jueves, 22 de diciembre de 2011

SIN IMÁGENES NO HAY PARAISO.-


PROGRAMACIÓN MUSICAL DEL 2012 (Episodio 4).-

La verdad es que encuentro válida la comicidad sencilla, la intemporal, la que huye del sarcasmo y del menor atisbo de molestar a nadie. El exceso de ingenuidad y las situaciones basadas en hechos intrascendentes, de esta selección, despiertan toda mi simpatía. Supongo que esa es la línea, y su objetivo la sonrisa que, entendida como puerta a un ratito de bienestar, bien vale una misa..

Otro asunto, benéfico también, es el esperpento de aquellas situaciones tan exageradas en su dramatismo que terminan por resultar risibles. Digamos que gozan de doble lectura y ambas son válidas. Como las máscaras del teatro griego divididas en esas dos mitades, que todos llevamos dentro, el placer y el dolor.

Por supuesto que no debemos buscar demasiada trascendencia en estas piezas musicales en extinción, llamadas canciones; pero no está demás comprobar cuanto de ellas nos produce atracción y cuanto nos deja indiferentes. No nos cansaremos nunca de aprender a conocernos un poquito mejor. Autoayuda bastante económica, por cierto.

Por lo demás, este asunto de buscar tesoros en la basura del olvido, tiene sus encantos indudablemente, pero también sus inconvenientes.

Como ejemplo de la dureza del pico y la pala, os relataré la manera de conseguir una canción, “Uno tranquilo” de la que por cierto tengo el sencillo – aka single.- solo que no recuerdo donde lo he puesto, supongo que gracias al alemán. Sí, recordaba que el cantante, bigotudo y con calvicie incipiente, como un servidor, se llamaba Lalo, y por supuesto recordaba la melodía, y la letra completa, como suele ser habitual. Encontré dos versiones.. en italiano, que si bien eran reconocibles, no sonaban igual, ni mucho menos como la original, “Suddenly you love me”, de Los Tremeloes, que es hablar de palabras mayores. También descubrí que el cantante en cuestión era Lalo Fransen, argentino, y después de viajar durante un par de meses por redes intrincadas en un océano plagado de piratas, conseguí una copia absolutamente machacada por la aguja del pickup, de cuando las capsulas cerámicas, que pesaban sus veinte o treinta gramos, presionaban sobre la aguja de diamante y ocasionaban un desgaste en el microsurco de plástico. -ahora vinilo-. similar al de las tapas de nuestros zapatos -antes suelas- que, curiosamente también se llamaban pilis, como el tocata.

Una copia impresentable, a la que hube de someter a un filtrado insistente y a la que finalmente hube de amputarle el estribillo inicial que es donde más se notaba el rasca. Ahora podréis escucharla, e incluso cantarla. El lailailailailai es bastante facilito, y agradecido.

El dinero y la riqueza nada valen para mí
pues me basta tu sonrisa para ser yo muy feliz.
No le envidio nada a nadie ni pretendo ser un rey
me conformo con muy poco pues ya tengo tu querer.

Pero las dificultades vienen a pares, y mientras terminaba de editar al tranquilo, no dejaba de sonar en mi cabeza otra versión de los Trémolos en castellano, la que hablaba de que “cuando yo tengo tu amor, nada me importa en el mundo y la vida entera parece que estando contigo es mejor” Y vuelta a empezar, a cavar hondo otra vez, sin encontrar nada que no fuese la copia de Los Intocables que, como casi todas las traducciones en castellano, originadas en el hemisferio sur, no tienen nada que ver en la forma, y a veces tampoco en el fondo, de las que nosotros hemos grabado bajo el córtex cerebral. La nada.

Supe que su título era “Even the bad times are good” y tuve que esperar casi medio año hasta que en una antología de Los Tamara apareció. Está en la cola para otra ocasión. Que cosas.

Cuando me miró yo temblando lo miré

Cuando se acercó yo sin habla me quedé

Salga de la cama en seguida me ordenó

Yo le obedecí y verán lo que pasó..

Intrigas que intentan resolver las Hermanas Sister, en su versión nacional de las Andrews, de las King Sisters, del trio Lescano y de tantas otras cuyo swing en forma de gorgoritos musicales nos continúa pareciendo inigualable y, por supuesto, inimitable. Solo que, traducidas a nuestro idioma y en las voces sensuales y sugerentes de las Sister, nos sirven para comprender mejor esa época, esos anillos del tronco de nuestro arbolito particular que, sigue tan lozano como siempre. Y es que los de hoja perenne es lo que tenemos, que no necesitamos la primavera para presumir.. Aunque no nos viene nada mal. La verdad.


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