domingo, 18 de diciembre de 2011

PROGRAMACIÓN MUSICAL DEL 2012.-(Episodio 2.-).






TEMPUS FUGIT,AUNQUE LA MÚSICA SIEMPRE VUELVE.



Pero, antes de continuar debo contaros un par de impertinencias tecno-catastróficas de cuyo conocimiento no quiero privaros.
La primera ha sido la constatación del nivel chapucero, habitual e inherente a los aprendices de mucho, maestros de nada, -sabéis de quien hablo- que ha ido dejando algún tema misteriosamente inacabado en ediciones de años anteriores, al menos en las copias finales, ya que en los masters originales que buenos dineros me cuestan – El Marques de Leguineche en “La escopeta nacional”- yo siempre los escuchaba en su integridad hasta el último segundo.

Parece ser que, la causa no era otra que la presumible estulticia de las molestas sanguijuelas de las majors, aka discográficas, que pretendían imponer unos artilugios anti copia que solo han servido para eso, para acortar un par de canciones que, de paso permitieron incluir alguna otra en el espacio vacante del disco. La botella medio llena, siempre. Corregido el filtro en la edición presente y en las futuras. Hasta que se les ocurra otra vuelta de tuerca al ingenuo-tecno-sadismo, solo apto para incautos.

por desgracia está viviendo
justo al lado, ay...
justo al lado, pero...
bien al lado... ay ay ay...


La segunda, ha sido la mayor de las desgracias que podría ocurrirle a un aficionado a la arqueología musical como es mi caso. La rotura irreversible del disco duro donde almacenaba miles de canciones, películas, textos, comics, fotos…Snif. Snif.
El disgusto me condujo a tal estado depresivo que a punto estuve de darme a la bebida o incluso a algo peor, a encender la tele para seguir la campaña electoral. Tan solo recuperé parte del habitual nivel del estado anímico - que ya es bajo, ya- cuando comprendí que una nueva era se abría para la investigación en el terreno del stock musical, ya que aparte de lo mucho peor que debió ser la perdida de la biblioteca de Alejandría – que solo recogía una ínfima parte de la sabiduría que almacenaba mi disco duro- y que es un triste consuelo; la mayoría continuará sonando, de manera interminable y simultanea, dentro de mi cabeza – pobres neuronas- de modo que será cosa de ir separándolas para poder disfrutarlas una a una y compartirlas con vosotros, si aguantáis el desafío.

Me estoy muriendo
y tú como si nada
como si al verme
te alegraras de mi suerte.



Como suele ser habitual en estas selecciones, encontrareis media docena de piezas que no solo las conocíais ya, sino que casi olvidadas, os harán revivir tiempos pretéritos, que no mejores.
Ante el presente glorioso todo lo demás es la sombra brumosa de las peores pesadillas, la del ayer perdido para siempre, como debe ser, y la del por llegar que, cuanto más se acerca, más antipático parece a la mayoría. Y todo por los conceptos erróneos que nos inculcaron cuando entonces. Ya os digo que el presente hayquevivirlo, y no me hacéis caso.

Marguerita Margueró
le pido un trago de cerveza,
dice no con la cabeza,
Marguerita Margueró.


Otra media docena, y el número de doce, santo, como el de diez - misterios- o incluso el de nueve –novenas- o cinco –quinarios – son realmente confortables para los que no queremos crearnos más problemas de los imprescindibles y consuetudinarios.
Esta otra mitad estáis hartos de escucharla, aunque su calidad o la osadía de los que se atrevieron a cambiar el envase, con arreglos, voces o irreprimible hiperactividad sonora, os permitirán esbozar una sonrisa, o dos, e incluso emular el correspondiente karaoke.

Nos quedan luego, otras tantas, docena y media que, a buen seguro no os sonarán de nada, todavía. Y ese hándicap, esa barrera infranqueable para los conservadores que se niegan a conocer, a valorar, a apreciar algo nuevo por el simple hecho del tremendo esfuerzo necesario, y porque abandonar el mando a distancia de la tele mas de quince minutos puede desencadenarles un episodio de gran mal, donde las convulsiones generan una emergencia que obligará a buscar la causa, el culpable y la consiguiente demanda indemnizatoria. Ahí no me busquéis. Pasad a la canción siguiente y perdérosla para siempre. Aunque me temo, que si os atrevéis a castigar vuestras manos, inclusive con artilugios inquisitoriales, para que se estén quietas, y las escucháis un par de veces, estaréis condenados a tararearlas durante una larga y feliz temporada.


P.D.- Hoy, en la foto, los King Pins. Autores de la única canción en idioma ajeno . Luego vereis que no es tan ajeno y que su probable desconocimiento es circunstancial. Ya pertenecen, tambien, a la familia.




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