Comprando coche. Lesson three.
Mi gobierno
tiene un plan.
!Y que plan pibe,
que plan!.
Otra picana en
mi piel. Otra descarga para estimular la comatosa actitud de consumidor distraído.
Al quinto año de descenso consecutivo en las ventas de automóviles, hasta llegar a cifras indetectables, y ante el cierre masivo de esos lujosos templos del motor tan solo equiparables en majestuosidad a los tanatorios cercanos. Que, en ocasiones están regidos por los mismos empresarios, que de este modo reciben beneficios del común objetivo de ambas instituciones. Pero los concesionarios cierran,y los tanatorios quedan, afortunadamente.
Al quinto año de descenso consecutivo en las ventas de automóviles, hasta llegar a cifras indetectables, y ante el cierre masivo de esos lujosos templos del motor tan solo equiparables en majestuosidad a los tanatorios cercanos. Que, en ocasiones están regidos por los mismos empresarios, que de este modo reciben beneficios del común objetivo de ambas instituciones. Pero los concesionarios cierran,y los tanatorios quedan, afortunadamente.
Ante esa situación,
mi gobierno por poderes, por el otorgado por Maria Cristina, la que me quiere gobernar y yo le sigo, le sigo la
corriente, porque no quiero que diga la gente…
Mi gobierno ha
tenido a bien idear un plan estimulante de venta de vehículos de nueva hornada,
biosaludables y ecosuficientes, previa entrega de otros con edad para ser
reconocidos como pensionistas fetén. (Snif).
Por un lado
disminuyen los años, indefinidos, que un coche puede y debe circular con cierta
seguridad por nuestras carreteras. Y por el otro aumentan los años que un
trabajador puede y debe trabajar, con cierta inseguridad para los receptores de
su esfuerzo laboral, hasta merecer el titulo
de pensionista.
Contradicción
evidente que, ellos sabrán anular con el consabido “No hay tal”, ya que lo de
“Me alegro que me haga esa pregunta” no se lleva.
Estímulo
publicado a los dos vientos (estamos en crisis y además son solo dos los
culpables de ella), y también publicitado por aquello de que sí se lleva, y consistente en dos mil euros de
ayuda en el canje de sellos.
Tú entregas el
antiguo y te llevas el nuevo más dos mil euros. Oferta irresistible para un
servidor, como casi todas, ya sabéis.
Y vuelvo a
tentarme las vestiduras, y acercarme a los zombis que todavía pululan por las
zonas semi industriales de nuestro país, inapropiadamente llamados polígonos,
ya que alguno conozco que tiene forma de pera, de salchichón, de todo menos poligonal.
De lo de industrial mejor me callo. Salvo que distribuir bebidas o patatas al
por mayor pueda considerarse tal y yo lo ignore. En fin, que pasaba por aquí y
no lo pude resistir:
Pasaba por aquí,
pasaba por aquí, ningún teléfono cerca y no lo pude resistir, pasaba por
aquí... Te veo muy distinta, es nuevo ese carmín. Estás mucho más guapa, será
que te embellece ser feliz. Qué cosas se me ocurren todo esto es tan pueril, si
yo sólo pasaba,
pasaba por aquí.
pasaba por aquí.
(Aute)
Me explican condescendientemente, -como se debe hacer a los
simples, y debo parecerlo porque serlo ya, ya - que de los dos mil en
cuestión, la mitad corre a cargo del vendedor , que ya estaba incluida en los
tradicionales e insuficientes descuentos promocionales desde hace una década,
mas o menos; y que los mil que generosamente me va a donar el gobierno, con
cargo a la deuda publica asignada al bien común, son considerados fiscalmente
como retribución en metálico en el IRPF y por la que tendría que pagar luego el
tributo marginal, que en el caso de un no defraudador, catalán por ejemplo, que
son los contribuyentes con tipos mas altos, es cercano al 60% de la donación.
Dicho en román paladino, que la ayuda gubernamental de dos
mil euros en el canje por un auto nuevo es realmente de cuatrocientos euros. La
quinta parte de la cantidad prometida, anunciada y vendida públicamente como
medida extraordinaria para aliviar la crisis del sector.
Esa diferencia entre lo oficial y lo real, cinco veces, es
más o menos extensible a la mayoría de las áreas económicas y laborales
gestionadas por semejantes profetas.
!Que dolor!. (Esa de Los Chunguitos, la pongo otro día).
Comprenderéis que siga a bordo de mi gran torino, viejo y
leal carromato, y me distraiga placenteramente con la música del auto radio,
Radio 3; ya que los cassettes desaparecieron de mi entorno, para bien, y el
mp3, flac, ogg vorbis y demás formatos queda restringido a los usuarios de
coches nuevos, de los que anuncian en los medios como presuntuosos y estúpidos
aspirantes a sucesores del mio, el de toda la vida. Van listos.
Y yo, que estoy
píantao.
Las tardecitas de Buenos Aires tienen ese
qué sé yo, ¿viste? Salís de tu casa, por Arenales. Lo de siempre: en la calle y
en vos. . . Cuando, de repente, de atrás de un árbol, me aparezco yo. Mezcla
rara de penúltimo linyera y de primer polizón en el viaje a Venus: medio melón
en la cabeza, las rayas de la camisa pintadas en la piel, dos medias suelas
clavadas en los pies, y una banderita de taxi libre levantada en cada mano. ¡Te
reís!... Pero sólo vos me ves: porque los maniquíes me guiñan; los semáforos me
dan tres luces celestes, y las naranjas del frutero de la esquina me tiran
azahares. ¡Vení!, que así, medio bailando y medio volando, me saco el melón
para saludarte, te regalo una banderita, y te digo...
Ya sé que estoy piantao, piantao, piantao...
No ves que va la luna rodando por Callao;
que un corso de astronautas y niños, con un vals,
me baila alrededor... ¡Bailá! ¡Vení! ¡Volá!
Ya sé que estoy piantao, piantao, piantao...
No ves que va la luna rodando por Callao;
que un corso de astronautas y niños, con un vals,
me baila alrededor... ¡Bailá! ¡Vení! ¡Volá!
(Balada para un loco)
Letra de Horacio Ferrer, música de Astor
Piazzolla.
!Que plan pibes, que plan!. (Escuchadla en el enlace).
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