domingo, 23 de mayo de 2010

JOHNY GUITAR. SERIE MUSICAL. (AUNQUE NO LO PAREZCA) Y III.



-------------------------------------------------------------------------------------------------------------DESDE LA SILLA DE GLENN GOULD HASTA EL REVOLVER DE JOHNY GUITAR.
(CON UN BILLETE DE SOLO REGRESO)



—¿A cuántos hombres has olvidado?
—A tantos como mujeres tú recuerdas.
—¡No te vayas!
—No me he movido.
—Dime algo agradable.
—Claro. ¿Qué quieres que te diga?
—Miénteme. Dime que me has esperado todos estos años. Dímelo.
—Te he esperado todos estos años.
—Dime que habrías muerto si yo no hubiera vuelto
—Habría muerto si tú no hubieras vuelto.
--Aunque sea mentira, dime que me sigues amando. Dime que me quieres todavía, como yo te quiero.
—Te quiero todavía como tú me quieres.
—Gracias. Muchas gracias.



¿Es un western? ¿Es un melodrama? ¿Es la adaptación de una tragedia griega?
¿Quizás una historia de amor?

Francamente no lo se. Para mi ha sido todas esas cosas, y lo ha sido sucesivamente. Después de cada revisión, me enfrentaba a una sensación diferente. Como si el transcurso del tiempo fuese sedimentando en mi memoria el aura de los personajes en esos momentos en que no aparecen en escena. En esos intervalos invisibles en los que hacen, dicen y piensan todas esas cosas que no caben en el guión ni en el tiempo limitado de la proyección. Y la ultima sensación que me provoca, hasta hoy debo decir, es la que todo lo que cuenta no es si no el reflejo de otra historia, de la verdadera, en la que los buenos siguen siendo buenos, pero los malos son infinitamente mejores.

Todos los que van pereciendo, lo hacen después de dejar una huella en el espectador, una justificación sentimental para explicar por que hacen lo que hacen y por que se dejan matar.
Nunca los secundarios fueron mas protagonistas, y nunca en cine la malvada, Mercedes McCambridge, dio cien vueltas a la estrella oficial, Joan Crawford, hasta el punto de que, según los evangelios apócrifos de Hollywood, la triunfadora en el guión fue la perdedora en el plató. Llegando a introducirse con unas tijeras en el coche-camerino de la McCambridge y destrozarle todo el vestuario, tras el rodaje de una escena en la que hasta los focos se fundieron de placer ante la interpretación que estaban iluminando. Me queda volver a verla, para intentar descubrir la escena en cuestión. Y no es fácil, no.
Yo encuentro al menos media docena en las que esto pudo suceder.

Mientras el buenazo de Johnny, un santo, se limita a ser el espectador de todo lo que sucede ante sus narices. Y poco más. Como la vida misma.
Para seguir luego el actor, Sterling Hayden. la senda de tantos otros, McCarthy mediante, y terminar rodeado de buen vino y mejor coñac en una gabarra del Sena, a la espera de que Bertolucci lo llamase para protagonizar Novecento.
Pero esa es ya otra película.



Pistas para no perderse.-

-El síndrome o trastorno de Asperger es un trastorno neuromental que forma parte del espectro de trastornos autísticos. Glenn Gould falleció a los cincuenta años de edad... Uno después de hacer lo que hizo.

-Johann Sebastián Bach, con su Tocata y fuga en Re menor, tendrá siempre un lugar de honor en mi memoria sonora. Y no solo por el titulo de la pieza que ya es sonoro, ya. Intentad pronunciarlo y lo entenderéis.
Si vais a escucharlo, que sea en soledad, con el volumen alto, y a ser posible en noche de luna llena. A continuación recomiendo leer “El cuervo” de Edgar Allan Poe, antes de irse a la cama.

- La abuela cocina rico porque es abuela. La nieta, o el nieto, tendrán que esperar un poco hasta conseguir algo parecido.

-McCarthy, senador. Ha pasado a la historia como el malo por antonomasia de los malos republicanos (americanos, no confundir). Siendo solamente un funcionario que hizo todas la barbaridades que sus superiores le ordenaron y toleraron, durante décadas. Luego la propaganda hizo que todo el peso recayese en un solo nombre y si te he visto no me acuerdo.

-ECM. Discográfica alemána donde Keith Jarrett grabó “El concierto de Colonia”, imprescindible, y cuyo lema era algo así como “Mejoramos el sonido del silencio”.

-Los Indios Tabajaras, no eran indios ni tabajaras, y gran parte del merito de sus guitarras eran los hábiles filtros de los estudios nortemericanos. Pero, a pesar de ello, o gracias a ello, me siguen gustando.

-Spotnicks y su sonido de hojalata. Suecos que hicieron florituras musicales, que son como floretas sonoras, con sus guitarras impostoras. Toda una sinfónica en un gigantesco calambre que incluyendo todo tipo de diabluras nórdicas.- supongo que tocaban tan rápido por el frío- llegaron a tener el atrevimiento de grabar “Spanish Gypsy Dance”. Un amago del más universal de nuestros pasodobles, cuyo nombre desafio descubrir a los interesados...

- Mercedes McCambridge. Es el prototipo de actriz secundaria de los años dorados, que tuvo la desgracia de borrar de la pantalla a todo actor que aparecía a su lado. Y Hablo de James Dean, de la Taylor y de todos los clásicos. No me extrañaría que pusieran como condición, no volver a compartir cartel con ella.

-Dorian Gray, soy yo. (Eso dijo Oscar Wilde). Y todos aquellos que consideran el paso del tiempo como una maldición, cuando en realidad….
Obligatorio leer “De Profundis” de Wilde. Es el mejor libro religioso que he leído. Y va sin segundas.

-Las albóndigas de Ikea. Horrorosas. No cometáis el error.
Sin embargo la estantería Billy si que os la puedo recomendar. Tambien sin segundas.

- La silla de Glenn. Una desvencijada silla de madera con respaldo y casi sin asiento, con las patas recortadas que hacía que le quedara la nariz a la altura del teclado. Nunca tocó sentado en otra. Su padre la construyó especialmente para…. jugar a las cartas.

P.D.-
Doble click en la partitura. Luego imprimir. Después tocar. Es bastante facilona.

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1 comentario:

  1. Sencillamente, magistral.
    Y sí, voy a escucharme la Tocata y Fuga en Re menor la próxima luna llena.

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