Mirando hacia atrás, con
cierta lujuria.
Antes de pasar de largo la letra de la canción, e
incluso la homilía, os ruego que os sometáis a una pequeña experiencia
gratificante, y fortalecedora de vuestros instintos primarios. Tan solo
comprobar que domináis el italiano, que sois poliglotas, como yo esquiador,
solo que hasta hoy no lo habíais intentado. (Disculpad si lo de esquiar lo dejo
para otro día).
Tan solo tenéis que conocer la traducción de cuatro
palabras, tan solo cuatro, para comprender perfectamente la letra de la
canción, y comenzar a cantarla sin parar. Algo inevitable.
Tradisti Traicionado
Mai più Nunca más
Pazzo Loco
Impazzivo per te
Mai, mai, mai più t'amerò così
tanto
per tutta la vita.
Mai, mai, mai più saprò darti il mio cuore
come quel dì.
E tu sai, bimba mia che impazzivo soltanto per te.
Mai, mai, mai più io potrò accarezzarti mia dolce bambina.
Mai, mai, mai più dolci frasi d'amore sentirai come un dì.
E per sempre scordarti dovrai un amore così.
Ero pazzo di te,
eri pazza di me,
ma purtroppo capii
che non eri per me
da quel giorno che tu
mi tradisti così,
perché cuore non hai
e mi hai fatto soffrir...
Mai, mai, mai più t'amerò così tanto
per tutta la vita.
Mai, mai, mai più saprò darti il mio cuore
come quel dì.
E tu sai, bimba mia che impazzivo soltanto per te.
per tutta la vita.
Mai, mai, mai più saprò darti il mio cuore
come quel dì.
E tu sai, bimba mia che impazzivo soltanto per te.
Mai, mai, mai più io potrò accarezzarti mia dolce bambina.
Mai, mai, mai più dolci frasi d'amore sentirai come un dì.
E per sempre scordarti dovrai un amore così.
Ero pazzo di te,
eri pazza di me,
ma purtroppo capii
che non eri per me
da quel giorno che tu
mi tradisti così,
perché cuore non hai
e mi hai fatto soffrir...
Mai, mai, mai più t'amerò così tanto
per tutta la vita.
Mai, mai, mai più saprò darti il mio cuore
come quel dì.
E tu sai, bimba mia che impazzivo soltanto per te.
Como siempre hay autores que lo
han dicho antes, y muchisimo mejor, voy a remitirme a ellos.
La pesadilla madre de todas, es la
que sufre de manera iterativa el protagonista de Fresas salvajes, Bergman
1957 , el anciano doctor, cubriendo de
sudor las arrugas de su frente y constriñendo sus coronarias hasta conseguir lo
de siempre. Si bien deja la historia, antes del siempre, un intervalo luminoso
en el que descubre él, y descubrimos nosotros, el por qué de ese juicio severísimo,
de ese examen para el que el estudiante no tiene nunca respuesta.
¿Qué te has olvidado?- pregunta el
tribunal una y otra vez, sin obtener otra cosa que la angustia reflejada en el
rostro de Víctor Sjostrom.
Y es en esos momentos felices, mientras
el viejo profesor rememora los instantes de esplendor en la hierba, esa es de
Kazan, cuando comprende, y musita despierto, la contestación perfecta.
- Dar las gracias y pedir
disculpas- dice el abuelo, mientras contemplamos como su semblante se tiñe de
paz, de esa paz que suele preceder al final. (final de la película, no seáis
así).
Yo, lo de dar las gracias lo veo
cada vez mas secundario, la verdad. Al menos como ese genérico habitual,
las gracias a la vida, a la humanidad o
a los que nos llevan excursión. Si bien me gustaría, como a todos creo, que
cuando llegue el examen ese de licenciatura, o de doctorado más bien; tener
saldada esa cuenta, que no admite hipotecas a medio plazo, que es la del
agradecimiento mediante actos - las palabras no tienen el menor valor a la hora
de pagar una deuda tan grande - a todos aquellos con los que la tengo contraída,
que no son pocos.
Sin embargo lo de pedir disculpas,
aunque sea para empezar un escrito como este, siempre me ha parecido una norma
de cortesía, poco costosa para el que lo solicita, y una manera harto educada
de comenzar una conversación. En ese sentido me adhiero.
Otra versión, u otra traducción del asunto, seria el tener que pedir perdón por los daños causados, (pasando del excuse me al sorry, hasta llegar al pardon) para el que no puede haber otra conclusión, moral o legal, que la de pagar fehacientemente la deuda. Ahí las palabras, tampoco tienen ningún valor.
Otra versión, u otra traducción del asunto, seria el tener que pedir perdón por los daños causados, (pasando del excuse me al sorry, hasta llegar al pardon) para el que no puede haber otra conclusión, moral o legal, que la de pagar fehacientemente la deuda. Ahí las palabras, tampoco tienen ningún valor.
Por eso nos quedamos hoy solo con
lo de pedir disculpas, y en su versión mas liviana y menos onerosa, que es para
lo que me llega la calderilla.
Explicar que la mirada hacia atrás
no es tanto como pueda parecer, (a Celentano io non riconosco), pero no
obstante es necesaria para situarnos en una pequeña colina desde la que poder
contemplar el antes, y atisbar algo del inevitable después. Y para ello debo
reconocer que Adriano Celentano me resulta de gran utilidad.
No es esta quizás, para los
peritos más versados en la música popular, su canción emblemática. Quizás
“Azzurro”, o “Il ragazzo Della via Gluck”. Quizás.
A mi me ha costado, años,
descubrir que algunas obras maestras como “Stand by me”, pudieran tener
versiones en nuestro idioma, incluso que alguno de nuestros artistas patrios
hubiesen tenido la osadía de hacerlo. Cuando me he encontrado con ellas, y
algunas magníficas como las de Bruno Lomas o la de Silvio “El Grande”, he
tenido que arrancarles la falsa etiqueta que traían pegada con Imedio, “Versión
del Pregheró de Celentano".
Me pregunté entonces quien era ese anticuado
cantante de italianadas, que no está registrado en mi memoria musical, y me aterró la sospecha de si no seria aquel desgraciado que me quitó mi primera novia, la Ornella.
http://www.youtube.com/watch?v=qCJlhsDU_y4
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Adriano, Adriano, Adriano, me robaste el corazón, granuja
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