jueves, 16 de diciembre de 2010

ESTAMOS EN LO MEJOR DE LO PEOR 3.-

3º Borrador de la carátula
-------------------------------------------------------------------------

Realmente los buenos músicos, y mas si son cantantes, se caracterizan por ser tan excelsos que al tercer compás, ya no nos fijamos en lo que nos dicen si no en como nos lo dicen.

Y mas nos vale, porque hace tiempo que he dejado de pelearme con el significado de las letras de Silvio, que sin duda habrán tenido un sentido en sus primeras formulaciones, pero que el artista, a través de su repetición insomne, ha sabido destilar con el toque del genio surrealista que tanto admiramos, hasta dejarlas en algo tan hermoso que, como las películas de David Lynch, ya ni siquiera nos planteamos que es lo que nos ha querido decir. Es absolutamente inútil el intentarlo.

Hay sorpresas, como siempre. Y no es romper el encanto de su aparición inesperada si, como dije al principio, para algunos no serán tales, porque no las encontrarán, al estar en una onda diferente de la suya, -TDT adictos abstenerse-, mientras que, escuchando con cierta atención, y haciendo “voces” con el cantante, otros descubrirán las emociones del Shan gri Lá, el país de la felicidad. e incluso cantarán el más maravilloso de los himnos marianos, el “Ave delle die tua Maria” (dientua para otros) a la par que alguno de los acólitos del coro. Background vocal lo llaman los expertos del disco, pero no me hagáis mucho caso.

Descubrimientos, incunables, hallazgos incalculables que no puedo ocultaros sin incurrir en el peor de los pecados, el que no tiene perdón, el privaros de algo que es vuestro y, me atrevería a decir, de nadie más. “Los Pedrones”.

Lo que estáis leyendo. La autentica leyenda musical, el grupo por excelencia que, como los ojos del Guadiana – va por ustedes- desaparecía por encanto para volver a reaparecer cada vez que alguien, realmente necesitado, los invocaba. Como el Hombre Enmascarado, pero con saxofón.

Ciertamente que llenaba el solista con sus ensayos, mis oídos en los atardeceres del estío, cuando la faena había terminado y el metal sonoro retumbaba en los corrales que lindaban con el mío. Ciertamente tambien, que el artista guardaba un secreto en su casa, una perla que como el buen paño, en el arca se vende, y que cuando fuimos conscientes de ella, ya fue demasiado tarde para todo lo que no fuesen las amargas lamentaciones (esa era de Fassbinder, para otro día).

No obstante, como podréis comprobar, además de recuerdos, he podido recuperar para vosotros, gracias a ciertos contactos portugueses, lo que queda de una cierta gira que el grupo – de dos- hizo por los pueblos limítrofes con el país vecino, siendo contratados para tocar un verano en bolos festivos que los llevarían a un modesto estudio de grabación, donde editaron un sencillo con el nombre de “Os Incriveis”, del que os ofrezco la cara “A” que es la única que he conseguido. Y no hace falta que os escriba el titulo. Inconfundibles, a pesar de los arreglos innecesarios, de los primeros acordes impuestos por el productor.

Seguro que la repetiréis hasta fastidiar el disco, por lo que os ruego que hagáis copia de seguridad antes de amolarlo.

Algún tema de banda sonora, tambien se ha colado. Y si digo que es de Berlanga no es porque quiera homenajear a quien tantos ratos buenos debemos. Más que nada porque creo que algunas figuras no necesitan homenajes ni dedicatorias, ya se encargan ellas de estar y seguir estando después de su partida; para nuestro disfrute. Se trata de un pasodoble, inspirado en la marcha Radetzky, de cuando el imperio austrohungaro. Y, al estar interpretado en esta ocasión, por los genios de Utrera, creo que gana bastante.

Concesiones a lo políticamente correcto, a permitir que la peor de las censuras, la del límite impuesto por la ridícula capacidad de este formato anticuado, 80 minutos, o 29 cortes, me obligan a ir suprimiendo rumbas. Una tras otra hasta dejar una única, testimonio de la docena larga inicial, las que me alegran el espíritu por el medio mas directo y económico que conozco, el ritmo contagioso de las cajas y djembeles. No las mantendremos en el ostracismo por mucho tiempo. Es deuda.

Hay otra canción, de genero tan inclasificable que no me atrevo a definirlo como rumba o como pop, pero que hoy cualquier experto no dudaría en llamarlo Vintage, Indie, o Grunge, Lounge e incluso Chillout si el gintonic va cargadito, pero que, en todo caso me induce a bailarlo cada vez que lo escucho. Me reconcilia de paso con la cantante, injustamente denominada folclórica / yé yé, con la voz peculiar de los que conservan las vegetaciones en la madurez, una voz adenoidea que presta una especie de sordina al timbre que sin ese extra probablemente seria de lo más vulgar. Si os fijáis encontrareis una docena, al menos, entre los grandes cantantes, con esta fonación característica.

Esta mujer tenía voz y tenia simpatía, y alguna canción, como esta, que merece la pena sacarla del baul cutre de la televisión en blanco y negro.

Recuerdo un enamorado suyo, un hombre mayor, mocito él, o sea célibe, que se quedaba extasiado en el bar frente al televisor cada vez, y eran muchas, que la sonrisa de esta chica llenaba la pantalla. Hasta que un mal día, algún gracioso tuvo la infeliz idea de hacer unas risas con su comentario envenenado.

-¡Hay que ver como sonríen algunas por dinero. Todas son iguales!-.

Romeo se dio la vuelta y con la cara crispada, intuyendo la mayor traición, Preguntó:

-¿Cómo?.¿Es que ella no es así?. ¿Es que lo hace solo porque le pagan?.

No hubo respuesta. Solo un silencio de esos que se cortan, entre la risa contenida a duras penas y las ganas de alguno de poner en evidencia, o algo más, al delator.

Romeo nunca volvió al bar aquel. Y dudo que volviese a ver la tele. Dos desengaños eran más de lo que su corazón podía soportar. Y el primero era secreto. Siempre creyó que la chica estaba loca por él.

Desde entonces asocio esa cara con su sonrisa, falsa, y con la ingenuidad que sigue moviendo el mundo. Afortunadamente.

------------------------------------------------------------------------------------



No hay comentarios:

Publicar un comentario

Opinar es una manera de ejercer la libertad.

Archivo del blog