde las luces y el vestuario lo son todo, o casi todo.

En ese apacible ocaso, tuve la fortuna de servirle como dama de compañía en una cena para dos en cierto colegio mayor, de cuyo nombre no quiero acordarme, donde dio una de sus magistrales conferencias, a las que ahora llaman monólogos los cómicos. Solo que él no era de los que intentan provocar la risa, mas bien compartir el conocimiento y la experiencia que le rebosaban como un torrente. Para mí, entonces, un abuelo amable y simpático. No puedo decir otra cosa, a pesar del gap aludido anteriormente, del decalage temporo espacial en que nuestra ignorancia se encontraba apaciblemente amodorrada.

Quizás en realidad era Some came running, quizás era como un torrente, quizás fuesen la misma cosa. No podía saberlo entonces, y ahora solo me atrevo a sospecharlo.

"Y has mirado tus libros
como miran los árboles sus hojas,
y te has sentido solo,
humanamente solo,
definitivamente solo
porque todo es igual y tú lo sabes".


La casa encendida (Luís Rosales)

En el mientras, Luís Rosales andaba perdido, huyendo de la sombra de sus amigos Federico García Lorca y Joaquín Amigo, colaboradores en la revista literaria granadina “ Gallo” y asesinados en el vórtice temporal del 36. El segundo, catedrático de filosofía del instituto de Ronda, fue arrojado por el Tajo, por partidarios de signo contrario al de los que ejecutaron a Federico.
Otra vez Ronda. A la que no tardaría en llegar Dionisio con Hexe, y donde la mismísima Metchild von Hesse Podewils iniciaría la traducción de Las elegías de Duino de Rainer Maria Rilke , en colaboración con Gonzalo Torrente Ballester, quién prologó y anotó la edición en Nueva Epoca.

¿Círculos concéntricos? O mas bien anillos como esos que los magos unen y separan delante de nuestros ojos, inocentes y atónitos, ante la evidencia de lo imposible.

Don Gonzalo cuenta que su afiliación a falange fue mas por consejo del cura de su pueblo, seguramente bienintencionado, que por las profundas convicciones que suelen arrogarse los poseedores de las ideas claras. De hecho, a su regreso de Francia, en el verano de las bicicletas – esa es de Fernán Gómez, otro que tal- tuvo que escuchar aquello de:

“¿No sabes que han fusilado a muchos de tus amigos?” obviando implícitamente la titularidad de los autores.

Torrente, dejando aparte su ilimitada capacidad para escribir buenas novelas, hasta prácticamente el final de su longeva trayectoria, y de la autoría de algunos libros, obligatorios en la formación política, plan de estudios del 57, que me tocaron en fortuna, me cae simpático por dos asuntos quizás marginales en su carrera.

(Continuará, y terminará, en la próxima entrega).




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