domingo, 28 de abril de 2013

PALANGANA GRATIS COMO HECHO DIFERENCIAL .- (PEQUEÑOS CAMBIOS PARA QUE TODO SIGA IGUAL).-



(Lampedusa dixit).

Demasiadas coincidencias, demasiado fácil la metáfora.

Pero tenemos que aprovechar que la indignación estimula la producción de denuestos, a borbotones, y quizás entre ellos podamos encontrar algún venablo eficaz.

Vemos la primera estridencia a la hora de considerar la política nacional (la oficial, porque políticos somos todos) como casa de lenocinio, en la  negación del sagrado dogma sobre cual es el oficio más antiguo del mundo. ¿Cuál de los dos?. Deberíamos plantearnos en justicia la atribución del adjetivo “más antiguo”, e incluso valorar pormenorizadamente los meritos de los aspirantes al título.

Al parecer, ambos tienen gran demanda popular desde los orígenes de la humanidad. Intermediarios en la gestión pública e intermediarios en la cuestión sexual. Me  encuentro sin ganas ni fuerzas, para mediar en la disputa (¿) o para negarles el carácter de utilidad social a cualquiera de las dos instituciones. Indiscutible esta utilidad.
El que tengan el desprestigio asociado a su tarea, creo que más allá de atribuir sus causas a la leyenda urbana, hay que  asociarlo a la mala prensa, a la carga negativa que soportan sus actores en la mala literatura, es decir al eco mediático de estos trabajadores a los que se supone una vida fácil y de beneficios incalculables. Aquí con evidente ventaja hacia los que ejercen el noble arte legislador-ejecutivo.
 
Si bien todos ellos tienen un trasfondo de opacidad, de ausencia de control en sus actuaciones, de puertas cerradas, de proxenetismos descarado, y de organización cuyo fin aparente es proporcionar placer pero… la mayoría de las veces, este queda oscurecido por el afán de enriquecimiento ilícito, que no duda en asomar públicamente sus evidencias de actividad criminal. La verdad es que entre los chulos y la madames de unas/os y los corruptos impunes de los otros/as no sabría establecer su nivel en el rango de dañinos, tampoco aquí puedo mojarme.

Pero es que la analogía es tan fecunda que daría para un ensayo, de esos que tan bien se venden en las librerías moribundas, sección sagas meridionales, al unir en el relato el dinero, el crimen y la pasión, que de todo hay en este asunto.
Para apuntar otro paralelismo, sugerido en el impactante  aviso publicitario, haré referencia a la principal industria del país, por no decir la única que nos queda, o por llamarla impropiamente, industria del turismo.
Al fin y al cabo oferta placer, también, y como es natural, lo hace en su mayor parte , y en connivencia con las otras dos, mediante el trabajo oculto, el dinero negro, los alojamientos irregulares, las facturas virtuales y la miríada de intermediarios, palanganeros, en medio de un descontrol que beneficia exclusivamente a los de siempre, a los ilegales. Que por cierto no son precisamente aquellos infelices a quienes se les ha colocado el sambenito de ilegales.

Se me dirá que “todos” los negocios del ramo están rigurosamente fiscalizados por los departamentos correspondientes, y que la mayoría cumple con sus obligaciones. Y no se me negará, porque es imposible, que las empresas de un determinado nivel, tributan, cuando no residen en ubicaciones paradisíacas a efectos de que el estado, nuestro, sirva de cenicero para recoger los restos de la fiesta. O que todos los camareros que cotizan cuatro horas diarias a la seguridad social, mientras trabajan doce, los que están cobrando la incapacidad temporal o definitiva, los que perciben el salario por estar parados, y simultanean a la vez que complementan sus ingresos, con el trabajo de la temporada alta, son inventados por los pesimistas agoreros, (cenizos) que buscan nuestra ruina. Los centenares de miles de propietarios que hacen su agosto (¿) alquilando viviendas vacacionales a precios  increíblemente desproporcionados, y mediante la misma simbólica aportación a las arcas del estado, el IBI y pare usted, también son ficticios.

Esa es la gigantesca industria del placer, la que mantiene, todavía, el país, basándose en otro dogma absurdo y tan pernicioso como falso. Que el dinero es bueno venga de donde venga y que lo importante es que se mueva. A la vista están los resultados.

Curiosamente esta última acepción de la venta de “relax”  libre de impuestos, la del turismo, es la que estimo más frágil de las tres. Aquí le otorgo el “más” incondicionalmente.

En cuanto comience a escucharse el zumbido de la marabunta, el despiadado crujir de las mandíbulas en las hormigas hambrientas, vamos a ver como la dama desaparece, como ese fenómeno industrial, pilar de la economía (¿) nacional, se vuelve evanescente y… si también me lo quitó, bendito sea su santo nombre.

Que posiblemente todo forme parte del mismo conjunto, intereses y defraudadores entrelazados en la mayor estafa imaginada, y lo peor de todo, consentida. Y que esta, la peor de las burbujas, la de la ceguera por omisión (de separar los parpados) continúa creciendo sin que hagamos otra cosa que jeremiadas como esta que suscribo. Eso es lo terrible.

¿Y lo del paro? dices mientras clavas en mi pupila tu pupila azul.
No es ningún problema, de hecho no es “el” problema, es tan solo la consecuencia del problema.
Y la razón, por encima de las consignas, establece que el fin “jamás” justifica los medios, salvo que estos sean criminales en grado y forma irrebatibles, y que el alivio de los síntomas, los efectos de la enfermedad, nunca evitarán que estos se reproduzcan o que termine con la vida del paciente. Tratando la causa, conocida por todos, un sistema político absolutamente ineficaz, posiblemente aparezcan las soluciones.

 

Comparados con ellos, la signora, la madama Renata es una santa. Seguro.
Comprobadlo en “La diligencia” de John Ford 1939, o en el cuento original, de Maupassant.
Veréis lo injusto que he sido en usarla como palanca de hoy. (Y es que, insisto, el fin no justifica…).

Por cierto que el título original de “Cuando ruge la marabunta” es, o debería ser, si llamamos a las cosas por su nombre: “La Jungla desnuda”, “The naked jungle” Byron Haskin 1954. De ahí a inventar todo un vocabulario, solo hay un puñado de años. (Y muy malas intenciones).


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viernes, 26 de abril de 2013

ALTERNATIVAS A LA SANIDAD PÚBLICA.- (25).



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jueves, 25 de abril de 2013

DEL DETESTABLE PALÍNDROMO Y OTRAS CUESTIONES DE RELEVANTE ENJUNDIA.-



In girum imus nocte et consumimur igni

 

Admitamos que cualquier lengua esotérica provoque el rechazo absoluto hacia el texto,  que obviamente impide continuar con la lectura. Me adhiero.
Si bien el uso del latín por parte de los brujos de la tribu, con fines plausibles como son el invocar a las deidades para lo de siempre, solicitar lo bueno y alejar lo malo, de la feligresía, puede asociarse en la primera lectura – intento de – con el esoterismo cuya finalidad no es otra que alejar a los profanos – casi todos – en la materia. 

Esta actitud perversora del lenguaje resulta tan habitual en cualquier entorno humano, que no merece otra cosa que ser compasivos con sus víctimas, nosotros.
Pero no es tan simple, tan liviana, la cuestión por la que hoy comenzamos en esta lengua muerta.
Resulta que es la lengua madre, el origen del medio a través del cual nos expresamos, y es de justicia, reconocer y agradecer los orígenes de cada uno.
Ya se que hay otros brujos en diferentes tribus, también en las vecinas, que predican con otros lenguajes basados en una religión anterior, y por tanto pagana, los nacionalismos. Y también que su auge es imperecedero, por más que Moisés intentase infructuosamente abolir los politeísmos fuente de desgracia para la humanidad, tan diferentes de los monoteísmos, por el contrario benefactores. (¿?). 
 
Pero no es correcto perder de vista nuestro horizonte vital, nuestras raíces idiomáticas, ni mucho menos las invocaciones del profeta Silvio, que no dudaba en adornar sus canciones, con gritos ancestrales,  vivas a Roma que, a la postre es la patria de nuestra cultura y de nuestra lengua. Aunque no tengo claro que Silvio se refiriese a esta acepción expresamente, ya que también pueden escucharse sus vivas a la benemérita y hasta a los extranjeros.
 Como no dejó escritas las interpretaciones de estos mensajes supraluminales, y todavía no ha aparecido un acreditado sucesor que nos lo explique, permitidme que me quede con la parte de mayor interés. Viva Roma, que es nuestra madre.

Si bien los nacionalismos fijan el punto de partida de cada grupo, en el momento y personaje histórico de su conveniencia, y yo siempre he sostenido que como Viriato- el pastor lusitano- ninguno, que no necesito ningún otro. Querido instrumento de penitencia autoinfligida al clavar sobre nuestros omoplatos el casco de su cabeza tallada en las sillas estilo remordimiento, características  de mi patria, que es la vuestra.  Pero mejor vamos a buscar el común denominador del asunto, y seguramente encontrarlo en el principio, el latín.

De lo absurdo de los lenguajes, de las lenguas muertas, o las que nacen como renglones torcidos que tienden hacia la evanescencia, tenemos una prueba excelente en el párrafo inicial.
 Figuraos que es un palíndromo, según las reglas del juego:

“Un palíndromo (del griego palin dromein, volver a, ir hacia atrás) es una palabra, número o frase que se lee igual hacia adelante que hacia atrás. Si se trata de un número, se llama capicúa.”

O sea, con todos los respetos, si es que para ello hubiese lugar, una soberana estupidez.
Si. Probad a leerlo al revés y veréis que suena igual, y que además, igualmente resulta incomprensible.
Salvo, claro está, que tengáis al lado un intérprete benefactor, como es el caso, que nos traduzca la frasecita y ponga de manifiesto su enjundia, que la tiene:

"Damos vueltas en la noche y somos consumidos por el fuego"

No consta el nombre del palindromista, autor de este extraño “Verso del diablo”, si bien a lo largo de los siglos,  los diferentes amanuenses de la cosa han intentado interpretar su sentido en función de los intereses de cada tribu.

- Describe el comportamiento de las polillas, para unos. Y estas nos lo estarían anunciando en primera persona del plural. Son muy suyas.

- Otros entienden que no es otra cosa que una adivinanza de solución cristalina. La antorcha.

- Y los más, que no necesitan ser identificados, puesto que en la virtud llevan el pecado, insisten en que estamos hablando de “Los demonios”.

Yo, como la mayoría de lectores, espero, vemos tan claro el mensaje, observado desde nuestra propia insignificancia, que no consideramos necesaria su traducción. Como diría Silvio: “Soy tan católico, que no necesito ni practicar”. Solo con mirarme al espejo cuando me afeito – Narciso me abandonó en la infancia – veo en el azogue una polilla desdichada, abrasándose en la exigua llama de la frágil antorcha que, sin duda, se apagará antes de terminar la noche.

De los demonios sigo sin tener noticias. Aunque las fotografias que os muestro pertenecen a la serie "La mirada del diablo" yo mas bien lo veo en aquellos a los que va dirigida.

El que se haya usado durante quinientos años - los que recién cumplimos-  a modo de castigo, una lengua a la que debemos reverencia como es el latín, justifica en parte que esta sea un cadáver. Sobre todo si consideramos que con ella, con sus ininteligibles versos se ha azotado de forma inmisericorde a los relapsos, a los creyentes y sobre todo a los ingenuos que pretendían, y siguen pretendiendo, demostrar con ello su pureza de sangre. Es decir a todos.

Ahora bien, por mi parte, y sin echar mano al talonario de magnificencia ni al de la misericordia, he perdonado hace tiempo todas las barbaridades cometidas con su nombre, no en su nombre, y renunciando a cualquier tipo de hostilidad al respecto, asumo el derecho a la legitima maternidad de esta lengua exquisita, de la que el pop desgraciadamente apenas se ha beneficiado - el “Kyrie Eleison” de Los Albas, dejaba mucho que desear - y dormiré en paz, mientras pueda hacerlo, recordando esa frase tan magnifica:

In girum imus nocte et consumimur igni

Otra cuestión, radicalmente diferente es el concepto que tengo de los palindromistas. Son unos  pamplinas, sin duda alguna.


P.D.- También la frasecita, es el título de una película. Documental de 1978, de Guy Lebord. País de origen Francia. Asunto, la política. (Que curioso). No la recomiendo, todavía, al no existir subtítulos en la lengua con la que realmente nos comunicamos. Esta.

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domingo, 21 de abril de 2013

La mejor historia está siempre en la mente del lector.-



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martes, 16 de abril de 2013

SATÁNICAS MAJESTADES.-


Versión 1





Infringiendo la ley.
Concretamente la LOPD de 15/99 de Protección de datos de carácter personal.
En teoría, secreto de confesión. En la práctica, tengo sus historias clínicas en mis manos y ardo en deseos de contároslo.

De entrada os diré que cumplen este año los setenta, salvo uno que lo hará el próximo y otro que ya no podrá hacerlo.
Fuman: Si   Tabaco: Tambien
Beben: Si   Licores: Tambien
Habitos toxícos: Si. Alguno presume de haberlo dejado.

Dentadura postiza: Si .  Fija. Implantes o completa.
Las enfermedades individuales son privadas de cada uno y por tanto no voy a referirlas, a pesar de que mola saltarse la LOPD.
Si os digo que uno de e llos está anticoagulado y otros dos antiagregados,  de los cuales uno tiene doble antiagregación por un stent reciente.
Tres de ellos sufre de hipertensión, dos de diabetes (solo con antidiabéticos orales oyes), y los lípidos los tienen bastante bien, tan solo hay uno en tratamiento por la cosa del colesterol.
Dos, toman antiarritmicos.

 
Hiperuricemia ocasional, insuficiencia renal crónica en estadio moderado-leve. Enfermedad pulmonar obstructiva, sleep apnea (roncan), estas la tienen casi todos.
Caderas y rodillas, luxaciones y prótesis, varias, aunque mis fuentes son apócrifas, y escasamente fiables.

Ni más ni menos que la media de los padecimientos de las personas de su edad, y de los que tendremos los que consigamos llegar a ella.
Solo nos diferenciará, la vida intensa que han llevado, y la que les queda por delante, el llegar hasta ahí con ganas y capacidad de hacer lo que les gusta.
Nos asemejamos en una sola cosa, aparte de las inevitables goteras después de la pertinaz lluvia, y es en el placer compartido al disfrutar de su música. Ellos arriba y nosotros abajo. 
Y que no se detengan.


Versión 2


Sus satánicas majestades-

No marcharon a Italia el 13 de abril, ni lo harán en todo el año. Si, resultará fácil verlos en Londres, donde tienen domicilio conocido.
De verdad que los aprecio, a los Stones, claro, pero como todas las dinastías que se prolongan en exceso tienen la inevitable consecuencia de hacerse viejos, de hacernos viejos. 

Para una corriente musical, o para un jefe de estado no dictatorial, veinte años de podio ya están bien, treinta quizás sean un exceso. Más allá solo consiguen el anquilosamiento de la afición, el deja vu y la desesperanza, sobre ciertos cambios higiénicos, tan necesarios para las aficiones y para las naciones.
Lo de dejar herederos, ADN mediante, no suele funcionar. Ni el chico de Lennon, ni el de Zappa, la de Sinatra o la de Nat King Cole – sin ley sálica de por medio- pudieron hacer otra cosa que intentar vender el apellido paterno. Y exclusivamente en un mercado para nostálgicos que dudan entre mantenerse en la eterna infancia de Peter Pan o el descarado regreso a los clásicos eternos (oximorón, con perdón).
Dinastía que pasó dejando recuerdo glorioso, la de King Crimson, un gran rey en su corte. Otro que sin embargo va por mal camino, B.B.King  va a conseguir ser embalsamado en directo junto a su, y nuestra, querida Lucy.

 

¿Por qué no harán caso a los consejos de sus mamás (memorias de Miguel Rios) sobre el mal gusto que van a desvelar  a sus fieles muriendo en el escenario?

Observad, comprobad, y discrepad si sois capaces.






P.D.- Obviamente, las fotos no son recientes. Ya sabeis que los artistas usan imágenes de sus mejores años para emular al personaje de Oscar Wilde. (Dorian para los amigos).






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miércoles, 10 de abril de 2013

MUÑOZ MOLINA EN EL TEATRO KODAK.(Donde los Oscar).-



La de cal y la de arena.- 



Suponemos que ambas son necesarias, y que la argamasa necesita una proporción tan estricta de la mezcla, que excluye la posibilidad de que una de las partes aislada pueda tener la mínima utilidad. De ahí, supongo, el referirnos a la paletada de cal y a la de arena como algo cuya alternancia llena de sentido, o al menos hace soportable, nuestra vida.


La cultura maniqueista, base de nuestra educación, exige que la virtud y el pecado sean inmiscibles, que el bien y el mal estén separados por barreras infranqueables y que estemos obligados a etiquetar las personas, y sobre todo, las cosas, como buenas o malas. Y además, ello es conveniente para no someter la mente a esfuerzos perniciosos, más allá de la novela, el encuentro de futbol –lo de llamarlo partido deberían prohibirlo para no confundir al personal con el otro, el que detenta el poder- o la serie televisiva.


Por ello, seamos ortodoxos y dejemos de incordiar.
Además, Marifé ya lo dice bien claro: 

Torre de arena
que mi cariño supo labrar.
Torre de arena
donde mi vida quise encerrar.
Noche sin luna,
río sin agua, flor sin olor...
Todo es mentira, todo es quimera,
todo es delirio de mi dolor.

Torre de arena  (Marifé de Triana) (Próximamente en nuestras pantallas).

La arena es la mala, por si no os habíais dado cuenta.
Igualito que la etiqueta C.V.C. en los vinos de marca, aclarando que es el Conjunto (es decir los restos) de Varias Cosechas, cuyo año de producción no figura entre los agraciados por los expertos con el adjetivo de excelente, condenándolos, por tanto, al nivel más cercano al de la frasca o incluso  de la garrafa.
La cosecha cinematográfica de este año, pertenece desgraciadamente a esta categoría, C.V.C. o si lo preferís, a la paletada de arena.

 
Terminas de cumplir con tu afición, ante la remesa que te presentan los artistas y quedas con la sensación deprimente de haber perdido el tiempo, y el dinero, de la manera más lamentable.
Solo perdono el “Amour” de Haneke, y lo hago exclusivamente porque todavía no me he repuesto de la sorpresa, ante la filmación, con excelentes actores por medio, de la inevitable tragedia crepuscular que cierra el ciclo vital de uno de cada dos ciudadanos en la europa decadente y senil que nos ha tocado en el reparto. 
Con lo bonito que era el melodrama de antes, y lo saludable  que las lágrimas lavasen los conductos propios, en la oscuridad de la sala idem, y ahora lo que se lleva es esto, puñetazo en la boca del estómago (antes, plexo solar) y la constatación de tu indefensión ante la nueva putada con que nos obsequia el Haneke. 

Y conste que aunque la de la cinta blanca ya fue espeluznante, sobre todo considerando que si los niños son  tradicionalmente la esperanza de la humanidad, los presagios resultaban amargos,  no era comparable en intensidad a la previa paliza moral que nos asestó, al shock anímico que sufre el personaje – cualquiera de nosotros- en Caché. Nos vuelca encima las terribles consecuencias que pueden tener sobre el prójimo, la más pequeña de las innumerables estupideces que hemos hecho, inconscientemente a veces, a lo largo de nuestra vida. Tan terribles que hacen venial al pecado original, ese que tiene tanto predicamento.  Por eso, porque todavía guardo la desazón, recordaré Amour como lo único salvable de la cosecha anual, realmente de arena.

El resto de títulos no merece ni ser nombrado, no vaya a ser que alguno piense que porque se hable de ellas o porque tengan media docena de muñecos dorados, puedan ser consideradas películas que vayan más allá del cine televisivo propio de la tarde de los domingos. Telefilmes infames cuando las series no existían como tales. Con la particularidad de pertenecer, casi todas al subgénero de moda, el falso documental, que viene a ser al cine lo mismo que la novela histórica es a la novela. 
Nada de crear unos personajes con su correspondiente entorno, que es fatigoso para el que escribe y realmente duro para la mente del espectador, acostumbrada a disponer de las claves, cuantas más, cuanto más digerida esté la píldora que os danMary Poppins ya lo sabía - mejor.

Solo que, la oferta insiste en argumentos seudohistóricos, manipulados convenientemente al gusto de la corriente sociopolítica imperante, un cierto grado de progresismo, otro de salsa patriótica, que diluye los pasajes  inevitables de las víctimas inocentes (daños colaterales en el argot), y ale chicos, todos al cine, que el Reader digest ya no tiene apenas seguidores, y la tele está pensada en exclusiva para los partidos, sean los de futbol, sean los otros.
 
Total, que convierten en un absoluto desperdicio, que no traerá nada bueno, las costosísimas puestas en escena , los sofisticadísimos medios empleados – la vida de Pi si que me ha gustado, otra excepción que no rebate la norma general- y la docena de excelentes actores que todavía sobreviven en este circo.
 
Una salvedad debo hacer, un fragmento de mica brillante en el montón de arena, la belleza de la actriz a la que obsequiaron con el Oscar a la mejor - este año todos lo fueron, obsequios-  Irreconocible protagonista de “Huesos de invierno” y si el título os parece fuerte, probad a verla, “Winter bones” y me lo contáis. Aunque ahora, en la comedia romántica y musical, que pretende serlo, brille como algo con que Hollywood andaba racaneando en las últimas décadas,  las actrices guapas.
Y es que, además de la propaganda, del encumbramiento como sex simbol de alguna chica discretamente mona, o sencillamente hija de este o kuki de aquel, además del maquillaje y la promoción, es necesaria una cara realmente guapa, para hacernos soñar frente a la pantalla, que es a la postre a lo que hemos ido. Ojo a esta chica, de la que no os doy el nombre para que no me suceda lo de siempre, que me la levantan en cuanto me descuido.

 
 La de cal,  también sirve para intentar hacer desaparecer los cadáveres, y  sin embargo es la parte aglutinante de la mezcla, la que convierte a la escurridiza arena en soporte digno para la pizarra, para el ladrillo, o para el granito, permitiendo edificaciones duraderas y haciéndonos sentir que todavía hay cosas solidas, en las que podemos confiar.



La de cal ha venido este año gracias al texto escrito, a esa cosa indefinible a la que llamamos libro, y a la pluma, o más bien al teclado, de Muñoz Molina, el futuro nobel en lengua española, o al menos el futuro merecedor de semejante homenaje.
Una novela histórica – mentiré, intentando que la lean los que pierden el tiempo con ellas- ambientada en ese pasado tan reciente que no está escrito, como tampoco lo está el futuro inminente, y sin embargo no necesitamos acudir a adivino alguno “ prevoyants del avenir” para percibir su aroma pestilente.

Lo que antes era sólido,  un título, una oración difícil de digerir al quedar el sujeto ausente y sobre todo desnudo. Desconozco, aunque sospecho, a que se está refiriendo, hechos, personas o cosas, y cuál es el ropaje evanescente que visten ahora.
Gracias a disponer de mentes tan privilegiadas como las de José Antonio, y al fruto producido por  sus horas empleadas en la hemeroteca, las labores de escarda, aporcamiento, poda y fumigación de las crónicas del periodismo de los últimos treinta años en nuestro país, podemos disfrutar de semejante cosecha en momentos de auténtica sed de pensamiento, de moral en su acepción ética, y de sentido común, para descubrir disfrutando que alguien reflexiona como nosotros deberíamos hacerlo, y que además de hacerlo en modo superlativo, lo escribe para los que quieran aprender de nuestra propia ceguera durante estos años.
Y ya no se trata de que lo escriba con el brillo del que anda sobrado, o que intente poner en negro sobre blanco aquello que fue real o que dejó de serlo, según la mirada de cada observador, se trata realmente de un ensayo imprescindible del aquí y del ahora y de lo necesaria que resulta al memoria cuando todo a tu lado es silencio –ruido- , y olvido.
Me emociono leyendo, y releyendo como hemos podido estar tan ciegos, y como seguimos con la venda frente a los ojos en estos momentos de peligro.

Figuraos como estaré de beneficiado por su lectura, como será mi deuda con el autor, que he decidido comprar el ensayo, después de haber podido leerlo gracias al préstamo de esta nuestra biblioteca alejandrina que es internet, y aparte de recomendarlo fervorosamente, cosa que hago en estos momentos, considerar que a veces, el disparatado precio que hay que pagar por los libros, es solo la minúscula propina que dejamos en la mesa después de una excelente comida, de esas en las que todo ha estado tan perfecto que el  importe de la cuenta  resulta insignificante en relación con lo que hemos recibido. Y esto es tan extraordinariamente difícil que ocurra, como el valor del libro que no termino de leer, que me obliga a releer la página, el capítulo recién terminado, y a asombrarme de que todavía pueda disfrutar con la inteligencia ajena, esa que todos creemos inexistente.
La de cal. Recomendable.

Los que no gusten de escuchar a los profetas anunciando el antesdeayer, abstenerse.


 
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